En Yarumal, municipio del cual es relativamente cercana la Hacienda la Carolina, ha habido guerrilla y paramilitares. Sin embargo, no aparece una sola persona presa o condenada por su pertenencia a los 12 Apóstoles.

En la década de los 90 la Fiscalía adelantó una investigación vinculando a muchas personas, incluyendo comerciantes de Yarumal, el Padre (Cura) Palacio, qepd, señalado como el jefe, y otros civiles. Todos resultaron absueltos.

El Padre fue defendido por el reconocido Penalista Fernando Velásquez y Nonato de Jesús Vargas, comerciante de Yaruml, fue defendido, en su momento, por Jesús María Valle Jaramillo, qepd.

Pero mi hermano Santiago Uribe está acusado, y ad portas de una sentencia. Los delitos son el asesinato de un humilde conductor de camión de escalera y concierto con paramilitares, hechos de 1994.

Paramilitares que operaron en el área han dado múltiples declaraciones y nunca han vinculado a Santiago.

Hace más de 20 años a Santiago le dictaron un inhibitorio. Después fue revocado.

En mayo de 2014, en plena controversia electoral y con la discusión por el caso del Hacker Sepúlveda, el Fiscal Montealegre le quita el caso al Fiscal de Derechos Humanos que llevaba 3 años investigando y se lo asigna al Fiscal Carlos Ibán Mejía, cuota del Magistrado Leonidas Bustos, condenado y asilado, de confesa animadversión a mi persona y a mi Gobierno.

Poco antes de acabar la administración del Fiscal Montealegre, el Fiscal Mejía ordenó la injusta e innecesaria detención de Santiago quien compareció siempre ante la justicia, la decisión fue confirmada en tiempo récord por el Vicefiscal Perdomo.

Montealegre como Perdomo, mencionados por montajes, fungen hoy como víctimas mías.

El costoso contrato de Montealegre con la Dra. Natalia Springer, tuvo como objeto incorporar la teoría del contexto, que usaron para acusar a Santiago. A los 12 Apóstoles le asignaron cerca de 500 asesinatos. Pero a Santiago, el supuesto coordinador de la banda sin presos, lo acusan de uno, del asesinato del mencionado humilde conductor de camión escalera.

Un testigo, protegido por Chávez y por la izquierda argentina, dijo haberse reunido con Santiago en Yarumal. Se probó que ese día Santiago estaba en Manizales, por una corrida que tenía encierro de la Carolina. Este testigo había sido desvinculado de la policía por narcotráfico, siendo yo Presidente. La figura que usó la policía fue la insubsistencia sin motivación.

Otro testigo, responsable del asesinato mencionado, lo fue de oídas para acusar a Santiago. Las personas que fueron sus fuentes, nunca confirmaron haberle dicho algo sobre el tema. Este testigo, ya en la etapa del juicio, dijo que de nada se acordaba.

Otro testigo, quien fue tratado por esquizofrenia, dice haber visto a Santiago con otra persona hablando de paramilitares. La otra persona no ha tenido condena alguna y no es amiga de Santiago. El testigo primero dijo que vivía solo, después que con la mujer y con una hija. En el juicio la defensa mostró muchos casos de contradicciones y problemas de este testigo con empleadores ajenos a Santiago. Sin embargo, ha tenido protección de ONGs declaradas adversarias mías y de sectores de la izquierda internacional.

A la presión para que condenen a Santiago se sumó un retuit reciente del Presidente Petro. Los abogados del Colectivo, enfermizos perseguidores de Santiago por ser mi hermano, han sido sus acusadores.

Santiago ha sido buena persona, de valores morales, buen hijo, buen hermano, buen esposo, buen miembro de familia. Es persona de trabajo, de moderado patrimonio, que no daría para patrocinar paramilitares, lo que tampoco cabría en su alma.

Pero Santiago ha sido perfilado de manera contraria a lo que es, como en su momento lo hizo el Presidente Petro.

Esto ocurre cuando la información de la justicia se obtiene por enemigos políticos, distantes del acontecer y del medio del acusado. Distinto fuera si le hubieran preguntado a tantas personas de la comarca que de verdad han conocido a Santiago.

* Publicado en su cuenta de X (@AlvaroUribeVel) el 18 de enero de 2024.