Columnistas Nacionales
Carlos Salas Silva
Me permito sembrar una ilusión a pesar de que el panorama presente no podría ser más oscuro en nuestro sufrido país.
Alfonso Monsalve Solórzano
La marcha más grande contra gobierno alguno se realizó el pasado domingo. Petro, por supuesto, vio más o menos doscientas cincuenta mil personas en todo el país, pero según cálculos imparciales, más de dos millones de personas de todas las condiciones sociales salieron a protestar contra el gobierno de Petro a lo largo y ancho del país, cada una con sus propias razones: la reforma a la salud, la reforma pensional, la corrupción en el gobierno, la posible convocatoria a una constituyente, las llamadas negociaciones de paz y la pérdida de la soberanía del estado a manos de grupos ilegales, la inseguridad ciudadana, etc., porque el país es un caos, producto de un mal gobierno que destruye las instituciones y los bienes construidos con años de esfuerzo, polariza y divide.
Eduardo Mackenzie*
Gustavo Petro estaría preparándose para dar un giro decisivo: convocar una asamblea constituyente de bolsillo mediante un “decreto de emergencia” violando el título XIII de la Constitución. Según informaciones, él ordenaría el cierre del Congreso. Néstor Iván Osuna Patiño, ministro de Justicia, estaría participando en la redacción del decreto. Todo discretamente, a espaldas del país y con estrictas medidas de seguridad para impedir que los detalles de esa aventura lleguen a la prensa. Tal sigilo buscaría que la oposición pierda su capacidad de respuesta rápida y el país no sepa cómo desplegarse ante el hecho cumplido, mientras en el Cauca la agitación petrista no conoce respiro.
Darío Acevedo Carmona*
¿Es posible y necesario que los colombianos tengamos a la mano una caracterización satisfactoria de lo que expresa constantemente, en todo tipo de auditorios y de públicos el presidente Gustavo Petro? Por parte de dirigentes políticos, analistas y columnistas y en redes, en marchas y recintos académicos se han lanzado apreciaciones u opiniones que describen el contenido de su parlamento como demagógico, populista, verborrágico, culebrero, mitómano, indecoroso, diletante, ofensivo, provocador, entre otros calificativos.
Rafael Nieto Loaiza
Petro perdió la calle. Es quizás lo más importante porque para él y para la izquierda la calle es vital. En el discurso posterior a su derrota en 2018, sostuvo que volvía al Senado pero “a dirigir un pueblo que debe ser movilizado”. Y movilizaciones hubo, violentas y destructivas, durante las protestas del 2021, protestas que paradójicamente le sirvieron para ganar en el 22, con independencia de ahora sepamos que fue con trampa. Ya en el gobierno ha insistido en pedir que sus bases salgan a defender sus propuestas y, después de que rompiera la coalición de gobierno, en sostener que "el cambio” necesita del apoyo popular expresado en las calles. Pues bien, las movilizaciones a favor de Petro, aunque aceitadas con el presupuesto público, han sido escuálidas y en cambio las de quienes se le oponen son cada vez más numerosas. La del domingo pasado fueron posiblemente las más grandes de la historia, incluso mayores a las del millón de voces contra las Farc de 2008.