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Jesús Vallejo Mejía

El que nos desgobierna exhibe una obsesión enfermiza respecto de Hitler, el nazismo y el fascismo.

Reviviendo los fantasmas que el estalinismo que parece profesar exorcizaba hace 90 años, acaba de decir en Dubai que Hitler está de regreso en las clases medias de los países avanzados de Occidente, lo que le ha valido severos reproches de parte de los respectivos gobiernos de Israel y Alemania. Su manejo de la diplomacia es extravagante, por decir lo menos.

Esa obsesión podría dar pie a análisis psiquiátricos, pues si algún político en Colombia exhibe abrumadoras similitudes con Hitler es precisamente el actual inquilino de la Casa de Nariño, De hecho, si se mira al espejo, ahí verá estampada la imagen del dictador de Alemania.

Hitler promovió en 1923 un "putsch" a través del cual aspiraba a derrocar el gobierno alemán. Fue un movimiento fracasado que lo condujo a la cárcel (vid. Putsch de Múnich - Wikipedia, la enciclopedia libre).

Lo mismo intentó dicho inquilino en 2019 contra el entonces presidente Duque, tal como lo denuncié en este blog. Vid. Pianoforte: ¿Fronterizos del delito? (javalmejia.blogspot.com) Si la justicia hubiera actuado oportunamente, habría ido a parar con sus huesos a la cárcel y no podría haber llegado a la jefatura del Estado. Pero ella sólo obró respecto de una centena de facinerosos de la Primera Línea, mas no contra los que actuaron como autores intelectuales e instigadores del cúmulo de delitos que en esa insurrección se cometieron.

Sartre decía que no era admisible considerar que Hitler expusiese un pensamiento, dado que lo suyo era una sarta de enunciados delirantes. ¿No podríamos afirmar lo mismo de los intonsos pronunciamientos de nuestro aprendiz de dictador?

Hitler ganó notoriedad aprovechando los momentos difíciles que sufrió Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Tocó las fibras de la insatisfacción y el resentimiento del pueblo y lo azuzó contra los que consideraba como sus explotadores. Cumplió a cabalidad lo que ciertos pensadores cínicos recomiendan acerca del discurso, el cual debe enderezarse contra enemigos interiores, exteriores y anteriores, para que surta efectos en el ánimo de las masas.

Nuestro Hitler criollo envenenó a las multitudes contra la reforma tributaria del entonces ministro Carrasquilla, afirmando que con ella se gravaría la canasta familiar. Sin reato alguno, la que hizo aprobar el año pasado ha tenido el mismo efecto, tal como se desprende de los impuestos sobre productos de consumo popular que acaban de entrar en vigencia desde el pasado mes de noviembre.

No olvidemos lo irresponsable que fue al promover una insurrección en medio de la pandemia que afectó al mundo entero y el presidente Duque manejó con tino ejemplar. Colombia sufría su impacto, mientras el agitador que nos desgobierna excitaba a los subversivos. ¿No hizo lo mismo Hitler en medio de la crisis mundial que, por supuesto, hacía sentir sus severas consecuencias sobre el pueblo alemán?

Hay estudiosos muy serios que realzan el parentesco de los comunistas con los fascistas y los nazis. Todos ellos son tributarios de las ideologías hegelianas, que, según Claude Tresmontant, hunden sus raíces en la mitología teutónica que revivió Wagner con sus óperas.

No dejemos de lado la premisa que me sirve de base para reflexionar sobre nuestro momento actual: el que nos desgobierna es un comunista recalcitrante que sueña, como Marx y Lenin, con un cambio total de la sociedad.

Para mí, como en una de las especialidades de que se jactaba "El Nene del Abasto", un tangazo que popularizó Alberto Echagüe con la orquesta de Juan D'Arienzo, de lo que se trata es del "Cambiazo de Paco", vale decir, de lo que acá conocemos como el paquete chileno. (El "paco", según el Diccionario Lunfardo, alude al "dinero, los billetes de banco, un paquete o bulto pequeño hecho con papeles u otro material sin valor, cuya presentación semeja una apreciable cantidad de billetes de banco").

Cualquier semejanza con el programa gubernamental en curso es mera coincidencia, como se advierte en las películas. (Vid. https://www.youtube.com/watch?v=bsjoHGjD3jE). El cambio que se nos está ofreciendo es, ni más ni menos, un timo.

 
Publicado en Columnistas Nacionales

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