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¿La ineptitud de los jefes de los servicios secretos estuvieron a punto de costarle la vida a Donald Trump?

  • Miércoles, Ago 07 2024
  • Escrito por 

COLOMBIAN NEWS

6 octubre 2024

 

1.   Puede pasar en Colombia

2.   La dictadura de Maduro amenaza con desconectar a Venezuela del mundo:u “Volveremos a la edad de piedra”, dura sentencia de Cabello

3.   La "mediación" de Lula es una farsa

4.   Hundimiento de la civilización occidental

5.   ¿La ineptitud de los jefes de los servicios secretos estuvieron a punto de costarle la vida a Donald Trump?

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Puede pasar en Colombia

Por Luis Carlos Vélez

Revista Semana, Bogotá

https://www.semana.com/opinion/articulo/puede-pasar-en-colombia/202400/

3 de agosto de 2024

La defensa de las instituciones es la única garantía que tenemos los ciudadanos de no terminar en manos de un autócrata criminal como Nicolás Maduro.

Lo que está pasando en Venezuela puede pasar en Colombia, así de claro y sencillo. El robo de las elecciones por parte de Nicolás Maduro es el producto de la destrucción sistemática de la democracia, y su derrumbe deja evidencias que no podemos ignorar. Son piezas de un rompecabezas que, al final, tiene la imagen de una dictadura. Me explico.

Esta semana, en conversación para mi pódcast, Steven Levitsky, coautor del libro Cómo mueren las democracias, recordó que la implosión de democracias como la que había en Venezuela no es un hecho que ocurre de un día para otro, sino que es un proceso lento en el cual los autócratas van fracturando la división de poderes usando procesos institucionales.

El régimen Chávez-Maduro hoy puede impunemente robarse las elecciones en su país, porque no hay nada ni nadie que lo detenga. La dictadura es dueña de cada una de las instituciones que supuestamente debían velar por la división del poder y, en lugar de profesionales que exijan el cumplimiento de la ley, tiene notarios que ponen sellos en las arbitrariedades que emanan de los devaneos del Ejecutivo.

Todo empezó con un Chávez que, de corbata, se reunía con empresarios; luego, tomó el Congreso, más adelante se hizo de las Cortes y finalmente cerró medios. Cada uno de los pasos del autor de esta catástrofe fue dado lentamente pero con contundencia y con mucho dinero que sacaba del petróleo para financiar su conquista de cada una de las estructuras del poder. Su objetivo también lo logró gracias a vivos que se creen más vivos que el vivo y que pactan con el diablo pensando en que lo van a tumbar. Tontos.

Es por eso que hoy, más que nunca, se debe estar atento a cada uno de los atentados que el gobierno de Gustavo Petro, o cualquier otro, le haga a la división de poderes. La defensa de las instituciones es la única garantía que tenemos los ciudadanos de no terminar en manos de un autócrata criminal como Nicolás Maduro.

La usurpación del poder en Venezuela es una alerta para que los colombianos nos opongamos, sin ningún tipo de vergüenza, a una constituyente, reelección o fast track promovidos por este gobierno. Cualquier proyecto de ley que signifique sacarle el cuerpo a lo ya establecido por la norma debe ser visto con extrema duda y sospecha, porque la acumulación de estas acciones ineludiblemente lleva a dictaduras como la que hoy asesina en Venezuela. El país debe haber aprendido de eventos como el proceso de paz, en el que, a pesar de que por medio de un plebiscito lo negociado fue rechazado, magos del masajeo constitucional como Juan Fernando Cristo lograron aprobar fraccionadamente para que se notara menos o no generara tanto dolor.

Vale la pena tener las alertas más prendidas que nunca en nuestro país. Gustavo Petro está mostrando sus verdaderos colores y esta semana ha decidido abstenerse de una resolución sancionatoria a Nicolás Maduro, al tiempo que se ha unido al peligroso argumento de que se tiene que hacer un reconteo independiente para determinar quién ganó las elecciones, cuando todo el mundo ha sido testigo del fraude electoral más grande en la historia reciente. Esas decisiones ineludiblemente le dan una válvula de oxígeno al régimen asesino para que falsifique actas, torture opositores y monte una película que entierre los verdaderos designios del pueblo. El gobierno de Petro tiene hoy sangre en sus manos.

