Fue precisamente, en la batalla de Farsalia en la que previo al histórico combate y montado en su imponente caballo de nombre Genitor, Julio César alienta a su ejército y les dice con fuerza: “ALEA LACTA EST”, “la suerte está echada”.
Esta frase la podríamos decir con profundo sentimiento hoy en nuestra Colombia previo a las elecciones presidenciales más importantes de los últimos años, donde nunca antes habíamos estado tan cerca de caer en el ruidoso y ruinoso comunismo petrista.
“La suerte está echada” con el candidato Rodolfo Hernández porque en primera vuelta el pueblo se manifestó y dictaminó un no rotundo a la clase política tradicional, y el hastío por Gustavo Petro y su séquito de manzanillos pendencieros que tienen saturada a toda Colombia con su odio, sus malas prácticas políticas, su deseo de venganza, por las eternas corruptelas y torcidos que diariamente se destapan en esa campaña por cuenta de los asqueantes “Petrovideos” donde para esa corriente tipo secta “todo vale” con tal de incendiar el país, destruir moral y electoralmente a los demás candidatos, sacar provecho de las personas, engendrar conciertos para delinquir y crear miedo para que los votos lleguen más por presión que por voluntad ciudadana.
Nos jugamos la libertad y la democracia, nada más ni nada menos, y solo nos salvarán dos cosas: La primera, que los que votamos en primera por Fico, votemos por Rodolfo, en una absoluta manifestación antipetrista, y la segunda, que los que creyeron en el ingeniero en primera, lo ratifiquen en esta definitiva segunda vuelta.
Si esas dos premisas se cumplen en un 90% y claro está, si la Registraduría como debe ser su trabajo, ofrece imparcialidad y garantías en cabeza de su registrador quien a mi particularmente, no me da ningún tipo de garantías, con seguridad podremos gritar a los cuatro vientos este domingo 19 de junio, a las 5 de la tarde, que Colombia se habrá salvado del neocomunismo mísero y prolongado en el tiempo que hoy nos acecha.
Realmente, ésta ha sido la campaña política más sucia, ofensiva e intimidante que jamás hayamos vivido los colombianos, las ideas y los programas fueron reemplazados por la grosería, la persecución, las amenazas de muerte y el entramado del círculo petrista en contra de los demás candidatos.
Una auténtica vergüenza mundial al servicio de sus intereses personales.
Mientras tanto la justicia, muy bien y que gracias porque investigar a Petro significa una pérdida del empleo, una sanción moral irreparable y hasta morirse de varios disparos porque aquí ese grupo de la Colombia humana, al parecer, goza de inmunidad y privilegios desde la pobre y desdibujada justicia colombiana.
Mientras esto sucede en escena, la última perla del ex guerrillero en declaraciones a un medio informativo es que “el país cambia o estalla”. Háganme el inmenso favor de explicar con sensatez este tipo de presión mediática contra el elector quien siente que, si no vota por este sujeto, se viene la “primera línea, las disidencias Farc, el ELN, el clan del Golfo y toda el pillaje de este país a atacar a los ciudadanos inermes e indefensos al mejor estilo de la toma vandálica y paro armado del 2021.
Ellos saben en el fondo que después de esta elección, de no ganar, sus intenciones de llegar a gobernar, jamás volverán. Santos también sabe que su falsa paz quedará en los libros de historia como una anécdota donde regaló curules en el congreso a peligrosos homicidas, narcos y violadores de niños, les creó la JEP y les legalizó 300.000 hectáreas de coca y miles de millones de dólares a Farc, a cambio de nada.
También saben que las componendas con Venezuela, Nicaragua y el eje comunista nunca prosperarán. Son conscientes que el perdón social prometido a toda la delincuencia putrefacta, quedará en solo un deseo incumplible.
El reencauche político de Samper Pizano, Teodora, Benedetti, Roy, Cepeda y del largo listado de innombrables para cogobernar, se les cae.
Pobre del suspendido alcalde de Medellín quien, de ganar Petro, inmediatamente volvería a su cargo. Que se baje de la nube porque seguirá suspendido.
La suerte está echada, Rodolfo Hernández con un estilo único, sencillo, coloquial y frentero puso en jaque mate al eterno candidato quien lleva años tratando de engañar a incautos diciendo que representa el cambio que la patria necesita.
Con lo que no contaba es que ni representa el cambio y nunca será presidente porque su pasado criminal, sus detestables amistades, su falta de gerencia para gobernar, su deseo de llegar a ser presidente y de paso exterminar a sus contradictores y cobrar venganza contra quienes lo criticaron y enfrentaron, no le será posible por lo siguiente: Hace cuatro años obtuvo más de ocho millones de votos, y cuatro años después solo creció en 400.000 votos, lo que significa que creerse presidente, hablar y actuar como tal sin ganar las elecciones, sin respetar a los colombianos y mostrándose como un muy mal ser humano, demostrando gusto personal por bandidos y delincuentes, y aliándose hasta con el diablo con tal de ganar, desdice totalmente de lo que tanto pregona.
Colombianos, la suerte está echada, comprendan ustedes que con Rodolfo en cuatro años habrá elecciones, mientras que, con Petro, no.
El pueblo es sabio y conoce del peligro que corre, pero sabe de un hombre que le quiere servir a Colombia sin esperar riqueza a cambio.