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El Machismo-Leninismo, la amenaza en Colombia
Por Fernando Álvarez
El Expediente, Bogotá
https://elexpediente.co/el-machismo-leninismo-la-amenaza-en-colombia/
7 de noviembre de 2021
Las recientes encuestas sobre las preferencias electorales para las presidenciales del 2022 reflejan que Colombia puede estar a punto de perder el rumbo democrático principalmente por los errores conceptuales de la derecha, el oportunismo del centro tanto de derecha como de izquierda y por el aventurerismo de los sectores medios desencantados con la clase política tradicional. En este contexto sobresalen las actitudes reaccionarias de subestimación a la mujer incrustadas en el Partido Conservador y en el propio Centro Democrático, las cuales al final solo terminan por alimentar las posturas leninistas y mesiánicas enquistadas centenariamente en todas las fuerzas revolucionarias para al final de la partida generar las condiciones del triunfo del Socialismo del Siglo XXI en nuestro país.
El tradicional machismo conservador y las posiciones misóginas alojadas atávicamente en los sectores retardatarios del Centro Democrático le quieren cerrar el camino, a toda costa, a la única posibilidad que tienen de hacer un contrapeso real al candidato de la izquierda, Gustavo Petro, simple y llanamente por el hecho de que María Fernanda Cabal es mujer.
No se necesita ser lince para comprender que las concepciones según la cual el sexo femenino es el débil y las damas están llamadas a seguir las orientaciones de sus machos fueron clavadas hasta el tuétano en los segmentos más radicales y fanáticamente conservadores. Y hoy ante las serias posibilidades de que Cabal se alce con el favoritismo de los sectores populares del uribismo y que las bases del partido del expresidente Álvaro Uribe opten por la visión femenina de país como salida a la crisis de credibilidad y de liderazgo masculino, habría que esperar el coletazo del machismo ultraconservador para intentar atajar esta perspectiva femenina en el poder.
Si María Fernanda Cabal perteneciera a un partido de centro o de izquierda, hace rato marcaría de primera en las encuestas. Es mujer, tiene coraje, es coherente y leal a sus principios. Pero sobre todo hoy genera tanto simpatías como antipatías porque resultó ser la novedad no sólo en lo mediático sino en lo estructural. Es profunda y estudiosa y esa virtud hasta hace poco era cualidad masculina, por lo menos visiblemente.
La presencia femenina en la política es una conquista democrática, pero Colombia, en ese terreno, aún no ha dado el paso de país moderno que valore el liderazgo femenino de manera contundente. Este tipo de avances en democracia y en equidad casi siempre se ha asociado a la lucha de las fuerzas menos conservadoras del país y del mundo, por lo que hasta el machismo izquierdista está de plácemes con los mero machos de la derecha. Los machos machotes de la política tradicional están acostumbrados a las primeras damas y casi siempre les delegan tareas grises, relacionadas con la solidaridad social o con las actividades que se registran en las páginas sociales, pero imaginarse una mujer en el poder es tan remoto como que Colombia entre al mundo de enviar astronautas al espacio sideral. Y si a esto se suma que las mujeres por atajar a sus congéneres se ponen en el papel de la cuña del mismo palo, a Cabal le queda aún más cuesta arriba su pedaleo. Ella lo sabe y su mérito se agranda cuando a pesar de todo se le mide al reto con todas sus colateralidades.
Pero de seguro, además, que si hubiera un hombre candidato de derecha con los pantalones, la valentía y la profundidad de María Fernanda Cabal, hace rato estaba disputando los primeros puestos de las encuestas con el candidato de la izquierda unida, Gustavo Petro. Pero falta mucho para que los defensores de la familia, la tradición y la propiedad privada se hagan a la idea de que el avión sea conducido por una mujer piloto. Y falta mucho pelo para moño para que los encorbatados de las altas esferas políticas imaginen que Colombia puede tener su propia dama de hierro. Y como María Fernanda Cabal es la única que ha demostrado que le pararía el macho a las FARC, al ELN y a todas las izquierdas con sus pelambres, asusta.
Y por los túneles del machismo de izquierda y de derecha la cosa política para escoger la representación presidencial dentro del Centro Democrático puede terminar en manos de cualquier hombre, así sea aguas tibias, pusilánime o capitulacionista con el leninismo, antes que en una mujer con los pantalones bien puestos y con capacidad para poner un dique al comunismo.
