Columnistas Nacionales
José Alvear Sanín
Es muy difícil que ocurra algo nuevo en la historia universal. Varían los actores. Los imperios poderosos declinan antes de desaparecer. Ascienden y descienden países. La guerra, siempre presente, pero con armas cada vez más letales... y así sucesivamente. ¡Por tanto, podemos decir que nada nuevo hay bajo el sol!
Luis Guillermo Vélez Álvarez
El capitalismo es a la vez resultado y condición de la expansión de las fronteras de la libertad humana y de su ineludible correlato de la responsabilidad de las consecuencias de las acciones libremente elegidas.
Fernando Ruiz
La disponibilidad, oportunidad, calidad y transparencia de la información es una necesidad; no solamente para la formulación de políticas, sino también para el debate democrático informado.
Hernán González Rodríguez
El diario The New York Times publicó el 16 de julio pasado un artículo con el mismo título anterior. Autora: Genevieve Glatsky. Viajó en avión, automóvil, moto y caminó hasta llegar a la vereda Caño Cabra para poder hablar con los campesinos sobre los cambios en la industria de la coca. No tiene ella la razón en todos sus párrafos, pero resulta interesante mencionar algunas de sus acertadas observaciones.
Pbro. Mario García Isaza*
Un día sí y otro… también, el personaje que, para desgracia de Colombia, ocupa el solio presidencial desde hace dos años protagoniza actos de toda índole que, en una nación que tuviese capacidad de reacción, y en la cual actuasen organismos judiciales y legislativos realmente eficaces y honestos, ya habrían producido la caída del indigno gobernante. Y un día sí y otro también, asistimos estupefactos al espectáculo vergonzante de unos partidos políticos que hace tiempo claudicaron en materia de principios y convicciones, y actúan solo con el propósito de guardar o de acrecer sus cuotas burocráticas y de mantener la posibilidad de lucrarse en la repartija de los fondos del erario…
Carlos Salas Silva
Emile Cioran escribió, en uno de sus aforismos, que siempre se puso del lado del diablo y que, por su incapacidad de igualarlo, trató de ser digno de él para lo que no le faltó insolencia, acritud, arbitrariedad y capricho. Escuchar tan tenebrosa confesión de parte del provocador filósofo rumano no deja de estremecernos, pero verlo en los actos de algunos gobernantes es cosa de cuidado. Me refiero de manera directa, como ustedes lo estarán adivinando, a Petro, quien no oculta su servilismo al maligno, pero también a su amigo Maduro, quien tiene sus días contados como destructor de su país en el que ha ejercido una tiranía a la que el mundo entero, con su disfraz de democracia, ha tolerado con una descarada complicidad. Insolencia, acritud, arbitrariedad y capricho los caracterizan a la vista de todos; por eso esas actitudes que presenciamos con una frecuencia que no deja duda de que su finalidad es ser dignos del diablo ya que no pueden igualarlo en poder.