Desde los años 60 del siglo anterior, los tratados internacionales aceptaron el uso medicinal y científico de drogas ilegales. Para la industria del cannabis Colombia no habría necesitado la ley, que se convirtió en agitación para vender el consumo recreativo. Y no van bien los países que lo han adoptado. Crece la degradación de personas que consumen, las familias disfuncionales y la violencia. Es constante internacional encontrar que un alto porcentaje de autores de violencia proceden bajo el efecto de las drogas o en combinación con licores. Los hechos muestran que la marihuana conduce a usar otras drogas y que la venta legal también aumenta los mercados ilegales y la violencia. Los consumidores llegan a reconocer su afectación física y psicológica. El consumidor va pasando de lo esporádico al vicio insuperable. Se afectan la razón y la voluntad para decidir que son la esencia de la libertad que distingue el ser humano de los otros seres vivos. El consumo no es libre desarrollo de la personalidad, es camino a la pérdida de la libertad.
Es correcto no criminalizar el consumo, el Ministro Molano hace un esfuerzo para desmantelar casas de distribución y ojalá avance el decomiso de cualquier dosis.
La pandemia y sus consecuencias socio económicas han aumentado la depresión juvenil, el refugio en la droga y el suicidio y la violencia como opciones.
Los buenos avances educativos necesitan más y más: masificar la doble titulación de bachilleres y su introducción a la programación digital; el apoyo al empleo juvenil que ya se va viendo; los programas de emprendimiento apoyados por universidades y Gobierno; la ampliación del aprendizaje remunerado, etc.
La economía naranja del Presidente Duque y su programa CoCrea pueden dar un gran salto, están los estímulos tributarios, la institucionalidad pública y la disposición del sector privado.
Y la capacidad de nuestros jóvenes que convierten un grafiti en un mural con toda la fuerza del lenguaje artístico. Y la imaginación de las innovaciones tecnológicas.
En Antioquia, nuestros 14 mil estudiantes de música, en 1997, se guiaban por un sentimiento: Quien abraza un instrumento musical, jamás empuñará un fusil contra el prójimo.
* Publicado en su cuenta de Twitter el 5 de septiembre de 2021.