En vez de fortalecer el sector turístico, el gobierno Petro derribó toda la política de estímulos tributarios que se habían creado y al que se debía su impulso y su posterior recuperación tras la pandemia. El gobierno Petro le puso IVA del 19% a los hoteles y aumentó el IVA del 5% al 19% a los tiquetes aéreos.
Lo que le pasaría al sector se advirtió durante los debates de la tributaria, y hoy los hechos son evidentes: las dos aerolíneas de bajo costo se quebraron.
Semana Santa fue terrible, según ANATO, las frecuencias de vuelos pasaron de 5.462 en abril de 2022 a 4.713 este año. Una caída del 14%. La salida del mercado de Ultra Air y Viva Air que manejaban 18 rutas aéreas en el país es una de las causas.
Y hay que señalar también que Viva se pudo salvar, aprobando la integración con Avianca. El gobierno dilató la decisión y luego impuso condiciones que lo hicieron inviable. Primero negaron, luego de la apelación tuvieron que pasar meses y que la aerolínea suspendiera operaciones para que la Aerocivil diera un visto bueno. Ultra Air también había pedido ayuda al gobierno nacional por su situación financiera y jamás recibieron una respuesta.
Algunos especulan que las demoras del gobierno para actuar y responder ante la crisis de las dos aerolíneas eran premeditadas, que buscaban su quiebra para que sus rutas quedaran libres y entonces hubiera la posibilidad de asignárselas a Satena y completar el proyecto del gobierno de una gran aerolínea estatal. Sin embargo, difiero de esa interpretación. Soy más negativa: Todo se debe a desorden, improvisación y falta de capacidad técnica.
La ocupación hotelera estuvo entre 43,2 % y 51,3 % en Semana Santa. Una disminución de hasta 15,5 puntos porcentuales comparado con el 2022. En la isla de San Andrés la ocupación llegó solo a un 30%. Cientos de personas salieron a marchar en las pasadas semanas en contra de las políticas contra el sector turismo del gobierno Petro. Según Cotelco en 13 departamentos del país se reportaron pérdidas económicas donde algunos superaron el 40 %. Ese sector genera más de 1,3 millones de empleos.
No contentos con el golpe tributario al turismo, ahora lo sepultarán con la reforma laboral. La coordinadora ponente del Pacto Histórico, reconoció que uno de los sectores más afectados será el sector hotelero. El aumento de los costos laborales destruirá lo que queda.
Según cifras del Banco de la República, en los últimos tres meses del 2022, la inversión extranjera directa del sector comercio, restaurantes y hoteles cayó un 61,5% respecto al 2019. Y no sorprende, pues entre más se complica la seguridad menos turistas llegan. El anuncio en EE.UU. de no visitar Colombia concuerda con el aumento de la violencia. En el Meta, por ejemplo,“Iván Mordisco” prohibió el turismo cerca al Sumapaz. En Palomino, la Guajira, comerciantes denuncian que están siendo extorsionados. El secuestro ha aumentado en más del 103% y la extorsión en un 27% en el primer trimestre del año.
La promesa de cambiar petróleo por turismo se ha convertido en solo un anuncio. Siempre dijimos, para construir un sector turístico fuerte no había que destruir los hidrocarburos. Para construir algo, nunca hay que destruir lo que existe. Para mejorar la salud, no hay que destruir el sistema de salud, para ser más equitativos no tenemos que acabar con los ricos ni con los empresarios. Esa apuesta destructiva siempre es fácil, pero la de construir es difícil. El cambio es acabar con el sector hidrocarburos mientras se ahoga al sector turismo.