El hecho es que en esta época de disfraces en la que antes del 31 pasado todo el mundo se había puesto la máscara que le conviene según el escenario que se le acomoda y los antiaborto de siempre ahora son abortistas y los ateos de toda la vida ahora invocan a la Divina Providencia, no sería raro que hasta los más modernos terminen asumiendo posiciones medievales en las que la mujer es vista como un ser inferior. Porque hoy todos a una se agarran hoy de un avión cayendo y se enredan sin ruborizarse en el mundo de las incoherencias y las autocontradicicones.
El candidato Gaviria, el de los expresidentes Gaviria, Samper y Santos se ha vuelto como la Chimultrufuia, que lo mismo dice una como la otra. El candidato de la izquierda unida se ha contaminado del voltiarepismo de Roy Barreras y los mismo es ateo que religioso, ataca el aborto y lo defiende y el candidato de las bancadas uribistas lo mismo quiere continuar la paz con impunidad y continuar la JEP así como defender el Acuerdo de la Habana que tanto ha mortificado a las bancadas del Centro Democrático.
Y para completar este escenario machista- leninista, donde prima la pasión y no la reflexión, los inconformes, los decepcionados y los cansados de más de lo mismo, hoy vuelcan sus afectos hacia un candidato que no se quedó en la frase uribista de “le rompo la cara marica“, sino que ha demostrado que es un macho alfa que le da en la jeta a los concejales que le controvierten su discurso ético populista así su hijo sea el protagonista de la fábrica de coimas en su administración.
A María Fernanda Cabal sólo le queda encomendarse a la Virgen del agarradero porque los machos escogerán santo para pregonar sus neoposturas religiosas, o se les verá subiendo a Monserrate para colgarse del Señor Caído, o insistiendo en compararse con Jesús y a la vez poniéndole velas al diablo Jesús Santrich, o muy pronto enfilándose con los pastores aunque queden como el pastorcito mentiroso.
A María Fernanda le dejarán el señor de Buga porque por allá los machos no se van a enfrentar a la Primera Línea. Y de repente su fe en la Virgen de Guadalupe, ese ícono religioso que le dejaron los españoles a los nativos americanos porque no era blanca y tenía rasgos de indígenas, puede hacer el milagro para que los machistas y los leninistas no se salgan con la suya. En ese momento se podrá decir que los hombres del Centro Democrático se amarraron el cinturón y aceptaron que cuando el rey está en jaque la dama puede ser la salvación.
En todo caso en la Colombia del realismo mágico y del país del Sagrado Corazón tanto en la izquierda como en la derecha una mujer asusta. No en vano Petro se vio en calzas prietas con su fórmula vicepresidencial de 2018 y tuvo que deshacerse de Ángela María Robledo. Y a la luz del machismo atávico, que aún corre por las venas de personas cultas e incluyentes, por alguna razón unos pocos Uribistas entraron en el juego sucio con Cabal. Tanto que lo notan hasta los machistas de izquierda. Porque punteros derechos y zagueros de la punta izquierda saben que cuando un equipo de fútbol recurre a las patadas en la canillas es porque se ha quedado sin argumentos futbolísticos.
Ojalá la bancada Uribista le apueste a su credibilidad y al rescate de la confianza por encima de sus cuentas electorales y sus cuentos machistas. Que comprenda que su clientela y sus pequeñeces dependen de que sobreviva la democracia o si no desaparecerán por sustracción de materia. Y que sus temores machistas le abran la puerta a talento sin reparar que sea femenino o no y su óptica sea correspondiente con el conocimiento moderno porque si no es así habrá que prepararse para la estruendosa derrota y empezar a recoger las cenizas para renacer, que a juzgar por el experimento venezolano, la democracia colombiana será un ave fénix en más medio siglo, si nos va bien.
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Cabal: la salvación del uribismo… y de Colombia
Por Orlando Avendaño
La Gaceta, Madrid
https://gaceta.es/opinion/maria-fernanda-cabal-puede-ser-la-salvacion-del-uribismo-y-de-colombia-20211006-0355/
6 de octubre de 2021
María Fernanda Cabal es una alternativa a un Centro Democrático que luce desdibujado y desorientado
La historia de la Colombia moderna se divide en dos: antes y después de Álvaro Uribe. La seguridad democrática juntó a los colombianos, que llevaban años azotados por la guerra más cruenta que había visto América Latina. Nietos volvieron a visitar a sus abuelos, que vivían afuera de las ciudades, y familias enteras empezaron a recorrer Colombia, para conocerla y disfrutarla. Antes de la presidencia de Uribe, era impensable.
