Columnistas Nacionales
Saúl Hernández Bolívar
El gobierno del cambio se va perfilando como el más corrupto de la historia de Colombia a pesar de que se subió al poder prometiendo nuevas costumbres en beneficio de los colombianos de a pie, los “nadies”. Ya sabemos del enriquecimiento ilícito de Nicolás, el hijo del Ejecutivo; supimos de la maleta millonaria que manejaba Laura Sarabia, cuyo contendido era de Petro, que derivó en chuzadas ilegales, interrogatorios abusivos y en el supuesto suicidio de un coronel de la Policía que era de los encargados de la seguridad de Palacio.
José Obdulio Gaviria*
Cunde el pesimismo sobre el desenlace de la batalla política en Venezuela. Piensan muchos que el cáncer comunista es imbatible, que María Corina será vencida.
Darío Acevedo C.*
Sin que sepamos cuál va a ser el desenlace de la crisis venezolana, me atrevo a escribir estas opiniones.
Luis Guillermo Echeverri V.
La región incendiada y seguimos hablando de una lánguida democracia, de la cual todos abusan como les da la gana, muchos protestan, pero no pasa nada.
Eduardo Mackenzie
¿Por qué un espectáculo que pretendía asombrar al mundo y saludar dignamente a los atletas de los 206 países participantes en los juegos olímpicos de París 2024, terminó manchado de obscenidad, iniquidad anticristiana y apología de la guillotina?
Mario García Isaza*
Si no en su totalidad, dada su exagerada duración, pudimos observar la ceremonia inaugural de los juegos olímpicos que se desarrollan en París. Ceremonia en la que hubo, sin duda, elementos bellísimos de arte, de cultura, de alegría, de historia hermosamente simbolizada. Pero ¡ay dolor!, esa magnificencia y riqueza quedaron enlodadas para siempre por la asqueante bufonada con que un grupo de personajes ultrajó a los millones y millones de espectadores del mundo entero. La ridícula y estrafalaria reproducción que quisieron hacer de la Última Cena, la obra inmortal de Da Vinci, más allá de no tener ni un ápice de gracia, fue una bofetada, no solo al cristianismo sino a la decencia y al respeto.