Para el totalitarismo es necesario que la población reciba una alta dosis de adormecimiento general. Un letargo profundo que haga que la resistencia vaya perdiendo la batalla, frente a la narrativa doctrinal que procede desde el poder. Es un mecanismo tan perverso que termina por socavar el sistema de libertades.
Al haber vencido a la firmeza democrática irán por el cambio constitucional que les garantice el sometimiento jurídico. Con la debilidad en el campo contrario aparecerá la verdadera intención de sus corazones.
El método Petro tiene una mejor preparación programática. No cae en la torpeza venezolana, ni tampoco da vueltas en el vacío, pero tiene el mismo deseo de perpetuidad que caracteriza este tipo de experiencias nefastas.
Quizás muchos nos tilden de exagerados. Tenemos más de veintitrés años sufriendo este escozor profundo que significa el secuestro venezolano. Cuando algunos personajes lo advertían no creíamos que padeceríamos algo así. Rechazábamos que nuestra suerte fuera una copia de los horrores que se originarios a raíz de totalitarismo en el poder. Hoy contamos este viacrucis para que otros pueblos abran sus ojos mientras puedan.
Es necesario la unidad de Colombia para impedir que termine como su hermana histórica. La defensa de sus instituciones democráticas para poder sostener la Constitución. El combate a la innegable injusticia social no puede ser la excusa que utilicen para ir en contra de la libertad. La sangre de la herida venezolana, emana tan cerca: que es imposible que no se den cuenta del riesgo que corren.
@alecambero
Alexcambero_62
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.