Mano dura contra la guerrilla. Con plomo y firmeza el expresidente redujo a los enemigos de Colombia a esquirlas. Y estuvo ahí, junto a los militares, que lo andaban arriesgando todo en el monte. Hace unos meses me contaba un hombre que peleó contra las FARC: «Nosotros estábamos en tierra, empuñando las armas, y el presidente Uribe estaba sobre nosotros, en un helicóptero. Nos hablaba por radio, nos daba ánimo. Él no se acobardó en Nariño. Él enfrentó a la guerrilla en el terreno, como nosotros». Otro militar me decía, hace ya más de un año: «El presidente era ese que te daba una orden, y si dudabas, te decía: ‘Dígame si usted la hace, porque si no llamo a otro que sí tenga cojones’». Porque Uribe siempre tuvo cojones y el resultado está a la vista.
Hoy Colombia es, gracias a él, uno de los países más modernos y prósperos de América Latina. Le podrán inventar todos los cuentos para desacreditarle, armar historias ficticias de violaciones de derechos humanos y acudir a la infantil simpleza de creer que en una guerra todo es inmaculado, sin consecuencias; pero, nuevamente, el resultado está a la vista. Colombia es una antes de Uribe, y una después.
Pero le han amputado el carácter al Presidente. Como ha sido un símbolo regional de la lucha contra el comunismo, la voluntad de la izquierda internacional, auxiliada por las oenegés cómplices e inservibles, es la de acabar con él. Destruir su imagen, su reputación y su legado. Borrar sus triunfos y convertirlos en crímenes. Hacernos creer que quienes se enfrentan con garra y fiereza contra los terroristas son, en realidad, los malos. Y lo más triste es que los autores de estas malintencionadas ficciones van ganando.
Hoy gran parte de Colombia le huye al uribismo. Y a ese sentimiento le ha ayudado los dos grandes errores que ha cometido el expresidente: Juan Manuel Santos, el primero y más grave, porque ha sido el gran destructor de su legado y, en consecuencia, el gran cómplice de las FARC. El otro error, Iván Duque. Un hombre que hubiera estado a la altura en tiempos dóciles, tranquilos, pero que tuvo el infortunio de agarrar a Colombia en sus momentos más convulsos desde principios del siglo. La izquierda jamás había estado tan al acecho, robusta y envalentonada, y ese ha sido, en gran parte, su legado.
La posibilidad de perder a Colombia está a la vuelta de esquina. En pocos meses hay elecciones presidenciales y la extrema izquierda se cohesiona alrededor de Gustavo Petro, el exguerrillero comunista que quiere importar a Colombia el modelo chavista. En paralelo, el proyecto de Álvaro Uribe se ha ablandado en manos de Iván Duque, y el ciudadano colombiano anda molesto. Hoy el Gobierno es frágil, conveniente a la extrema izquierda. Son días oscuros. Por ahora, Colombia marcha, con una mano a la altura de la sien, hacia el abismo. Pero hay una alternativa. Una figura ignota, que surge, para salvar al uribismo y, con ello, a Colombia. Se llama María Fernanda Cabal.
Yo la conocí hace poco más de dos años, en Bogotá. Me impresionó lo honesta que es. La franqueza con la que habla, completamente distante de la insoportable formalidad política, acartonada y aburrida. No. Cabal habla contigo como si fueras su amigo de siempre y te dice, sin ser vulgar, que la izquierda, o los mamertos, son una mierda. Que hace falta mano dura y que, si no hacemos nada, los criminales se tomarán a Colombia.
