Facebook

     SiteLock

Última hora
Los paragestores de paz - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:06
Intervención Foro Cd sobre energía - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:04
Petro va por CC y Registraduría - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:02
La idea de “justicia” de Petro - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:01
Gobierno necesita aprender mucho - Miércoles, 20 Noviembre 2024 03:34

Los Irreverentes (Editorial)

Mucho se ha dicho en relación con el brutal ataque del candidato socialcomunista Gustavo Petro contra el colaborador de este portal David Ghitis, quien ahora publica sus opiniones en el medio de comunicación RCN.

En Colombia, la libertad de expresión es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Política de Colombia. Ghitis, ejerciendo ese derecho publicó un artículo intitulado ‘Petro nos quiere atracar’ en el que expuso los riesgos a los que se enfrentan millones de colombianos con la amenaza de Petro de acabar con los fondos privados de pensiones y pasar esos dineros, más de $358 billones de pesos, a la empresa estatal Colpensiones (Al final de esta nota, encuentre el texto completo de la columna de Ghitis).

La reacción de Petro fue descomedida y brutal. Acusó al columnista y a la cadena RCN de ser “neonazis”, calificativo que, de entrada, estimula la violencia contra el medio de comunicación y, sobre todo, contra el autor de la nota de opinión.

No es la primera ni será la última vez que Petro ataque a la prensa y a quienes expresen opiniones que lo contradigan. A raíz de este lamentable episodio muchos se han formulado una pregunta válida: ¿Si así es en calidad de candidato, cómo será si es presidente de la República?

Petro tiene el perfil de un personaje ‘orwelliano’. Su esquema político es escalofriantemente parecido al esquema establecido por George Orwell para describir a “Oceanía” -el país imaginario sometido al más brutal de los regímenes comunistas-. Una de las primeras tareas emprendidas por Petro ha sido la de reescribir su historia de vida con el fin de pretender que la opinión pública olvide su pasado guerrillero y los delitos que él cometió como integrante de la banda terrorista M-19.

El cinismo con el que miente produce escalofrío. Un día asegura una cosa y al otro se desmiente con toda la tranquilidad. Cuando se le enrostran sus versiones y contraversiones, evade la discusión lanzando misiles verbales como el que disparó contra Ghitis quien con todos los argumentos posibles puso en evidencia el demoledor efecto que traerá para millones de colombianos la estatización de las pensiones. En palabras del columnista: “Las AFP [Administradoras de Fondos de Pensión] hoy en día administran dineros a 18 millones de personas. Son más de $358 billones de pesos. Si las AFP desaparecen, el atraco es directamente a los trabajadores y sus familias…”.

En vez de controvertir con argumentos o con cifras, Petro prefirió irse por el camino que siempre le ha sido más cómodo: el de la violencia. Encasillar a un medio de comunicación con la calificación de “neo nazi’ es extremadamente peligroso. Calienta aún más los ánimos de la campaña presidencial en la que el sector petrista no ha observado ningún límite y que ha hecho de la violencia una herramienta peligrosísima de acción política.

Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, tuvo lugar en Francia el célebre caso Dreyfus. Un capitán del ejército fue sindicado de espiar para los alemanes. El argumento central de los acusadores es que Dreyfus, por ser judío, no tenía sentido de pertenencia a la nación francesa, razón por la que él era el culpable de la filtración de documentos confidenciales al bando alemán.

Ahora, para los petristas, David Ghitis es malo, una suerte de monstruo, por ser de derecha. Pero en la sindicación cometieron un error. Lo acusaron de ‘neo nazi’ pero se les pasó un detalle fundamental que destroza en mil pedazos su sucia estrategia: ¡Ghitis es judío! Muchos de sus antepasados, que no lograron huir de las garras Nazis, murieron en Europa.

Petro no aflojará. Su campaña de odio no solo no se detendrá sino que arreciará. Estos dos meses que faltan para la primera vuelta serán de una virulencia inédita en la historia colombiana.

Esta es la columna de David Ghitis

Petro nos quiere atracar

La propuesta de Petro de acabar con los fondos de pensiones y que los dineros de esos fondos pasen a Colpensiones, es de un riesgo elevadísimo. Y eso está adornado con la frase lapidaria de Petro al sentenciar que esos dineros que han sido entregados por los trabajadores colombianos de su salario mes a mes por años a las administradoras de fondos de pensión o AFP, son públicos.

