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Petro, otra vez al Senado
Por Oscar Alberto Díaz G.
El Diario, Pereira
https://www.eldiario.com.co/opinion/y-petro-otra-vez-al-senado/
4 de junio de 2022
Seria magnifico que Rodolfo Hernández salga a desenmascarar de frente las mentiras de Petro, para lo cual le sobran argumentos y razones.
Con Petro en el Senado, evento muy probable ocurrir en dos semanas, la primera línea entraría en acción destructiva de nuevo. Petro jamás reconocerá el triunfo de Rodolfo Hernández, así que el país debiera prepararse para confrontar la subversión con normas efectivas, con propiedad, con decisión. Sin la alcahuetería del sistema judicial, o mejor aún, a pesar de ella.
Y el país debiera preparase para confrontar la subversión urbana, apoyada desde afuera por las disidencias en las regiones rurales y los territorios cocaleros, con propiedad y decisión, sin las ambigüedades de un congreso arrodillado al narcotráfico y a sus intereses. Mejor aún: a pesar de eso.
Para poner a Petro de nuevo en el Senado, la tarea es titánica; no podemos confiar en las cuentas matemáticas, en las estadísticas y en las probabilidades. Las maromas del día Marzo 13, que le otorgaron tres curules gratuitas adicionales a Petro, quedaron impunes. El asunto no es sacar dos millones más de votos, el asunto es poner en evidencia el andamiaje fenomenal del grupo conformado por el CNE, Alexander Vega, Indra, que hizo su tarea ante la indiferencia de unos partidos que reaccionaron tardíamente y de un jefe de Estado que les avaló la maroma.
La manera como se desarrolló el pre conteo y el conteo de Mayo 29 fue legal en apariencia. Tanto, que preocupa; bien puede ser una diseñada estrategia maquiavélica, tal cual lo afirma Eduardo Mackenzie en su periódico digital desde Paris, el Colombian News. Estrategia que desde la falsedad genera confianza, pero que les allana el camino a los tramposos. No olvidemos que los comunistas predican y practican el postulado de Mao Tse Tung para dar validez a la obtención del poder usando todas las formas de lucha.
Desmontar la tramoya de Indra es muy difícil a estas alturas; pero neutralizarlos es factible, si Rodolfo Hernández se apoya en un equipo tecnológico efectivo, para confrontarlos con éxito. Y seria magnifico que Hernández también salga a desenmascarar de frente las mentiras de Petro, para lo cual le sobran argumentos y razones.
¿Y cuál la línea a seguir después del 7 de agosto? El nuevo jefe de Estado, para cumplir su mandato constitucional, no puede arrancar a gobernar presionado por la opinión internacional de la izquierda, no puede arrancar a gobernar dejándose presionar por la ineptitud de un congreso corrupto, no debe arrancar a gobernar bajo los dictados del aparato judicial prevaricador y amenazante, que pretende imponer la dictadura del llamado por ellos, ´El siglo de los jueces´.
Así, a partir de ese glorioso día, podremos ver cumplida la ilusión de un nuevo país, con una reforma constitucional desde un referendo popular que modifique de forma y fondo el nido de Ali Baba, nido de corrupción y origen de todas nuestras desgracias: el congreso. Incluido Petro y sus veinte… senadores.
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Hay que elegir, nada de voto en blanco
Por Jesús Vallejo Mejía
Pianoforte, Medellín
https://javalmejia.blogspot.com/2022/06/hay-que-elegir-nada-de-voto-en-blanco.html
3 de junio de 2022
Recuerdo que en 1974, cuando se enfrentaron para aspirar a la presidencia Alfonso López Michelsen, Álvaro Gómez Hurtado y María Eugenia Rojas, después de hacer una presentación ante la Junta de Dirección General de la Andi, en la que yo actuaba como secretario, el primero de ellos me comentó cuando lo acompañé hasta el ascensor que la confrontación, sobre todo entre él y Gómez Hurtado, era algo así como la competencia entre la Coca-Cola y la Pepsi-Cola.