Dice lo que nadie se atreve a decir porque, o son cobardes o demasiado señoritos. Pero ella también es señorita. Política con clase e igual habla, llana, con plena honestidad. Es, sin duda, la candidata más políticamente incorrecta del panorama. Pero no es vulgar, ni suena tosca o absurda. Cabal no tiene miedo ni pudor cuando se trata de criticar a su partido. Ha alzado la voz para disentir del Gobierno que ella apoya. No hay duda: es la senadora del Centro Democrático que más se ha distanciado de la línea de su partido y el Gobierno de Duque. Y, por ello, amasa tanto capital, considerando la frustración de los colombianos de derecha con las propuestas de Nariño. Es uribista, pero de las de verdad. De ese tipo de uribismo que reivindica la mano dura contra la extrema izquierda.
Conservadora, pero muy capitalista. Cree en el libre mercado y, claro, en Cristo. Es católica, sin profesar la mutilación de las libertades individuales. Que cada quien haga lo que le dé la gana con su vida, pero que no se lo imponga al otro. En ese sentido, es mega individualista.
María Fernanda Cabal representa hoy la alternativa porque Colombia está harta de la falta de cojones y voluntad. De la cobardía, de los tibios y frágiles. Colombia está harta, en fin, de que la izquierda se esté tomando el país, poquito a poquito. Y ella, apenas entrando en esto de campañas presidenciales, representa esa nueva generación uribista que, paradójicamente, reivindica al uribismo originario. Encara la valentía de quien no teme lanzar verdades como puños, como hizo recientemente en un panel de precandidatos y habló de Venezuela como la principal amenaza para la estabilidad de Colombia. Hacía falta que alguien lo dijera y hace falta que alguien, desde Nariño, lo encare. Ella, al parecer, lo hará.
Es la alternativa porque es la renovación que necesita este Centro Democrático, desdibujado y desorientado. Es joven, lleva poco tiempo en la política, es empresaria y habla como no habla ningún otro candidato. Tiene principios y los defiende, para el pesar del resto, que con principios es que trafican. Es odiosa para los malos, y eso es bueno. La odia la extrema izquierda, y eso es bueno. Dicen que es facha y demasiado conservadora, y eso es bueno.
Las elecciones del próximo año son, y perdonen la frase corroída y fastidiosa, las más importantes de la historia de Colombia. Porque el país está a punto de perderse. No se puede ensayar sobre la marcha o intentar fórmulas rancias que otrora han demostrado que no sirven. Hace falta un candidato que tenga el potencial de transformarse en un fenómeno. Que juegue con el discurso fuerte, rotundo y sin recato. Que hable como hablan los colombianos y que diga lo que piensan los colombianos. María Fernanda Cabal es, sin duda, la alternativa para salvar a Colombia. Si ella gana, pierde Petro.
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Irresponsables… pero de eficacia electoral
Por José Alvear Sanín
La Linterna Azul, Bogotá
http://www.lalinternaazul.info/2021/11/08/irresponsables-pero-de-eficacia-electoral/
Periódico Debate, Bogotá
http://www.periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/31701-irresponsables-pero-de-eficacia-electoral/
8 de noviembre de 2021
No hay duda de que las propuestas, o promesas, de Petro son irresponsables en grado sumo, pero tienen indiscutible eficacia electoral. Desde luego, la irresponsabilidad ya es un rasgo notorio de inmoralidad, pero lo peor es que esas propuestas son, en realidad, promesas para cumplir desde que se inicie el mandato.
Petro no habla por hablar:
ü Cuando promete acabar con la exploración y con la explotación minera y petrolera, sabe que la inmensa mayoría de los jóvenes son, o creen ser, ecologistas convencidos de que no puede existir minería ambientalmente correcta.
ü Cuando anuncia “compra” de latifundios, sabe cómo disfrazar su expropiación y no ignora que la gente piensa: 1. Que la reforma agraria, que reparte tierras, es siempre justa. 2. Que no existe otro tipo de reforma agraria. 3. Que la “explotación” es el único título justo de propiedad y que toda tierra inculta tiene que ser cultivada, ignorando las realidades económicas, la demanda real de alimentos y la importancia de los terrenos incultos.
ü Cuando promete rebajar los alquileres para que la gente disponga de más dinero, sabe que los inquilinos pobres son más que los arrendadores, que se presumen ricos y abusivos, y que para los primeros, el alquiler es siempre oneroso.
ü Y así sucesivamente: seguridad social y educación gratuitas, pensiones no contributivas para todos, compartir las “casas grandes”, comprar “las segundas viviendas” para adjudicarlas a quienes no tengan alojamiento, etc. [1].