Puede que el gobierno de Gustavo Petro no tenga el petróleo de Maduro, pero no olvidemos que tiene la caja de la UNGRD. Puede que este gobierno no se haya tomado el Congreso, pero no pierda de vista que ya lo tiene enmermelado (corrompido). Puede que no tenga control formal de la Fiscalía, pero recuerde que sus fallos hasta ahora le convienen. Puede que no tenga hoy las Cortes, pero los cambios de magistrados que se vienen le darán peso mayoritario en los togados. Puede que no cierre medios, pero ya tiene los suyos: amigos y los de Hollman. ¿Se les está quebrando el pescuezo a la institucionalidad y a la división de poderes? Blanco es, gallina lo pone, frito se come.

Cuando ya sabemos que la película del no cuidado de las instituciones termina en un robo descarado de elecciones, seríamos muy idiotas e irresponsables al no ejercer su control y protección ciudadana. Lo que está pasando en Venezuela puede pasar acá y, lamentablemente, las señales no son buenas.

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La dictadura de Maduro amenaza con desconectar a Venezuela del mundo:

“Volveremos a la edad de piedra”, dura sentencia de Cabello

Revista Semana, Bogotá

https://www.semana.com/mundo/articulo/la-dictadura-de-maduro-amenaza-con-desconectar-a-venezuela-del-mundo-volveremos-a-la-edad-de-piedra-la-dura-sentencia-de-cabello/202411/

6 de agosto de 2024

Diosdado Cabello le declaró la guerra públicamente a Elon Musk, dueño de X, al que calificó de “drogadicto”. La situación en Venezuela cada vez es más compleja. Luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ratificara a Nicolás Maduro como presidente por tercer mandato consecutivo se han presentado numerosas protestas en los últimos días.

Igualmente, la mano derecha del líder chavista, Diosdado Cabello, amenazó este lunes con desconectar a la nación vecina con el resto del mundo, puesto que señaló que están dispuestos a no usar las diferentes redes sociales, incluida TikTok, que es de origen chino. El vicepresidente del Partido Socialista Unido también aprovechó el momento para arremeter una vez más en contra de Elon Musk, dueño de X, al que llamó “drogadicto”. Cabello aseguró que no van a permitir que tumben al régimen a través de las plataformas digitales.

“Hoy son las redes y tienen al frente al drogadicto de Elon Musk, que uno no sabe cuándo está sobrio. Ni siquiera él sabe cuándo está sobrio. Vive en un mar de drogas y ambiciones en busca de más dinero. Todas las corporaciones están contra Venezuela”, precisó inicialmente.

Luego, el diputado de la Asamblea Nacional sentenció: “Volveremos a la edad de piedra si toca. Si no tenemos que usar WhatsApp o TikTok, pues no lo usaremos, pero aquí no van a tumbar al gobierno usando las redes sociales”. Estas declaraciones de Cabello se registraron unos minutos después de que Nicolás Maduro emprendiera una nueva guerra contra las aplicaciones y las redes sociales. Ante un grupo de jóvenes chavistas, desde el Palacio de Miraflores, pidió el retiro “voluntario y progresivo” de WhatsApp, famosa aplicación de mensajería instantánea.

“Vete para el carajo, WhatsApp. Hoy, públicamente en mi programa de televisión, voy a romper relaciones con WhatsApp, porque WhatsApp la están utilizando para amenazar a Venezuela. Entonces yo voy a eliminar mi WhatsApp de mi teléfono para siempre”, dijo el líder del oficialismo. Hay que recordar que Maduro le declaró la guerra hace unos días a Musk, luego de que este fuera uno de los primeros en cuestionar los resultados de las elecciones presidenciales en el vecino país. El estadounidense, con una pequeña publicación en X, red social de la que es el máximo accionista, puso en duda el “fraudulento” triunfo del chavista.

“Hay una cosa que llaman redes sociales, que crean una realidad virtual, ¿y la realidad virtual quién la controla? Nuestro nuevo archienemigo, el célebre Elon Musk. Él quisiera venirse con sus cohetes y con un ejército a invadir Venezuela. Elon Musk, menos mal diste la cara, porque sabíamos que tú estabas detrás de todo esto”, apuntó en un principio.

Finalmente, concluyó: “Ya controla Argentina, ya controla Ecuador. Es la representación de la ideología fascista en el mundo. Elon Musk, quien se mete conmigo, se seca, se quema. ¿Quieres pelea? Vamos a darle, estoy listo. Soy hijo de Bolívar y de Chávez. No te tengo miedo, Elon Musk, vamos a darnos, donde quieras. Como decimos en Caracas: ‘Si tú quieres, yo quiero’, di dónde”.

