El país está muy mal y bajo amenaza de violencia por parte nada menos que del mismo Jefe del Estado.
Por su simpatía con los grupos armados, gozan de ceses al fuego permanentes, por tanto, crecen su dominio territorial y los índices de criminalidad. Nos corresponde apoyar a nuestros alcaldes y gobernadores que tienen a su cargo la seguridad en sus territorios, y la fuerza pública tiene la obligación responder.
Gobierna con el arma de la corrupción, sobornando al congreso para que le aprueben sus reformas estatistas por encima del bienestar de la población y del empresariado. Los resultados económicos son desastrosos como consecuencia del enorme gasto público y bajo recaudo de impuestos.
Lo de él es la demagogia que se le está agotando como recurso para sostenerse, afectado por los escándalos sucesivos, desde que se han descubierto los delitos de su campaña presidencial hasta los recientes de la corrupción de su gobierno. Es un presidente sin autoridad para gobernar.
La tal constituyente alarmó al país porque lleva consigo un levantamiento popular inducido, con amenaza de violencia y de alterar el orden constitucional; aunque este Presidente no tiene la fuerza popular que lo respalde y se va quedando solo con sus milicias, es una amenaza para la democracia y en cambio, las reservas del ejército y la policía sí están dispuestas a enfrentarlas y la sociedad civil también está lista a presionar con un paro nacional la intervención de las fuerzas armadas, en cualquier momento.
Los muchos ataques a la constitución y a las instituciones, sus actitudes por fuera de la línea ética, y las denuncias por los delitos de su campaña presidencial, significan que en derecho, el Presidente tiene que ser separado del cargo. De hecho, la indignidad del Presidente está fuera de discusión!
Este Presidente como cualquier poderoso capo, se defiende cometiendo más delitos, solo 4 días después de haberse posesionado, intentó pasar en el Congreso un proyecto de Acto Legislativo para exonerarlo de la sanción constitucional de ser retirado del cargo por haber violado los topes de su campaña electoral. Por esa otra trampa la cúpula de su Pacto Histórico, varios de ellos falsos investigadores contra el Presidente, están denunciados por los delitos de fraude procesal y violación de conflicto de interés ante la Corte Suprema de Justicia y por consiguiente recusados ante el concejo de Estado para continuar investigándolo.
Pero ha ido mucho más lejos en su huida del acecho de la justicia, cometiendo otro delito peor, se ha atrevido a sobornar nada menos que al Presidente de la Comisión de acusaciones que lo investiga, con el fin de impedir su juicio político que le corresponde al Congreso. Es como si un delincuente se atreviera a sobornar a un fiscal que lo investiga. Ese es el Presidente de Colombia! ¡La mayor vergüenza para el noble pueblo colombiano! Y una ofensa y humillación para nuestro Glorioso Ejército de Colombia que este delincuente sea su Comandante en Jefe.
El Presidente nos impone dos situaciones graves que determinan el destino de la nación, una, su provocación a la violencia terrorista y dos, la obstaculización a la justicia por sus delitos contra la Constitución. ¡O nos sometemos a sus criminales condiciones o que él sea sometido a la justicia!
¡La institucionalidad con el respaldo de todos, tiene que funcionar para que este individuo no nos cause más daño!
¡Que se le aplique pronta Justicia al Presidente!