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Jaime Arizabaleta     

Nunca antes en la historia del país se presentó que, de forma coordinada, las tres principales ciudades de Colombia estuvieran a merced de improvisadores, populistas, disociadores y mentirosos. Las administraciones de Ospina, Quintero y Claudia López se hicieron al poder con apoyo de sectores que se autodenominan ‘alternativos’. Sin embargo, y a juzgar por sus acciones, están lejos, por mucho, de representar un cambio. Por el contrario, sus prácticas han sido peores que las de la vieja política corrupta y desvergonzada; resultaron ser unos lobos con piel de oveja.

Cualquier turista que visite a Colombia en la actualidad se topará en Medellín con un aire de tensión sin precedentes. La tradición indicaba que la articulación entre el sector público, el sector privado y la academia era la fórmula más exitosa para llevar las riendas de la capital antioqueña. Lastimosamente, durante la alcaldía de Quintero Calle ha ocurrido todo lo contrario. El mandatario local se ha dedicado a pelear con todos los sectores políticos, con el GEA e incluso con EAFIT. Ha gobernado con inexperiencia, mentiras, inmadurez y corrupción.

Quien visite a Bogotá -si es que puede porque la movilidad es imposible y la solución ‘más sensata’ para la alcaldesa es vender el carro- notará una ciudad detenida en el tiempo. La capital del país pasó de una administración caracterizada por grandes obras de infraestructura a una que pinta puentes, gasta enormes cifras de dinero en maquillaje y ayuda a gestar repúblicas independientes como el ‘Portal de las Américas’ que se ha convertido en el nuevo Bronx, regido por bandidos y traficantes de droga.

Y finalmente, si aquel turista decide ir a Cali, hallará una ciudad destruida, sin estaciones de transporte público, con buses vandalizados, sin semáforos, calles llenas de huecos y con una inseguridad rampante. Cali es hoy la campeona del sicariato en Colombia con una cifra de 1220 homicidios en el último año, posicionándola como una de las más peligrosas del mundo; ¿Es aceptable pensar que Cali teniendo un cuarto de la población de Bogotá cuente con mayor número de homicidios?

Los turistas que lleguen a visitar estas tres ciudades quedarían petrificados y afectados al ver de primera mano las condiciones paupérrimas de las mismas; contrario a lo que sucedería si visitaran Barranquilla, puesto que encontrarían en la arenosa una ciudad pujante y unida en el propósito del desarrollo. Mientras en Cali y Bogotá erigieron símbolos apologéticos al vandalismo como el adefesio de Puerto Rellena y la destrucción del Monumento a los Héroes, Barranquilla inaugura el puente Pumarejo, el Malecón y la Ventana al Mundo.

Pese a las dificultades que vivimos quienes habitamos algunas de esas tres ciudades, todavía hay un halo de esperanza; las crisis tienen cierta magia para sacar lo mejor de las personas. Hoy, esto se traduce en que ciudadanos de todo el espectro ideológico confluyen en el propósito de sacar a esos ineptos de las alcaldías de nuestras queridas Cali, Medellín y Bogotá. Precisamente, la Constitución Política estableció la revocatoria de mandato como un mecanismo de participación ciudadana pensando en casos extremos como este. Llegó la hora de activar el precepto constitucional y seguir el ejemplo de Medellín, porque, incluso los más arrepentidos son quienes votaron por ellos. Revoquemos a los ineptos

Adenda I. ¿Cómo va la revocatoria en Cali?

Medellín nos ha dado un ejemplo, en Cali y Bogotá debemos seguirlo y hacer un relanzamiento del proceso de revocatoria. En mi ciudad, por ejemplo, ha habido dos intentos; el primero fue torpedeado puesto que algunos de los promotores al parecer fueron comprados con contratos, lo que llevó a que no entregaran la totalidad de las firmas. El siguiente intento perdió credibilidad y aunque se han recogido numerosas firmas, solo tienen plazo hasta los primeros días de febrero para la entrega, lo que complica todo. Sin embargo, estamos gestionando la creación de un nuevo comité que cuente con un plazo adicional y tenga la credibilidad de exalcaldes como Ricardo Cobo, de otros sectores políticos, sociales y empresariales. No perdamos el entusiasmo, los mantendré al tanto.

https://www.losirreverentes.com/, Bogotá, 15 de enero de 2022.

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