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La "mediación" de Lula es una farsa

Por Alejandro Peña Esclusa *

Fuerza Solidaria, Madrid

https://fuerzasolidaria.org/?p=4831

6 de agosto de 2024

El pasado 28 de julio el pueblo venezolano fue protagonista de una gesta heroica, que contarán a sus hijos y nietos en los años por venir. Frente a todos los obstáculos y amenazas, la gente votó masivamente, de manera pacífica y democrática, y además permaneció en las mesas para garantizar la transparencia del proceso y la custodia de las actas. Ese día, los venezolanos hicieron valer la primera estrofa del Himno Nacional, “¡Gloria al Bravo Pueblo!”

Por si fuera poco, María Corina Machado, de manera inesperada y silenciosa, puso en práctica una estrategia brillante: el escaneo y transmisión de más del 80 por ciento de las actas, con las firmas de los testigos y los correspondientes códigos QR. Luego de lo cual fueron cargadas en la página web www.resultadosconvzla.com para que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, pudiera verlas. Los resultados fueron devastadores para el oficialismo. Edmundo González le había propinado una verdadera paliza al chavismo, obteniendo el 67 por ciento de la votación, frente al 30 por ciento de Maduro. Acorralado por tales circunstancias, Maduro se hizo proclamar ganador por un CNE servil, sin presentar las actas, y desató el baño de sangre que había anunciado durante la campaña electoral.

Lo ocurrido en Venezuela constituía un problema de gran envergadura para la izquierda internacional. Uno de sus principales aliados, el “hijo de Chávez”, había cometido un fraude monumental a plena luz del día y estaba masacrando al pueblo.  ¿Cómo hacer un control de daños para que la izquierda no se hundiera junto con él? Fue entonces cuando el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla desplegaron a tres de sus principales alfiles, Lula, López Obrador y Petro, quienes se dieron a la tarea de cambiar los hechos, a través de su especialidad: inventar relatos. Se autoproclamaron mediadores de la crisis venezolana y comenzaron a desviar la atención de lo ocurrido el 28.

El primer paso fue ignorar las actas oficiales presentadas por la oposición y “exigir” a las autoridades electorales la presentación de estas, pero sin poner un plazo ni denunciar que el CNE estaba parcializado a favor de Maduro, como si lo hizo el Centro Carter. Este plazo indefinido le permitió al dictador aplastar las protestas, infundir el terror, y ordenar juicios en contra de María Corina Machado y Edmundo González para obligarlos a resguardarse, es decir, a aislarse del pueblo.

El segundo paso fue convencer a Estados Unidos y a Europa de esperar a la presentación de las actas por parte del CNE y de no reconocer a Edmundo González como presidente electo (como ya lo habían hecho Argentina, Costa Rica, Ecuador, Perú, Panamá y Uruguay), porque, según el trío, reconocer a González “obstaculizaba las negociaciones”. Además, ellos jugaron un papel protagónico para sabotear una resolución de la OEA en contra de Maduro.

El tercer paso fue tratar de apartar al presidente Milei, expulsando a los funcionarios diplomáticos de la embajada de Argentina, donde estaban asilados seis miembros del equipo de María Corina. Lula aprovechó esta circunstancia para asumir su “protección”. Tanto Milei como María Corina se vieron obligados a agradecerle el gesto. Evidentemente, el presidente brasileño pudo haberle exigido a Maduro un salvoconducto para ellos, pero no lo hizo.

Y el cuarto paso, en pleno desarrollo, es lanzar propuestas a la comunidad internacional para encubrir el crimen que cometió Maduro, como la de repetir las elecciones o establecer una negociación directa entre el dictador y Edmundo González, pero sin la participación de María Corina Machado. La intención de esta maniobra es fracturar la unidad opositora y agitar el fantasma de la traición.

En resumen, la supuesta mediación de este trío solo ha servido para darle oxígeno a Maduro, paralizar a la comunidad internacional y debilitar a la oposición.  La solución a la crisis venezolana consiste en desestimar los relatos difundidos por Lula, AMLO y Petro, y regresar a los hechos. Urge denunciar el golpe de Estado sangriento propinado por Maduro, validar las actas oficiales que se encuentran en la página www.resultadosconvzla.com y seguidamente reconocer a Edmundo González como presidente electo. Este trio de mediadores autonombrado debe ser apartado, o al menos balanceado con otros negociadores confiables, que ofrezcan a Maduro condiciones para que reconozca su derrota y abandone el país, garantizándole su seguridad y la de sus familiares.

