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Alexander Cambero                                                                             

Pocas veces la nación conoció mayores dosis de valentía. Es un esfuerzo que se inició hace mucho tiempo cuando el respaldo era pequeño. Su coherencia fue haciéndola una dirigente que hizo de la credibilidad la punta de lanza de su desempeño público. La honestidad en sus rectos procederes logró que el ciudadano la percibiera en su justa dimensión. Memorable su incesante actividad parlamentaria. Una voz desafiante en medio de las mayorías balbuceantes de una ideología embalsamada sobre las efigies de un socialismo atolondrado.

El haber cruzado fuertes palabras con la piedra roseta de la revolución hizo que la violencia preparara la hoguera. María Corina Machado fue brutalmente golpeada ante la mirada indiferente de la mayoría de sus compañeros. Solo dos valientes parlamentarios: El larense Eduardo Gómez Sígala y el expresidente de Fedecamaras y representante del estado Guarico José Manuel González salieron en su auxilio. El resultado fue una fractura en la nariz. Fue el comienzo de persecuciones contra alguien que siempre mantuvo su criterio.

A su paso cerraron vías. Grupos violentos al acecho para impedir que sus palabras abrieran cauce al despertar de la conciencia. Venció barricadas llenas de miseria humana. Atravesó ríos en canoas que después fueron incautadas como si se tratase de un alijo de drogas. Casi prohíben el comer empanadas en el llano. Clausuraron posadas y hoteles en donde llegaba. Toda una torcida manera de querer aniquilar a la simiente de la libertad frente a la pretensión hegemónica. Su tenacidad levantó a Venezuela. Cada ciudadano fue llenándose de ella para asumirla como su voz.

Hace poco fue interceptada. La secuestraron derribándola de una motocicleta. La indignación mundial y las profundas contradicciones internas los hicieron retroceder. El miedo que tuvieron al capturar la joya de la corona los intimidó. Sentimos que más allá de las órdenes estuvo la admiración y el respeto que genera su figura. En el fondo esos funcionarios saben que a ella le asiste la razón. Que su lucha es por una Venezuela libre en donde hasta ellos y sus familias pueden tener cabida.  

Su esfuerzo nos tiene acá. No es momento de hacer que la duda siembre su ponzoña infecciosa. La libertad es una convicción que se construye cada día. Lo que hemos hecho es una verdadera proeza de dimensiones colosales. ¿A quién enfrentamos? Logramos vencer a todo el aparato del estado y sus adláteres. Los derrotamos holgadamente en las elecciones del 28 de julio que hicieron a Edmundo González, presidente legítimo de Venezuela.  Las pruebas se conocen. El mundo libre y también los miembros del terror lo saben. Nuestra fortaleza está en no retroceder en el empeño de lograr que la democracia regrese con los sueños de cada venezolano. Aquí nadie se rinde. Con ese ímpetu ha recorrido parte de América, nuestro primer mandatario. Cada día se suman más países que comprenden que debemos vivir en una sociedad libre. Su mensaje es lograr que la libertad regrese a la patria secuestrada con la fuerza de la constitucionalidad. Una nación moderna en donde todos podamos lograr cumplir nuestras metas. En donde no se persiga a quien piensa distinto. Libertad con crecimiento económico para lograr salir del abismo.

Venezuela cuenta con nosotros. Acompañemos a María Corina Machado y al presidente de la República, Edmundo González, a terminar como los buenos toreros la tarea encomendada por la historia.

@alecambero

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