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Juan Lozano           

¿Hay financiación rusa irregular en la política colombiana?

El asunto es grave.

Para remontarnos solo a los últimos 9 meses, aviones caza de la FAC interceptaron una aeronave rusa que se había salido de ruta y la obligaron a abandonar nuestros cielos. En ese momento se produjo una comunicación de Colombia a Rusia que se refería a graves y sistemáticas violaciones de nuestro espacio aéreo por aeronaves rusas.

A los pocos días, en medio de las violentas jornadas de protesta de abril y mayo del 2021, Diego Molano afirmó que Rusia a través de ciberataques estaba detrás de los disturbios políticos, y de ahí en adelante el mindefensa ha venido advirtiendo sobre la injerencia rusa en Venezuela, planes de cooperación conjunta con Irán en el país vecino, intervención en la frontera, despliegues de tropas, en fin.

En agosto, este mismo diario calificó como un “fuerte encontronazo entre Rusia y Colombia por Eln” las “presiones externas” para impulsar un diálogo con esa guerrilla terrorista. También fue manifiesta la contradicción en el caso de Álex Saab, dada la oposición del Kremlin a su extradición a Estados Unidos.

Las relaciones se han ido tensionando notablemente. A finales del año pasado Colombia le pidió a Rusia retirar a dos funcionarios de la embajada en Bogotá por presuntos vínculos de espionaje sobre asuntos relativos a las redes petroleras y de electrificación.

A comienzos del año, el canal NTN24 registró unas declaraciones del ministro Molano según las cuales Rusia venía cooperando desde hace meses con las fuerzas de Venezuela, después de que Moscú afirmó que no descartaba un despliegue militar en Cuba y Venezuela.

El asunto ha subido mucho de tono en las últimas horas. Molano aseguró que el Gobierno ruso está apoyando a Venezuela para movilizar tropas a la frontera, lo que produjo la reacción muy airada de la Federación de Rusia.

A través de un comunicado, esa embajada manifestó: “Constatamos con perplejidad los continuos intentos de acusar sin fundamento a la Federación de Rusia de la presunta injerencia en los asuntos internos de Colombia... desgraciadamente, en esto se destacó nuevamente el ministro de Defensa... en su búsqueda incansable de enemigos ficticios...”.

Aunque el propio comunicado de la embajada rusa hacía referencia a una reunión amistosa reciente sostenida con el Presidente y la Canciller, dada la contundencia del último reclamo, Iván Duque no tenía camino distinto, sin descalificar a su ministro, que anunciar una próxima reunión con el embajador ruso.

“Vamos a tener la posibilidad de hablar con la representación de Rusia en Colombia para entender un poco cuál es la asistencia militar que se está brindando en Venezuela...”.

Como marco para esa reunión, Presidente y Canciller deben tener en consideración el informe de inteligencia sobre el cual se pronunció Molano. Según EL TIEMPO, ese informe da cuenta de desde apoyos al régimen del tirano vecino hasta giros de Moscú a Bogotá en plenas elecciones y con posibles implicaciones políticas.

Cuando desde Washington algunos afirman que Rusia se apresta a invadir a Ucrania y desde Venezuela se ufanan del apoyo que les brinda Putin, aplicando al pie de la letra la cartilla de Cuba, Colombia tiene por delante un delicado manejo.

Putin es implacable. Rusia apoya a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Rusia quiere ganar posiciones geopolíticas en el hemisferio de los Estados Unidos. Colombia es aliada de Estados Unidos. Venezuela alberga a los más sanguinarios terroristas colombianos. Colombia mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con Irán y con Rusia.

Aunque lo deseable es seguirlas manteniendo, Colombia no debería tolerar nuevas intromisiones políticas o militares ni la financiación irregular de grupos políticos colombianos afines a la narcodictadura de Maduro. Es decir, con firmeza diplomática, sin arrugarse y con las pruebas por delante, Colombia debería hablarle a Rusia con claridad, dignidad y precisión.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 06 de febrero de 2022.

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