*Autor del libro “Los fraudes electorales del Foro de Sao Paulo” https://a.co/d/g4FoTMS

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Hundimiento de la civilización occidental

Por Luis Alfonso García Carmona

La Linterna Azul, Bogotá

https://lalinternaazul2.wordpress.com/2024/08/06/hundimiento-de-la-civilizacion-occidental/

6 de agosto de 2024

Cuenta la historia (Watson, Peter, Ideas), que durante el período comprendido entre los años 750 y 350 a. C., el mundo experimentó una extraordinaria transformación: surgieron la mayoría de las grandes fes religiosas del mundo. Podría decirse que éste es el cambio más trascendental de la historia de las ideas.

Y, luego, en el año 66 d. C., entre la muerte de Herodes y la destrucción del templo de Jerusalén, ocurrió uno de los acontecimientos más decisivos de la historia del mundo: el advenimiento de Jesús. No ha existido otra fe religiosa que haya dejado mayor cúmulo de valores espirituales y normas de convivencia para mejorar el bienestar integral de los seres humanos que el mensaje evangélico de Jesús.

Hubo que esperar hasta el siglo XIV para que apareciera una sustancial transformación en la manera de administrar el Estado: el sistema democrático, a través de las “asambleas de Estado” que funcionaron en el seno de las monarquías europeas, y, a finales del siglo XVIII en los Estados Unidos, por fuera del marco monárquico y aristocrático, mediante la noción de la representación popular. (Duverger, Mauricio, Instituciones políticas y derecho constitucional)

Vienen a nuestra memoria estos hitos en la historia universal, ante dos trágicos eventos que, al unísono, dan cuenta del proceloso hundimiento de nuestra civilización occidental en las manos de sombríos personajes que protagonizaron recientemente el mayor fraude electoral en la historia de nuestra hermana república de Venezuela y la nauseabunda blasfemia contra nuestras creencias en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París.

Ni las invasiones bárbaras, ni la caída del Imperio Romano de Occidente, ni la toma de Constantinopla por los otomanos han significado una hecatombe de las proporciones que estamos presenciando. En aquellas dramáticas coyunturas, por encima de las derrotas militares o de la destrucción física de las ciudades, se conservó la esencia de la civilización occidental: sus principios de respeto a la libertad, a la dignidad de la persona humana, la Verdad, la Justicia y la Familia tradicional. Ahora todo se ha sacrificado en el holocausto de las más rastreras pasiones, de la corrupción, la iniquidad y la ausencia de ética, moral y de respeto por los derechos fundamentales del hombre y de la comunidad.

El mayúsculo fraude cometido en Venezuela ha dejado sin palabras hasta los propios aliados de la grotesca dictadura que rige los destinos de los venezolanos. No hay norma jurídica, ni talanquera política que no se haya saltado para aferrarse de manera criminal y violenta al poder. La comunidad internacional clama porque se respeten los derechos del pueblo venezolano, soberano pero subyugado por una ominosa dictadura. Pero, además, se exige a los tribunales internacionales la condena de los actos criminales como los secuestros, asesinatos, torturas, y toda clase de vejámenes con los que se trata de callar las voces de las víctimas de este monumental zarpazo electoral.

En conclusión, ha desaparecido en Venezuela el sistema democrático y queda el pueblo a merced de los tiranos de turno empeñados en la imposición a la fuerza de un régimen materialista, marxista y violento. Todo ello ante la faz del mundo, contando con la tolerancia, la indiferencia, la cobardía y la complicidad del Vaticano, de los líderes de los partidos autodenominados de “centro” o de “derecha” y de los masivos medios de comunicación financiados por los movimientos “woke”, Lgtbiq, etc.

Coincidió este asalto a la Democracia con la burda y repugnante pantomima montada en los Juegos Olímpicos de París para irrespetar las creencias de varias religiones (Iglesia Católica, iglesias cristianas) e imágenes que los creyentes consideran sagradas. Ya ni el más íntimo fuero de los ciudadanos es respetado por quienes se creen dueños del mundo y quieren imponer sus gustos y tendencias antinaturales al resto de la Humanidad. El poder del dinero y la explotación de las más bajas pasiones les valen para arrasar con los sentimientos y los derechos ajenos. Acabar con este patrimonio moral de la persona humana es ahora bienvenido en nombre de una mal entendida “modernidad”, que no es otra cosa que el culto a la chabacanería y a la ausencia de edificantes normas de conducta.

