Esa candidatura de combate la encarnaba, y la encarna, espero, la senadora María Fernanda Cabal. Ella tiene la mejor y más realista comprensión de los problemas y desafíos que encara Colombia y tiene más y mejores ideas para obtener resultados de altura.
Reitero: la cuestión no es personal. Si OIZ hubiera sido escogido en condiciones diferentes yo no tendría inconveniente en aplaudir esa decisión.
Sin embargo, la forma de esa designación es problemática. Durante las correrías de los cinco precandidatos apareció una tendencia dominante: la campaña “Soy Cabal”. Ese éxito se veía en todas partes: por el número de asistentes a sus reuniones, por las reacciones en las redes sociales, por los artículos de prensa, críticos o no, que suscitaba esa candidata.
El sistema escogido para elegir al “candidato único” del CD contradijo la tendencia visible y ahí fue donde ese partido cometió un grave error. No ha logrado explicar la coherencia de esa elección. Volvió a fallar pues no utilizó un proceso claro, transparente y verificable.
Ahora el descontento es enorme en las bases del Centro Democrático. No es sino ver los mensajes twitter que están dejando en las redes sociales muchos militantes sobre tal designación. Ese malestar es legítimo y las bases que se sienten no consultadas, no oídas, no son las culpables de ese clima de crisis, intranquilidad y división. El periodista Juan Lozano tuvo toda la razón al escribir ayer: “A juzgar por lo que ocurre en redes y en bases del Centro Democrático, hay inconformidad en el partido y muchas personas no quieren aceptar el resultado de unas encuestas que generan sospechas. Pareciera que la designación del Dr Zuluaga más que unión generó división. Ya veremos” (1).
El malestar viene, en gran parte, de la técnica utilizada para “consultar” a la dirección y a los miembros del CD.
Que yo sepa, en ningún país donde los partidos escogen su candidato presidencial mediante el voto de las bases (en otros partidos un congreso, o la dirección misma, designa, muy legítimamente también, su candidato de partido) hacen esas consultas internas valiéndose de los servicios técnicos de oficinas privadas de terceros.
Lo hacen de manera autónoma y cerrada, que es la más sana y partidista. Como he participado en esos procesos me consta que la dirección designa un día electoral y las ciudades donde los adherentes, al día con su cotización, podrán depositar su voto. Su voto es secreto y de papel, y la urna que lo recibe está bajo el control de la dirección nacional del partido. El escrutinio es hecho en horas de la tarde de ese mismo día, ante las autoridades del partido y ante los representantes de los pre-candidatos y de las tendencias internas, si las hay, y ante las bases que quieren presenciar el conteo de votos. El partido controla así todas las fases de esa votación: nada de agentes externos, de oficinas “técnicas” o de empresas privadas “de mercadeo” en ese proceso.
El CD se fue por otro camino. Pagó a tres oficinas –Yanhaas, el Centro Nacional de Consultoría y el “Tempo Group” --no tengo la menor idea de qué es eso, pero alguien me dice que es una “empresa dedicada a la inteligencia de mercados” (¡de mercados!)— para que realizaran una serie de “encuestas” por teléfono y designaran, ellas, el nombre del ganador.
¿Sobre qué base hicieron las consultas? ¿El CD le dio a esas oficinas la lista de adherentes del CD? Si lo hizo cometió una falta grave. La lista de miembros de un partido político no puede ser dada a terceros. ¿Si no la dio cuál fue el universo humano tomado para hacer las consultas? ¿Cómo se repartieron ellas ese universo humano a consultar? De las llamadas telefónicas que dicen haber hecho, y de las respuestas dadas por los eventuales consultados, no hay traza alguna. ¿Cómo saber que alguien votó por un precandidato y no por otro? Imposible saberlo. En el anuncio dado por Nubia Stella Martínez, directora del CD, donde indicó que OIZ había ganado, ella no mencionó la cantidad de votos obtenidos por cada candidato en esa “consulta”. Solo les dio unos porcentajes. Nada es más irreal que un porcentaje cuando no se sabe la cifra-base de ese cálculo. ¿Por qué tal opacidad en los resultados?
¿Quién hizo, y en qué condiciones, el conteo de votos? Según el comunicado entregado por Nubia Stella Martínez, los encuestadores solo hicieron “4.200 encuestas”, es decir llamadas para pedir una respuesta. La página web del CD dice que ese partido tiene 642 000 afiliados (2). ¿Por qué ese nivel de consulta tan bajo?
Ese comunicado dice que las firmas que hicieron la consulta “enviaron sus resultados en sobres sellados”, que éstos fueron abiertos en presencia de Nubia Stella Martínez, de los cinco precandidatos y de tres “comités” anónimos: el “comité garante”, el “comité veedor” y la “auditoria externa”. Es decir, no hubo conteo de votos ante el CD. Las oficinas privadas enviaron sus cifras y estas, sin soporte material, fueron aceptadas, tal cual, por Nubia Stella Martínez.
¿Por qué Nubia no entrega las fichas técnicas de la triple operación de consulta y conteo? ¿Esas fichas técnicas existen? ¿Dónde está la transparencia prometida? ¿Dónde está el respeto a los pre-candidatos y a las bases del CD?
Oscar Iván Zuluaga debería pedir la entrega de los detalles de esa votación para que no haya una sola sombra de duda sobre su designación. Me parece que no ha pedido nada. ¿Cómo puede él decir entonces que fue elegido por las bases del CD? ¿Cómo podrá él generar una dinámica de unidad y de entusiasmo electoral real y de búsqueda del triunfo en 2022 en esas condiciones?
Hasta que se demuestre lo contrario se puede decir que el resultado de esa consulta viene de un escenario diferente, y de gente que no es el CD. Creo que allí, en esa operación técnica de elegir el candidato mediante una “encuesta”, y no mediante el voto real y efectivo de los miembros del CD, hay un escándalo mayor. La verdad de esa decisión tiene que surgir lo antes posible. No me extrañaría que, en caso contrario, un movimiento de desobediencia civil dentro del CD estalle contra esa designación.
En esas condiciones, lamentablemente, tal selección será una especie de veneno que minará la confianza y la relación entre las bases y la dirección del CD. Y ello tendrá efectos nefastos para Colombia. No por algo los Farco/petristas están felices con lo que ha ocurrido en el CD. ¿De nuevo JM Santos se salió con la suya?
Hay que rechazar los llamados a la pasividad y al conformismo ante ese veredicto y seguir exigiendo la verdad de esa designación. Los intereses de Colombia son más altos que los intereses de la burocracia de los partidos, incluido la del partido Centro Democrático.
(1).- https://twitter.com/JuanLozano_R/status/1462847448016211970