Este podría ser el alegato defensivo del candidato chavista colombiano y su escudero, el camaleónico ROI (Return of Ivestment) Barriers, que prefiere mochilas y no bolsas plásticas para guardar sus millones, para hacernos creer que la visita del inocente “hermano bolivariano” a la cárcel, visita que puso en la picota pública a la campaña chavista, no fue ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, y que el hermanito fue engañado y no sabía a qué iba, pues los que lo invitaron sí sabían que él no sabía, y por eso eclesiásticamente ofreció a inocentes bandidos “perdones sociales” de primera necesidad, ¿a cambio de un votico por ahí que les sobre por amor a Dios? ¿Será este su alegato? Pues no. Es un fragmento de la famosa película de Cantinflas de 1940: Ahí está el detalle.
82 años después, cínicos remedos de Cantinflas, el “perro, el gato o el loro”, o el multimillonario candidato marxista y su paje, también multimillonario congresista antes uribista, luego santista y ahora súbitamente comunista, quieren que creamos que los victimarios son víctimas y que lo ocurrido no ocurrió: “¿verdad qué no?, ¿o a qué sí?”, y que “el toro que ordeñaron” y el “perdón social” no es lo que dijeron que él dijo, sino un “entrampamiento” de los “traquetos”, “¿ora sí lo ven? Todo aclarado”.
¿Acaso nos creen tontos?
Como decía el tenista Arthur Gore: “No es la gente que está en la cárcel la que me preocupa, sino la que no lo está”.