Y para completar en nuestro país, en el Pacto Histórico de Gustavo Petro, hacen presencia organizaciones marxistas leninistas con su iconografía comunista, que no dan muestra de ningún reato por los crímenes cometidos por sus correligionarios y al contrario justifican semejantes masacres ocurridas en varias naciones; subrayando que desde el surgimiento del comunismo para esa organización genocida los seres humanos son considerados como simples herramientas, que se utilizan para que la élite totalitaria de rienda suelta a sus caprichos, veleidades y apetitos.
Es curioso que algunos despistados e idiotas útiles, dicen que el comunismo no ha existido o que ha sido mal aplicado o mal interpretado, entonces de acuerdo a eso, se podría decir que también Hitler no supo adaptar el nazismo, cuando está plenamente probado que el comunismo y el nazismo en su aplicación han demostrado su carácter perverso y sanguinario; siendo bastantes descarados los jefes marxistas que nunca han pedido perdón por los crímenes que han cometido los miembros de ese engendro; ya que no veremos a Xi Jinping actual secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, pidiendo perdón por los millones de asesinatos perpetrados por su partido en la revolución cultural y en la colectivización, o por el origen y propagación del Covid-19 que ha causado 5,2 millones de muertos y 233 millones de contagios en el mundo.
La vecindad ideológica entre nazismo y comunismo es inocultable, veamos: “El movimiento nacional-socialista tiene un solo maestro: el marxismo”, el pronunciamiento fue hecho por el nazista Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945 (Kampf um Berlín, p.19), con esto se demuestra la cercanía inocultable entre el marxismo y el nazismo, teniendo este par de perversiones políticas un origen hegeliano, en donde el Estado es un dios.
En las elecciones de noviembre de 1932 en Alemania el partido comunista terminó respaldando a Hitler, quien después lo ilegalizó, pero fue factor para la consolidación del nazismo. Otro elemento de cercanía entre nazismo y marxismo fue el pacto Ribbentrop-Molotov el 23 de agosto de 1939 entre la Unión Soviética y la Alemania nazi; con este tratado de no agresión firmado 9 días antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, se repartían a Finlandia, Polonia, Repúblicas bálticas y parte de Europa oriental.
La Operación Barbarroja que se inició el 22 de junio de 1941, en donde comenzó la invasión nazi a la URSS, dejó por el suelo el pacto Ribbentro-Molotov, demostrándose el carácter traidor de las fuerzas totalitarias, como en una vendetta entre bandidos; a lo que se debe agregar que León Trotski responsabilizó a Joseph Stalin por la derrota de los comunistas en la guerra civil española, siendo asesinado el promotor de la Cuarta Internacional en México en 1940, por orden del dictador soviético.
“He aprendido mucho del marxismo…” “No dudo en admitirlo”. La frase es nada más ni nada menos que de Adolfo Hitler, con lo que se demuestra la admiración que los nazis sentían por el marxismo, así los comunistas no lo quieran reconocer y consideren una herejía la cercanía doctrinaria entre el marxismo y el nazismo, resaltando que el nazismo igual que el comunismo consideraba a la lucha de clases como “el motor de la historia”, así que el nacional-socialismo y el fascismo tiene su fuente en el marxismo, en donde la aplicación práctica de cualquiera de los tres lleva a que el Estado asuma todos los poderes sobre los ciudadanos quitándole los derechos individuales.
La caída del muro de Berlín en 1989, que hubiera sido la sepultura definitiva para el marxismo-leninismo en el planeta, le sirvió al tirano de Fidel Castro para que en compañía de Luis Ignacio Lula da Silva de Brasil, montarán el Foro de Sao Paulo en 1990, poniéndole un nuevo disfraz al comunismo totalitario, eso sí aprovechándose del atraso ideológico de algunos pueblos latinoamericanos, que todavía no han comprendido el carácter rastrero y pérfido del marxismo.
A lo anterior se le juntó el orate de Hugo Chávez en Venezuela, quien como un nostálgico de la guerra fría, no podía admitir la debacle del comunismo en la URSS y Europa oriental, por eso montó la parodia del socialismo del siglo XXl, que es otra mascarada marxista para engañar a nuestros pueblos, llevando a la patria de Bolívar a una situación absolutamente calamitosa.
No se puede pasar por alto que algo que identifica indiscutiblemente al nazismo y al marxismo es el terrorismo, que utiliza métodos violentos indiscriminadamente en contra de la sociedad para amedrentarla, buscando con ello fines políticos y económicos, especialmente, por ello no hay que olvidar la frase de Hitler quien decía: “Las masas necesitan de eso, algo que les cause pavor”.
Así como hay anti-nazismo, también debe existir el anticomunismo, pues ello es propio de la razón, porque esas doctrinas totalitarias son contrarias al humanismo. Resaltando que en el caso de Latinoamérica el comunismo totalitario es el principal enemigo de la democracia, puesto que el nazismo es insignificante por su escasa presencia, mientras que el marxismo con sus diferentes denominaciones sigue engañando a pueblos, ocultándose en un discurso miserabilista con su falsa sensibilidad social.
No queda la menor duda acerca de la relación entre el nazismo y el marxismo, en vista de que como doctrinas totalitarias han buscado avasallar a los pueblos, por ello la democracia es el mejor antídoto para preservar la libertad frente al marxismo maestro indiscutido del nazismo. Y en Colombia con Gustavo Petro en el 2022, el comunismo pretende tomarse el poder sin que las fuerzas republicanas hayan hecho lo suficiente para contrarrestar semejante amenaza, dado que ni siquiera se denuncia el apoyo que le dan al candidato de la Colombia Humana las hordas comunistas; caso contrario ocurriría si a cualquier otro candidato lo apoyará algún grupo neonazi (por minúsculo que fuera), no nos imaginamos los alaridos de la mamertada.