Y, finalmente, emitir billones continuamente, para financiar el déficit astronómico ocasionado por esas políticas.
Desde luego, un país que también deja de exportar petróleo (como acaba de anunciar, dizque para tener doce años de combustibles mientras llegan los vehículos eléctricos), que prohíbe las exportaciones de carne y de azúcar y reparte las tierras productivas, mientras se emite incansablemente, no tarda en convertirse en la tercera Cuba o segunda Venezuela.
Ningún votante “racional” lo hará por Petro, si seguimos el pensamiento tranquilizante de los optimistas, que consideran que el pueblo es consciente de la irresponsabilidad del demagogo que puntea en las encuestas, pero la triste verdad es que los electores “racionales” no son mayoría, ni siquiera en los estratos altos. Una elevada proporción de los sufragantes, en todos los países, son “pasionales”, bien sea por motivaciones históricas, regionalistas, raciales, de simpatía o de conveniencia personal (sobre todo esta última es determinante).
Un electorado aquejado secularmente por la pobreza, exacerbada por la pandemia y agudizada por el desempleo, tiende a creer más en quien le anuncia ríos de leche y miel que a quienes hablan el abstruso lenguaje económico del esfuerzo, el ahorro, la innovación, la globalización, la ciencia y la tecnología.
He ahí el busilis. A Petro hay que ganarle haciendo ver a dónde conduciría en pocos meses al país, y no seguir esperando un milagro en los dos últimos meses de la campaña. La verdadera información al electorado hay que iniciarla desde ahora, con energía y contundencia. Cada minuto cuenta. Hay que hacerle saber a la gente que en las elecciones del año entrante son de vida o muerte para el país, que nunca ha habido parecidas y que pueden ser las últimas verdaderas.
Mientras Petro recorre el país con abundantísimo dinero (sin que nadie pregunte de dónde procede), con acceso a la reposición, abundantes “bodegas” para copar las redes sociales y medios fletados, una o dos docenas de “autocandidatos” sin plata, sin partidos y sin medios, peroran con tesis más o menos etéreas.
Cada uno de estos ciudadanos aspira al segundo puesto en la primera vuelta, a ver si en la segunda recoge el susto colectivo y gana por una nariz…
¿Pero dónde está aquello del susto? Petro no solo está blindado judicialmente, sino que es tratado con la más exquisita cortesía en los medios, como el “honorable senador” que no es. Y mucho me temo que con igual exquisita cortesía se lo tratará, como a un candidato decente y normal, cuando lleguen los debates televisados entre candidatos.
Al pueblo, desde hoy, repito, hay que mostrarle quién es Petro, cuáles son sus antecedentes y sus amigos, de dónde proceden sus bolsas de dinero y sus mansiones, cuáles son su conexiones con el narco-castro-chavismo, hasta dónde es mentiroso y a qué infierno va a conducirnos, porque, con un gran aparato publicitario en su favor, Petro oculta sus antecedentes y se está presentando como un luchador incansable e incomprendido de la justicia social, partidario de la vida y humanizador del capitalismo.
Esta estrategia no está siendo contrarrestada. Para mañana es tarde si se sigue tolerando, pero como no hay un candidato, ni voluntad de tener uno que sí dé la pelea, que tenga ganas de ganar y esté dispuesto a responder de manera contundente a las amenazas y las falacias, las perspectivas de la democracia, sin capitán, no son las mejores.
[1] Y lo más sorprendente es que con frecuencia, una vez lanzados al aire estos despropósitos, desaparecen de las redes sociales.
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Colombie : arrestation d’un russe accusé de terrorisme islamique
Barlamane.com *
https://www.barlamane.com/fr/colombie-arrestation-dun-ressortissant-russe-accuse-dappartenance-a-lorganisation-de-lei/
6 novembre 2021
Les autorités colombiennes ont arrêté, à l’aéroport El Dorado de Bogotá, un ressortissant russe recherché par Interpol pour avoir intégré depuis 2013 plusieurs groupes terroristes de Syrie, y compris le groupe État islamique (EI).
« La police nationale colombienne, par l’intermédiaire de la Direction des enquêtes criminelles et d’Interpol (DIJIN) et en coordination avec le Bureau du procureur général de la Nation, a procédé à l’arrestation à des fins d’extradition, du citoyen russe Vladimir Taranetc, alias ‘Ali Ali’ », a annoncé vendredi la police dans un communiqué. Le détenu, qui a acheté un vol en Turquie avec escale en Colombie, a été intercepté alors qu’il se rendait à l’aéroport de La Aurora à Guatemala City.
