Irrumpió en la escena nacional derribando talanqueras y prejuicios, poniendo las palabras en mayúscula, con voz santandereana y lenguaje frentero, ajeno a la cortesanía sibilina y traidora de quienes manejaron el país a punta de coñac y leyes de conveniencia.
Rodolfo Hernández aterrizó el debate a sus justas proporciones y no deja intersticios para las interpretaciones que son solo útiles a los intereses politiqueros de quienes pelechan desde los contratos y desde la burocracia perezosa y enriquecida con el erario.
“País de cafres” dijo alguna vez el ex presidente Darío Echandía, quien también dijo que “En política se pueden meter las patas, pero no las manos” y aquí, vaya si las meten, pero Rodolfo Hernández, como el chaparraluno en mención, es ojo avizor, para que ni metan las patas, ni mucho menos las manos en las riquezas nacionales. Al contrario, gobernará con los mejores y la austeridad es un atributo inherente a esos mejores, para cambiar en el país ese perverso mito de que la plata del presupuesto hay que gastarla toda, porque a quien no gasta y devuelve, lo investigan y le abren juicio disciplinario. ¡Qué desfachatez!
Ya Rodolfo Hernández nos dio muestra de lo que eso significa, cuando ahorró al país muchos miles de millones de pesos, al gastar menos de lo asignado para su campaña.
Rodolfo Hernández será un presidente con mayúscula, porque le sobra correa para fustigar y traer al orden democrático a jueces, magistrados y congresistas que abusan del poder que les confirió el pueblo y se auto regulan o aumentan sus salarios, venden fallos, se decretan una exorbitante pensión vitalicia y ordenan ser servidos por una corte de abogados, choferes, chef, manicuristas y gasolineras (estaciones de servicio y de las otras)
Rodolfo apareció en el panorama presidencial con una intención de voto rusa, es decir bajo cero, y nunca se le consideró riesgoso por los “conocedores” de la política y por los veteranos aspirantes a la primera magistratura.
Pero para Petro, Ingrid y Fajardo, que ya habían toreado en esa plaza, el mundo se les volteó cuando en las elecciones del 29 de mayo emergió como un gigante de casi seis millones de votos, Petro quedó dislocado, inventando estrategias para frenarlo, pero Rodolfo está imparable, incontenible, desde que se puso a la tarea de hacer su campaña por las redes, Instagram, Facebook, Twitter y YouTube. Además WhatsApp y Tik tok.
Rodolfo Hernández es a hoy, 5 de junio de 2022, el virtual presidente de los colombianos.