Lo dicho: Se nos está hundiendo la cultura occidental, la civilización judeo-cristiana, los sistemas que defienden la Justicia y el derecho a la propiedad, para instaurar, contra la voluntad de las mayorías, el régimen del terror y de la mentira, de la corrupción y la inmoralidad, de la violencia y la miseria.

¿Estamos dispuestos a permitirlo o nos queda, aún, un ápice de valor, de respeto por nosotros mismo y de amor por nuestra Patria para luchar por la supervivencia de nuestro patrimonio cultural?

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¿La ineptitud de los jefes de los servicios secretos estuvieron

a punto de costarle la vida a Donald Trump?

Por John Green *

American Thinker

https://www.americanthinker.com/articles/2024/08/did_complacency_almost_get_donald_trump_killed.html

Traducido por Colombian News

5 de agosto de 2024

El 27 de enero de 1967, los astronautas Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee perdieron la vida en un extraño accidente durante una prueba de rutina. Al final de la investigación, Frank Borman, otro astronauta, dijo al Congreso que sus amigos habían muerto por “falta de imaginación”. Según dijo, nadie –ni siquiera él mismo– había imaginado que una prueba de la cápsula, realizada en tierra, podría ser tan catastrófica.

Escuchamos nuevamente la frase “fracaso de la imaginación” la semana pasada, cuando el director interino del Servicio Secreto, Ronald Rowe, testificó sobre el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump. Dijo que la actuación del Servicio Secreto el 13 de julio se redujo a "un fracaso en muchos niveles, incluida la falta de imaginación y la incapacidad de cuestionar nuestras suposiciones". Me pregunto si el director interino Rowe se ha dado cuenta de que la “falta de imaginación” es la admisión más condenatoria para su agencia.

La misión del Servicio Secreto es anticipar y mitigar las amenazas a las personas a las que protege. Si un oficial no puede imaginar que un agresor pueda atacar con un rifle a una distancia de 120 metros, ese oficial no tiene la imaginación necesaria para formar parte de ninguna rama de las fuerzas del orden, y en particular de los Servicios Secretos. Sin embargo, Rowe admitió bajo juramento que el problema de la imaginación existía en todos los niveles de su agencia.

La calamidad de los errores del 13 de julio de 2024 es tan inimaginable que ha dado lugar a gran cantidad de especulaciones sobre conspiraciones del Estado profundo como la de "Epstein no se ahorcó".

Dado el comportamiento de nuestro gobierno durante los últimos diez años ¿quién podría culparlos?

• El FBI y la CIA intentaron destituir a un presidente debidamente electo mediante un engaño al que llamaron “póliza de seguro”. Esto es un hecho, no es una teoría.

• El Departamento de Justicia intentó encarcelar a Donald Trump por actos protegidos constitucionalmente. Esto es un hecho, no es una teoría.

• Operativos demócratas en varios estados intentaron sacar a Donald Trump de la votación presidencial, basándose en opiniones sobre sus motivaciones, el 6 de enero. Esto también es un hecho.

• Un miembro demócrata del Congreso, Bennie Thompson, está intentando eliminar legislativamente la protección del Servicio Secreto de Donald Trump. Es un hecho.

Teniendo en cuenta lo anterior, ¿no cabría preguntarse si las mismas personas que solicitaron cómplices inestables para secuestrar a la gobernadora Gretchen Whitmer no habrían solicitado un cómplice inestable para perseguir a Donald Trump?

A pesar de la reciente historia de conspiraciones y trucos sucios de nuestro gobierno (todos los cuales han fracasado), creo que la regla de Hanlon debería ser nuestra guía: "Nunca atribuyas a la malicia lo que se explica adecuadamente por la incompetencia”.

Dado que la única competencia demostrada del gobierno federal es la de ser una molestia para nosotros, me inclino a pensar que el Servicio Secreto no es una excepción. Sin embargo, existe más de un tipo de incompetencia. Está la incompetencia vinculada a la falta de experiencia para hacer su trabajo: el oficial que no sabe que un agresor armado con un rifle podría representar una amenaza.

También está la incompetencia de la complacencia: el oficial que supone que nadie atacará con un arma, porque eso no ha sucedido recientemente. La incompetencia por complacencia ocurre cuando dejas de intentar superar a tus oponentes porque el trabajo se ha vuelto rutinario. ¿Es posible que los agentes usen gafas oscuras y adopten poses amenazadoras para las multitudes, pero no se imaginan lo que podría salir mal porque nada nunca sale mal?

