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Eduardo Mackenzie*  

Las organizaciones extremistas colombianas están ayudando a las bandas armadas narco-comunistas asentadas en Venezuela que están realizando matanzas y conspirando contra las autoridades y contra el pueblo de Colombia.  Voceros del partido Comunes, integrado por ex miembros de las Farc, rechazaron el envío de 600 uniformados al Arauca, ordenado por el gobierno de Iván Duque. Ese departamento fronterizo con Venezuela, sobre todo en los municipios de Saravena, Tame, Arauquita y Fortul,  es actualmente el epicentro de las matanzas realizadas por las nuevas bandas emanadas de las Farc y del Eln.  A la fecha, las autoridades han verificado que los aparentes “enfrentamientos” entre esas organizaciones han causado la muerte de 27 personas, colombianas y venezolanas, en los últimos días.

Los integrantes de los dos nuevos batallones trasladados a esa región “cuentan con entrenamiento en combate rural y urbano, operaciones antisecuestro y antiextorsión”, según la prensa de Bogotá. Ese refuerzo militar y de policía es considerado como una amenaza por los jefes del grupo Comunes. Negando la realidad de los hechos, los jefes extremistas tratan de ocultar la responsabilidad de las estructuras ilegales trasladando, como hacen rutinariamente,  la culpa de la actividad narco-terrorista al Estado colombiano.

El senador comunista Iván Cepeda recitó, por ejemplo, el refrán de Comunes y criticó al gobierno de Iván Duque por haber enviado refuerzos militares a Arauca. Iván Cepeda calificó ese esfuerzo de defensa nacional como un acto “militarista” y sugirió al mismo tiempo que las violencias desatadas por las bandas narco-terroristas en esa región limítrofe con Venezuela se pueden apagar con “propuestas sociales” y aumentando los privilegios, que ya son excesivos, al partido Comunes, mediante lo que él llama “la implementación del acuerdo de paz”. El líder mamerto, un agente de influencia de La Habana y Caracas en el senado colombiano, también gesticuló contra el gobierno de Duque por respaldar la labor del general en retiro Alejandro Navas, Gobernador de Arauca, y por ofrecer recompensas a quienes ayuden a capturar a los criminales que están realizando las matanzas en Arauca.

Otro vocero de la corriente izquierdista es el representante a la Cámara Mauricio Toro quien  declaró: “Arauca necesita medidas urgentes e inmediatas, pero por sí solas no van a resolver nada. Casi 4 años de un gobierno incapaz de consolidar la seguridad nacional. Iván Duque mucho discurso, mucho grito pero poco de estrategia y medidas efectivas”.

El senador Feliciano Valencia repitió como cotorra la línea dictada por Timochenko, jefe del partido Comunes, y alimentó la propaganda negra contra Duque y el ministro de Defensa Diego Molano al decir: “Este Gobierno abandonó la frontera con Venezuela para acusar a Maduro de proteger a las guerrillas. Hoy Arauca, con 24 personas asesinadas y 50 desaparecidas, sufre las consecuencias de esa política de abandono ante los violentos. ¡Gobierno genocida!".

Los genocidas son otros: son las bandas colombianas y venezolanas que están tratando de apoderarse del departamento de Arauca y de amplios territorios de Venezuela, mediante la ultra violencia, para ampliar sus actividades ilegales de tráfico de drogas y de minería ilegal.  Son los irregulares que tratan de consolidar sus bastiones en el estado Monagas, de Venezuela, para controlar la navegación en el Orinoco, el mayor río de Venezuela.

Mientras el país respalda los esfuerzos del Estado colombiano para proteger a la población de Arauca, ante la obscura ofensiva de las bandas armadas ilegales, el senador Iván Cepeda desinforma a la opinión, sobre todo a la extranjera, sobre lo que ocurre en esa zona fronteriza y trata de ponerle trabas a la legítima actividad militar y de policía en ese importante departamento colombiano. Los electores no olvidarán en las elecciones legislativas que vienen esa actividad de quinta columna de ese patético activista.

* Colombian News (Editorial), París, 6 de enero de 2022

Publicado en Columnistas Nacionales

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