« Ali Ali » est désigné par la Russie comme « membre du groupe terroriste État islamique » et fait l’objet d’une notice rouge d’Interpol, délivrée par un tribunal russe, selon la police colombienne. Il aurait également participé à un autre groupe jihadiste (Jaish Muhajireen wal-Ansar) qui depuis l’Irak « perpètre des activités terroristes » et en Syrie il « a activement utilisé des méthodes de sabotage par des actes de violence, qui ont fait des morts parmi les civils », a détaillé le communiqué.
En 2013, Taranetc a quitté la Russie pour se rendre en Turquie puis en Syrie où il a rejoint ce groupe. Après la dissolution de ce dernier, il a fini par rejoindre les rangs du groupe EI où il a agi « en tant que combattant étranger ». « Ali Ali, est tenu de comparaître devant la justice russe pour les crimes de participation à des formations armées illégales et de participation à l’activité d’une organisation terroriste », a indiqué la police. Il sera extradé vers la Russie où il risque une peine pouvant aller jusqu’à 20 ans de prison.
*Barlamane ou Barlamane.com est un média électronique marocain de langue arabe.
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¿Cop 26 o una feria de aviación?
Por Jany Leroy
Boulevard Voltaire, Paris
https://www.bvoltaire.fr/cop26-ou-salon-de-laviation/
Traducido del francés por Colombian News
4 de novembre de 2021
La prensa del Reino Unido se ríe de este desenfreno de aviones y helicópteros movilizados para el desplazamiento de los salvadores del planeta reunidos en Glasgow. Cabe señalar que no todos los funcionarios se pusieron de acuerdo sobre la naturaleza exacta de ese evento mundial.
Creyendo que se trataba de un salón del automóvil, Joe Biden movilizó 80 limusinas durante su parada en Roma. Con mucha visión de futuro, el presidente estadounidense también requisó cuatro aviones presidenciales, por si se trataba de una cumbre de aviones Jumbo. Por alguna combinación desconocida de circunstancias, hizo una entrada más modesta a Glasgow, con solo 20 vehículos que parecían coches fúnebres. Los 60 faltantes quizás los dejó abandonados en un centro de reciclaje. Al estadista eco-responsable le gusta dar el ejemplo.
Ursula von der Leyen llegó a bordo de un jet privado con el que recientemente había realizado un viaje de 50 kilómetros. Un vuelo de prueba decisivo que le permitió aventurarse en distancias más largas. Después de todo, el futuro del planeta estaba en juego... Y no importa si se daña un motor o si se desprende un ala. Ella tenía en su bolso un paracaídas hecho con ropa vieja. ¡Pero reciclada para dar ejemplo!
El multimillonario Jeff Bezos se apeó sin incidentes en el aeropuerto de Glasgow. Tenía un mensaje contundente que transmitir a los grandes de este mundo: “La naturaleza proporciona toda la comida que comemos, el agua que bebemos y el oxígeno que respiramos”. Después de esa declaración, que hizo perder la cabeza a todos los presidentes reunidos, se puso en marcha de nuevo a toda velocidad hacia otras aventuras. Más pensamientos profundos para compartir, más descubrimientos para informar y muchos paquetes para entregar.
Escudriñando el cielo, los participantes observaron durante mucho tiempo la llegada de un avión chino, ruso o brasileño. ¿Quiénes eran esas personas que ni siquiera vinieron a exponer su Airbus o su Boeing en esta feria energéticamente sostenible? La presencia de algunas limusinas asiáticas o incluso de una simple carroza de carnaval brasileño habría completado brillantemente la exposición.
Además de este encuentro de bellos vehículos, los habitantes de Glasgow señalan que la Cop 26 también es un evento apreciado por la jet set. El príncipe Carlos, cuya familia había duplicado su huella de carbono en 2019 en comparación con el año anterior, informó a los participantes que se estaba disociando de su madre, hermana, esposa, hijos y de sí mismo. Leonardo DiCaprio también hizo acto de presencia. Las razones de su llegada siguen sin explicación hasta el día de hoy. ¿Mascota de la Cop o promoción de naufragios? El debate continúa.