La complacencia es quizás la forma más peligrosa de la incompetencia

Me atrevería a decir que pocos agentes del Servicio Secreto nacieron la última vez que un presidente fue atacado con un arma. ¿Será por eso que no imaginaron que esto podría pasar? La complacencia es quizás la forma más peligrosa de incompetencia. Permite a un experto engañarse a sí mismo creyendo en su propia infalibilidad. Ya no imagina que podría estar equivocado o que un oponente podría ser más inteligente que él. Es entonces cuando nuestro subconsciente toma un papel importante en nuestras decisiones.

Las elecciones de las personas complacientes empiezan a reflejar sus prejuicios: pereza, disgusto, infelicidad, hostilidad, superioridad… lo que sea. Las personas complacientes racionalizan sus malas decisiones diciéndose a sí mismas que todo estará bien. Dado que la única competencia demostrada del gobierno federal es la de ser una molestia para nosotros, me inclino a pensar que el Servicio Secreto no es una excepción. Sin embargo, existe más de un tipo de incompetencia. Está la incompetencia vinculada a la falta de experiencia para hacer su trabajo: el oficial que no sabe que un agresor armado con un rifle puede representar una amenaza.

¿Hay alguna razón para creer que el Servicio Secreto –la institución, no todos los agentes individuales– es la única agencia federal que no espera que Donald Trump no regrese al poder? ¿Podría ese sesgo influir inconscientemente en las decisiones de quienes toman decisiones complacientes en sus filas? El servicio de escolta de Donald Trump ha solicitado repetidamente más recursos. Los responsables de la toma de decisiones de la agencia pueden haber racionalizado el rechazo de esta solicitud diciendo: “El actual equipo de Trump lo ha hecho bien hasta ahora. Solicitud rechazada. Todo estará bien."

Cuando la primera dama Jill Biden necesitó protección en el mismo estado que Donald Trump, los líderes de la agencia sacaron agentes del cuerpo de Trump. Es posible que se hayan dicho a sí mismos: “Utilizaremos agentes de otras agencias. Tienen las insignias necesarias y también trajes oscuros. Todo estará bien."

Ahora sabemos que el director interino Rowe ha realizado recortes en la División de Contravigilancia (CSD) del Servicio Secreto, el grupo responsable de evaluar las amenazas. También sabemos que el CSD no estuvo presente y no realizó una evaluación de amenazas en Butler, Pensilvania. Puedo imaginar el razonamiento: “este mitin no es diferente de los otros mítines del señor Trump. No necesita una sola evaluación de amenazas. Todo estará bien."

Nos enteramos de que la policía no estaba en el techo utilizado por el francotirador porque hacía demasiado calor. Los responsables del suceso debieron decirse: “Si el techo está demasiado caliente para nosotros, está demasiado caliente para un francotirador, no habrá problema. Además, hay algunos policías locales allí. Nos avisarán si ven algo sospechoso. Todo estará bien."

¿Algo de esto le parece más plausible que la idea de que el Servicio Secreto no conoce el alcance efectivo de un rifle o que el gobierno intentó matar a Donald Trump? Cuando una tarea esencial, como proteger objetivos políticos, se vuelve rutinaria, las personas encargadas de ella no se preocupan de que sus adversarios hayan pensado en algo en lo que ellos no pensaron. No cuestionan sus propias decisiones ni se preocupan por lo que se hayan perdido. Es entonces cuando la falta de imaginación lleva al fracaso de la misión.

La incompetencia de la complacencia sólo puede corregirse mediante la rendición de cuentas, que es sumamente deficiente en nuestro gobierno federal. Si quienes toman las decisiones en el Servicio Secreto no están lo suficientemente preocupados por la seguridad de sus protegidos, tal vez les importe la longevidad de sus carreras si tienen que responder por sus fracasos.

La actuación de Keystone Cops el 13 de julio provocó sólo una dimisión, la de la directora Kimberly A. Cheatle. Sólo una persona fue responsabilizada por lo que Rowe llamó “fracasos en todos los niveles” del Servicio Secreto. ¿Cuántos miembros más del Servicio Secreto siguen escuchando la voz de su subconsciente diciéndoles que todo va a estar bien? ¿Puede un político sentirse seguro bajo la protección de agentes que quizás todavía estén escuchando esa voz?

* John Green es un ingeniero jubilado y refugiado político de Minnesota que ahora reside en Idaho. Pasó su carrera diseñando sistemas de defensa complejos, desarrollando organizaciones de alto rendimiento y realizando planificación estratégica corporativa. Es redactor de American Free News Network y puede ser contactado en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

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Publicado en Politica
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