Columnistas Nacionales
John Marulanda*
En mayo de 2013 murió el general Rafael Videla en el baño de su celda del Penal Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, olvidado de sus propios compañeros de armas y de todos aquellos políticos, empresarios y civiles que lo animaron a “enderezar” el rumbo del país, hoy en medio del desastre kirchnerista. Esas son las miserias del poder. En Venezuela, la muerte (¿homicidio?) del General Raúl Isaías Baduel, en la prisión de máxima seguridad de Fuerte Tiuna, presuntamente por covid-19, es una muestra de cómo actúan las dictaduras vestidas de civil mientras escarban la felicidad del pueblo. Esas son las consecuencias de las malas compañías. En Colombia, el general Jesús Armando Arias Cabrales cumple 35 años de condena por los supuestos desaparecidos del Palacio de Justicia, mientras los autores del holocausto disfrutan las prebendas del poder y uno de ellos puntea las encuestas para la presidencia. Así es la pérdida del rumbo moral del país neogranadino.
Paloma Valencia
Colombia es el país más desigual en ingresos de la OCDE y el segundo en América Latina. Según el Banco Mundial, al ritmo actual, tardaremos tres décadas y media en alcanzar el nivel de los países desarrollados. Un país de ingresos medios como Colombia no puede tener más de 7 millones de personas en la pobreza extrema y 21 millones en la pobreza monetaria. Aumentar y lograr una mejor distribución de los recursos públicos para acabar con la pobreza es uno de los vacíos en la política económica colombiana.
Carlos Salas
James Carville, queriendo animar la campaña de Bill Clinton de 1992, convirtió en eslogan tres palabras y una coma con las que se hizo famoso. Ese slogan ayudó a que el joven e inexperto candidato venciera a Bush, muy popular en las encuestas y con una aprobación de su gobierno de un 90%. A pesar de los buenos resultados en política exterior el presidente que buscaba la reelección, no podía mostrar buenas cifras en el campo económico, lo que era su talón de Aquiles. Por ahí atacó el estratega de la campaña con su slogan “The economy, stupid”.
Saúl Hernández B.
El hábil populista Petro conoce muy bien el alma de los colombianos y sabe muy bien qué propuestas hacer para ganar adeptos.
Margarita Restrepo
Uno de los grandes avances democráticos incorporados en la Constitución de 1991 fue el capítulo dedicado a los mecanismos de participación ciudadana, diseñados y promovidos -sea es la ocasión para rendirle un homenaje póstumo- por Carlos Holmes Trujillo. Gracias a esos mecanismos, los ciudadanos, en su condición de Constituyentes Primarios, tienen el poder de tomar decisiones en todo sentido. Además de poder introducir modificaciones puntuales a la Carta, de participar en cabildos abiertos y de seleccionar en consultas populares a los candidatos de los diferentes partidos, pueden revocar el mandato de los alcaldes y gobernadores que, en el ejercicio de sus cargos, incumplan su programa de gobierno.
Daniel Mera Villamizar
Democratizar el acceso a la oficialidad podría recibir apoyo de todo el espectro político-ideológico.