En varias ocasiones el candidato por 12 años a la presidencia ha soltado amenazas contra la propiedad privada. Iniciando con amenazar a los dueños de tierra sembrada en caña de azúcar, pasando por la orden a sus seguidores de no consumir gaseosas, no comprar en grandes superficies de almacenes por cadena, o la orden de no comprar productos importados (a excepción de Ferragamo). Recordemos el POT que presentó cuando fue alcalde y que le permitía apropiarse de las zonas comunes de las copropiedades al ordenar que estas zonas verdes dentro de las copropiedades o conjuntos cerrados, tenían que ser abiertas al uso del público en general, acabando con la propiedad privada de los copropietarios. Y ahora va por los fondos de pensiones. Afortunadamente ese POT fue declarado nulo por el juzgado segundo administrativo del Circuito de Bogotá y no lo pudo aplicar.

Cuando el candidato de la izquierda ofrece un pago de medio millón de pesos para quienes no ahorraron para su pensión y alegremente dice que ese medio millón de pesos va a salir de ese fondo colectivo afectando la pensión de quienes sí ahorraron por años, es nacionalizar el ahorro de millones de personas que por años han aportado pensando en su vejez. Esa oferta de entregar medio millón de pesos es hacer política con las pensiones de los ahorradores. Pero no es la primera vez, recordemos que durante su alcaldía se entregaron 100,000 millones de pesos a 10,000 pandilleros durante un año “para que no robaran”. En ese caso de los 10,000 pandilleros, recibían una suma que era mayor al salario mínimo y sin tener que trabajar.

En una maroma casi circense el candidato ha dicho, y sus seguidores le han creído, que los dineros que los trabajados han aportado desde la creación de las AFP en 1993 dentro de la ley 100 son de carácter público. Y es que la izquierda lleva mucho tiempo tratando de desacreditar la ley 100, atacando las EPS y ahora se ha sumado a eso la guerra sin cuartel a las AFP. Antes de la ley 100 y la creación de las AFP lo que existía en Colombia era el Instituto Colombiano de Seguros Sociales ICSS, renombrado luego a ISS. Este instituto se encargaba de la seguridad social de los empleados del sector privado con empleo formal, o sea, los empleados informales no tenían acceso a la seguridad social. Taxistas, vendedores ambulantes, trabajadores independientes no tenían seguridad social.

Con la creación de las AFP se hizo una verdadera revolución. Cada empleado aporta a su propia cuenta y no a un fondo colectivo que funcionaba como una pirámide, como un DMG. Y es que la diferencia entre una cuenta individual y un fondo colectivo es que en la primera el dinero depositado por el dueño de la cuenta es de él, mientras que en el fondo colectivo esa plata se va a utilizar para repartirla entre todos. O sea, el dinero que va entrando cada mes se usa para pagar las pensiones de ese mes. A mayor número de pensionados se requiere un mayor número de aportantes. El problema es que cada día hay menos aportantes por lo tanto se va dificultando el pago de pensiones a los pensionados. Y cada vez va a ser más difícil pues la tasa de nacimientos en menor hoy que hace 50 años. Inclusive podemos ver que la entrada al mercado laboral es hoy a una edad mayor que hace 30 años, afectando también así los recaudos para pagar pensiones.

Con mentiras, como decir que las AFP cobran el 30% de comisión, Petro desinforma. Esa comisión está entre el 0.6% y el 1.2%. Vale acá decir que Colpensiones cobra el 1.2%. Mientras que la comisión calculada sobre los activos que se administran es del 0.6% al 1.2%, los rendimientos son del 8%.

Si usted trabaja y aporta a pensión desde los 25 años y se pensiona a los 62, usted ha aportado 37 años. Como los aportes son el 12% del salario, usted aporta cada año el equivalente al 144% de su salario. Con 37 años de aportes usted tiene el equivalente a 53 meses de sueldo, o sea 4,44 años. Acá entran los rendimientos de las AFP que hacen que sus ahorros se multipliquen.

Las AFP hoy en día administran dineros a 18 millones de personas. Son más de $358 billones de pesos. Si las AFP desaparece, el atraco es directamente a los trabajadores y sus familias. ¡18 millones de personas y sus familias!

Cuando usted esté con su lapicero listo para marcar el candidato de su elección, piense bien en su futuro, piense en su ahorro y no vote por alguien que quiere que su ahorro se convierta en dinero público.

@IrreverentesCol

https://www.losirreverentes.com/, Bogotá, 29 de marzo de 2022.

Publicado en Otras opiniones

Compartir

Opinión

Nuestras Redes