No podemos decir lo mismo acerca del debate electoral que hoy opone a Rodolfo Hernández y Gustavo Petro. Aunque uno y otro prometen introducir cambios sustanciales en el régimen colombiano, no hay entre ellos el acuerdo sobre lo fundamental que es indispensable para adelantarlos armónicamente, pues sus visiones sobre la sociedad y cómo mejorarla difieren de modo ostensible. Pueden estar de acuerdo sobre ciertos datos, como las dimensiones de la pobreza que afecta a millones de nuestros compatriotas, pero a partir de ahí las soluciones que ofrecen se orientan por caminos muy distintos.
Hay quienes piensan, no sin algunas razones de peso, que la contienda se da entre dos populismos, si bien esta categoría politológica no es del todo clara. Sea de ello lo que fuere y aceptando en gracia de discusión que esas apreciaciones son acertadas, conviene detenerse en el fondo de cada una de estas tendencias para evaluarlas y decidir con sensatez acerca de cada una de ellas.
Yo tengo claridad sobre lo que ofrece Petro, no obstante la telaraña de mentiras e imposturas que rodea su discurso. No es verdad que su proyecto se enlace con la Revolución en Marcha que promovió López Pumarejo entre 1934 y 1938, a la que Eduardo Santos le impuso una pausa entre 1938 y 1942. La izquierda liberal que por esas calendas adelantó los cambios que quedaron impresos en la Reforma Constitucional de 1936 podía inscribirse dentro de la Social Democracia, que era objeto de ásperos reproches de parte de los comunistas. Lenin llamaba "social-traidores" a sus partidarios. Echandía, Gaitán y otros ideólogos de esa izquierda liberal estaban más cerca del socialismo francés o el laborismo británico que de los bolcheviques. Su ideario liberal los alejaba de estos últimos.
Petro es comunista, aunque trate de ocultarlo. Sus antecedentes así lo acreditan sin lugar a discusión. Se hizo revolucionario desde la adolescencia, cuando militó en el M-19. Este funesto movimiento se desmovilizó y convino la paz bajo los gobiernos de Barco y de Gaviria. Muchos de sus activistas evolucionaron hacia posturas más moderadas y de hecho se adaptaron a nuestro régimen, que no es ajeno a cierta tendencia izquierdizante. Pero no es el caso de Petro, que, como ha dicho Fico, pudo haber abandonado las armas, pero no desmovilizó su espíritu. Cuando le reprochan su pasado guerrillero monta en cólera y se exalta justificando la rebeldía juvenil. No más ahora, cuando le acaban de preguntar por lo que haría en caso de perder la elección presidencial, respondió que retornaría a su juventud.
Petro es figura descollante dentro del Socialismo del Siglo XXI. La distancia que parece mostrar respecto del régimen venezolano es para no perder votos. Pero sus nexos con el régimen cubano, que es el gran motor de ese movimiento continental, son nítidos. No es posible dudar de que el ideal de sociedad que lo anima no es otro que el que se ha impuesto en Cuba. Los que lo siguen, de modo consciente o inconsciente, quieren instaurar en Colombia un régimen calcado del de la Isla Prisión. Si gana la presidencia, tarde o temprano dará los pasos para poner en obra tan perverso proyecto.
El que vote el 19 de este mes por Petro tiene que saber que lo hace para seguir los pasos de Venezuela, Nicaragua, Chile o Perú, todos ellos manipulados por la dictadura cubana. Quizás Petro sea apenas una ficha que moverá acá Cepeda, que creo que sería la eminencia gris de su régimen, así como los Comunes y, algo más allá, el ELN. El que quiera formarse una idea de cómo es un estalinista de pura cepa, fíjese en aquél. Es tenebroso a más no poder.
"Guardaos de los falsos profetas", a quienes "por sus frutos los conoceréis", dice con su proverbial sabiduría el Evangelio. Petro es uno de ellos. No en vano ha perorado en una plaza pública que lo suyo entraña un "pacto con Satanás". Para cumplir lo que promete hará de Colombia un infierno.
La propuesta de Rodolfo Hernández es muy diferente. Lo que ofrece es un Estado austero, libre de corrupción, que actúe de modo eficaz y eficiente para resolver los más apremiantes problemas de nuestras comunidades. No entraña amenaza alguna para la democracia que tenemos ni para las libertades que consagra la Constitución. Desde luego que su programa suscitará conflictos, sobre todo con la clase política y sus paniaguados, pero el éxito que obtenga redundará en bien de todos, especialmente los más necesitados. Como escribí hace unos días, que cada elector pese y compare lo que entrañan los respectivos programas de Petro y de Hernández. Su voto es, ahora sí, decisivo para la suerte de Colombia. No equivale a elegir entre dos bebidas gaseosas, sino entre un tósigo (Petro) y un tónico (Hernández).