Finalmente, una única personalidad francesa salvó el honor de esta Cop 26. Bajo el aplauso del público: ¡Anne Hidalgo! La campaña presidencial requiere que la alcaldesa de París muestre su compromiso inquebrantable con el medio ambiente. Dirección Gare du Nord, tren de gran velocidad Eurostar, túnel y llegada triunfal a la feria de la aviación. Fotos con la caravana europea, luego regreso en ferry, en tren regional, transbordo en Amiens, viaje compartido a Beauvais y viaje en bicicleta hasta la Place de l'Hotel-de-Ville. La Cop 26 finalmente está encontrando su utilidad. Las probabilidades de que Anne Hidalgo sea elegida son ahora superiores al 5%.
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¿Eric Zemmour puede ser el próximo presidente de Francia?
Por Yves Mamou *
Gatestone Institute, Washington
Traducido del francés por Colombian News
https://fr.gatestoneinstitute.org/17921/zemmour-peut-etre-president
7 de noviembre de 2021
El periodista que está cambiando las cosas en la política francesa.
Las encuestas sitúan a Eric Zemmour en segundo lugar, detrás del actual presidente Emmanuel Macron, ante las elecciones francesas de 2022. Zemmour representa la Francia de antaño: la de Napoleón, de Notre Dame de París y del General Charles de Gaulle. Una Francia que no quiere terminar siendo una República Islámica. “El peligro para Francia es convertirse en un segundo Líbano”, dice Zemmour con frecuencia, en el sentido de un país fragmentado en comunidades sectarias que se odian y se temen entre sí.
El Financial Times dice que él es “el ala avanzada de la extrema derecha”. Para el New York Times es “un teórico de la derecha”. Para Die Zeit es “el hombre que divide a Francia”. El periodista y ensayista Eric Zemmour no es (por el momento) candidato oficial a la presidencia francesa, pero su popularidad es tal que Francia ya está en plena campaña electoral.
Las elecciones presidenciales serán realizadas dentro de unos 200 días, pero no pasa una semana sin que aparezca una encuesta que eleve más y más alto a Eric Zemmour en las intenciones de voto para 2022. Una encuesta de Harris Interactive, para la revista Challenges, lo situó, el 6 de octubre, con un 17 % de intenciones de voto, delante de Marine Le Pen, la candidata del partido Reagrupamiento Nacional (15%). Zemmour está por detrás del presidente saliente, Emmanuel Macron, quien tiene una intención de voto del 24 %. ¿Pero por cuánto tiempo?
En Francia las elecciones presidenciales son a dos vueltas. Las encuestas citadas se refieren únicamente a la primera vuelta, donde competirán no menos de 25 candidatos. En consecuencia, la intención de voto se fragmenta necesariamente en la primera vuelta. Si las elecciones se celebraran la semana que viene, los dos candidatos que pasarían a la segunda vuelta serían Macron y Zemmour.
“Nunca antes habíamos visto una ascensión así de meteórica en tan poco tiempo”, dice Jean-Daniel Lévy, subdirector de la encuestadora Harris Interactive. “Estamos asistiendo al colapso del núcleo mismo del electorado” de Marine Le Pen.
¿Quién es Eric Zemmour? Es el hombre que ha roto el techo de cristal para introducir en el debate mediático temas como la “inmigración” y “la yihad”, de los que nadie se atrevía a hablar en público. Zemmour es un hombre que encarna el miedo a ver la desaparición de la Francia tradicional --la de los campanarios de las iglesias y la “baguette”-- a manos de la yihad y de lo políticamente correcto.
El libro publicado por Zemmour el 16 de septiembre, La France n'a pas dit son dernier mot (Francia no ha dicho su última palabra), está dedicado a la identidad nacional. Una semana después de su publicación había vendido 100.000 ejemplares. Zemmour representa la Francia de antaño: la de Napoleón, de Notre Dame de París y del General Charles de Gaulle, una Francia que no quiere ser transformada en una República Islámica. “El peligro para Francia es convertirse en un segundo Líbano”, dice Zemmour con frecuencia, es decir en un país dividido en comunidades sectarias que se odian y se temen entre sí.