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Lo que va de Rodolfo a Trump y a Vox
Por Ramón Pérez Maura
El Debate, Madrid
https://www.eldebate.com/opinion/20220602/rodolfo-trump-vox.html/
2 de junio de 2022
«Si de algo no se puede acusar a Petro es de no ser claro sobre sus intenciones. Él no es un lobo con piel de oveja, sino un lobo con piel de lobo. De ponerse en práctica la totalidad de sus iniciativas, podría venirse abajo la frágil estantería macroeconómica e institucional del país»
Me ha sorprendido en los últimos días el entusiasmo con que cierta derecha ha acogido el resultado electoral en Colombia de Rodolfo Hernández frente al ultraizquierdista Gustavo Petro. Rápidamente se ha hecho un paralelismo extremadamente simplista. Rodolfo es un Trump. Ciertamente tiene algunas características de aquel: su vetusta edad, su fortuna personal y su capacidad para acabar mal con todos los que trabajan con él. Tres rasgos verdaderamente notables.
En cambio, el pasado lunes, al día siguiente de pasar a la segunda vuelta, Rodolfo Hernández subió veinte tweets con veinte puntos de lo que será su programa político. Mencionaré sólo siete: 1) Restablecer relaciones diplomáticas con la Venezuela de Maduro. 2) Apoyo al aborto que sólo es decisión de la mujer. 3) Se niega a fumigar los campos de drogas con glifosato. 4) Afirma que lo más peligroso de las drogas es la prohibición. 5) Implementar el acuerdo de paz que el pueblo colombiano rechazó en plebiscito y Santos impuso con trampas. 6) Las políticas neoliberales nos dejaron el atraso. 7) En mi Gobierno habrá completo apoyo a la diversidad sexual y de género, incluyendo el matrimonio igualitario y la adopción por parejas del mismo sexo.
A quienes me conocen y me leen no les sorprenderá si les digo que yo estoy en contra de los siete puntos. Sin matices. Y aun así confieso que voy a votar a este tipo que me parece un muy mal candidato. Quienes se apresuran a identificarle con Trump o Vox, me gustaría que me dijesen cuál de esos puntos apoya o el expresidente norteamericano o el partido español. Esto es un populismo –que yo no definiría como de derecha o ultraderecha– que se enfrenta a un populismo incuestionablemente de ultraizquierda.
Y entonces me podrán preguntar por qué voy a votar por él. Y la respuesta es bien sencilla. Porque la alternativa es mucho peor, que ya es decir.
Gustavo Petro fue un guerrillero del M19, los terroristas a los que el gran narcotraficante Pablo Escobar contrató para asaltar el Palacio de Justicia de Bogotá el 6 de noviembre de 1985 dejando 101 muertos entre los que había 11 magistrados del Supremo. Quienes han trabajado con él en su etapa de alcalde de Bogotá afirman que es un pésimo administrador y muestra indicios inequívocos de autoritarismo. Entre otras propuestas económicas ha dicho que no permitirá más exploración de hidrocarburos en un país que produce 740.000 barriles de petróleo al día; que retirará el dinero de los fondos de pensiones privados y lo llevará a las arcas estatales –es decir, lo robará a sus legítimos propietarios; acabará con las Entidades Promotoras de Salud, la sanidad privada colombiana; cuestionará la independencia del Banco de la República; financiará sus programas sociales imprimiendo moneda, como si fuera el tío Gilito de Disney; hará una drástica subida de impuestos para todos y aranceles a determinados productos industriales y agrícolas. Como ha dicho el gran editor Felipe López en prácticamente la única columna que ha firmado en su vida: «Si de algo no se puede acusar a Petro es de no ser claro sobre sus intenciones. Él no es un lobo con piel de oveja, sino un lobo con piel de lobo. De ponerse en práctica la totalidad de sus iniciativas, podría venirse abajo la frágil estantería macroeconómica e institucional del país. El resultado sería una fuga de capitales, un déficit gigantesco, un desorden en salud, un caos en pensiones y la posibilidad de una inflación desbocada.»
Las encuestas hoy apuntan a una corta victoria de Rodolfo, pero me temo que esté cometiendo muchos errores y no sólo en el enunciado de su programa. En primera vuelta no se derrotó a los partidos históricos. Se derrotó al candidato al que respaldaron los partidos históricos y a los que éste, Fico Gutiérrez, ignoró. Rodolfo Hernández ha empezado acusando y atacando a todos esos partidos y ya tiene al Partido Liberal de Gaviria, que apoyó a Fico Gutiérrez en la primera vuelta, camino de los brazos de Petro. Donde ya están innumerables exministros de Juan Manuel Santos, el premio Nobel de la Paz, tan amigo de los guerrilleros y los comunistas.
No hace falta recordar que la democracia es un sistema imperfecto. Quienes tanto admiran el sistema electoral a dos vueltas se encuentran aquí con que puede ser tan malo o peor que el sistema a una vuelta. Pero al menos te da la oportunidad de votar por una opción muy mala, pero menos pésima que la alternativa. Eso es lo que está en juego en Colombia y en el Hemisferio Occidental el próximo 19 de junio.
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Joseph Conrad y la barbarie rusa
Por Nicolas Lecaussin
IREF, Paris
https://fr.irefeurope.org/publications/les-pendules-a-lheure/article/joseph-conrad-et-la-barbarie-russe/
Traducido del francés por Colombian News
3 de junio de 2022
Criado en Ucrania por padres poloneses, el escritor creció bajo el dominio ruso. Su biógrafo, Jeffrey Meyers, recuerda los escritos de Conrad sobre la crueldad de un régimen completamente opuesto a los valores occidentales. Joseph Conrad nunca dejó de condenar la violencia y la brutalidad de Rusia, cuyas fuerzas hoy destruyen ciudades, violan y asesinan a civiles en Ucrania.
Las tropas rusas también pasaron recientemente por la ciudad de Berdichev, 200 km al suroeste de Kyiv, donde nació Conrad en 1857, y cerca de Zhitomir, donde vivió cuando era joven. Durante su infancia, la sociedad local estaba formada por funcionarios rusos, terratenientes poloneses, comerciantes judíos y campesinos ucranianos.
“Su padre, Apollo Conrad, estuvo involucrado en la Revolución polonesa de 1863, reprimida por Rusia. Como resultado, él y su familia fueron deportados al clima duro y a la vida brutal de Vologda, una ciudad a 300 km al noreste de Moscú. El ensayo político Apolo, Polonia y Moscovia (1864) describe la opresión centenaria de Polonia por parte de Rusia, a la que ve como ‘la encarnación terrible, depravada y destructiva de la barbarie y el caos’, como ‘el flagelo de la humanidad’ y como ‘la negación del progreso humano’. El padre de Joseph Conrad creía que la Polonia católica y democrática estaba históricamente destinada a proteger a Europa occidental de las hordas despiadadas de Moscú. ‘Conocemos la historia del siglo XX’".
ʺLa principal declaración política de Joseph Conrad, continúa Meyers, es Autocracia y guerra (1905), que se publicó el año en que Japón derrotó a Rusia y fracasó la revolución rusa. Conrad argumenta en su ensayo que Rusia es un despotismo asiático bárbaro, implacablemente opuesto a los valores humanos de la civilización occidental. En su novela El agente secreto, retrata el bandidaje revolucionario desastroso y los anarquistas rabiosos que amenazan la sociedad estable. En Bajo los ojos de Occidente, Conrad describe ‘el alma misma de las cosas rusas: hipocresía y destrucción desenfrenada. La compulsión a traicionar, arrepentirse y envilecerse’.”
“En mayo de 1917, prosigue Meyers, Conrad predijo correctamente que Rusia era un aliado poco confiable en la guerra contra Alemania y le fallaría a Inglaterra. En febrero de 1918, después de la Revolución Rusa de Octubre, fue igualmente perspicaz sobre los peligros de la revolución y el giro criminal que estaba a punto de tomar. Conrad también expuso la contradicción entre la política rusa y la alta cultura al traducir a Ivan Bunin, Dostoyevsky y Chekhov.”
¿Qué escribiría hoy sobre la Rusia de Putin?
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