Zemmour no es un político profesional. El comenzó su carrera como periodista político en el diario Le Figaro en la década de 1990, pero como era brillante, y emitía juicios rotundos sobre los políticos franceses y comprendía la cultura política e histórica francesa comenzó a ser invitado a los platós de la radio y de la televisión. Le Figaro le dio una columna, y en 2006 se convirtió en una verdadera estrella de la televisión. Su participación durante cinco años en On n'est pas couché (No, no dormimos todavía), un programa de debate emitido los sábados por la noche, lo hizo popular en toda Francia. En 2015, el animador del programa, Laurent Ruquier, lamentó haber trabajado con Zemmour. “No pensábamos que iba a aparecer un monstruo”, declaró Ruquier.
¿En razón de qué Zemmour es “un monstruo”? Porque él ser atreve a afirmar que “los franceses de origen inmigrante son más controlados [por la policía] que el resto, pues la mayoría de los traficantes [de droga] son negros y árabes... Esto es un hecho.” Zemmour fue condenado por un tribunal por decir eso. No porque fuera mentira, sino porque esa afirmación es imposible de probar: la ley francesa prohíbe llevar estadísticas étnicas como las que sí existen en el Reino Unido y en Estados Unidos.
Zemmour molesta también a las almas sensibles cuando afirma que Francia dejó de ser Francia el día en que permitió a los padres de origen extranjero poner nombres africanos o musulmanes a sus hijos (Mohamed es el nombre más extendido en los suburbios parisinos). Zemmour ha dicho que quiere restablecer una ley del siglo XIX para obligar de nuevo a todos los ciudadanos franceses “a dar nombres de pila franceses” a sus hijos. Zemmour también pide que Francia deje de someterse a la autoridad de los jueces de la Corte Europea de Justicia y de la Corte Europea de Derechos Humanos. Ellas impiden, dice Zemmour, que los criminales extranjeros sean expulsados.
Zemmour es igual de tajante en asuntos sociales: está en contra de la PMA (procreación asistida médicamente). “Yo quiero que los niños tengan un padre y una madre”, dice. Está contra la propaganda transgénero en las escuelas, contra el matrimonio homosexual y el activismo LGBT en las escuelas. Zemmour no es anti-homosexual. Él explica que “los lobbies LGBT” y “las minorías” están en guerra contra Francia como los islamistas lo están contra todos los países occidentales.
Zemmour es popular no por lanzar comentarios provocadores sobre la inmigración o los derechos LGBT. Es popular porque llevó al campo mediático las preocupaciones que antes sólo eran expresadas en familia o entre amigos. La popularidad de Zemmour es tan grande hoy que el exporta esos mismos temas de preocupación de la esfera mediática a la esfera política.
¿Zemmour tiene realmente la posibilidad de ser presidente? El periodista no es todavía candidato oficial. Pero él mismo ha dicho que “decepcionaría a mucha gente” si no se presenta.
Por muchas razones, Zemmour sí tiene una posibilidad de ser el próximo presidente. Primero, porque la elección de Macron constituye un precedente. Si alguien que no pertenecía a ningún partido político pudo ganar, la excepción podría convertirse en regla.
Además, la Constitución de la Quinta República francesa está totalmente construida para organizar el encuentro entre una personalidad excepcional y el pueblo francés. Ese sistema fue forjado por el General de Gaulle y aprobado de manera directa por el pueblo francés. Desde ese ángulo, el encuentro entre Zemmour y el pueblo francés ya es una realidad. Cuando Zemmour organizó la promoción de su libro más reciente, en todas las ciudades de Francia, miles de personas se precipitaron para estrecharle la mano.
Hay otras razones para explicar la excepcional popularidad de Zemmour. Primero, la sociedad francesa está actualmente fragmentada en diferentes “públicos” o centros de interés. En el terreno político, la principal característica de todos esos “públicos” es el sentimiento de “angustia” y “cólera” contra las élites que han promovido la inmigración masiva sin consultar a la población nativa. El Barómetro de Confianza, una encuesta publicada cada año en Francia por Cevipof, el centro de investigación del Instituto de Ciencias Políticas, es un buen indicador de la “apatía, abulia y desconfianza” que la mayoría de la población parece sentir hacia la clase política.
Salir de la actual trampa electoral
La ascensión meteórica de Zemmour tuvo otro efecto positivo: rompió la trampa electoral degradante en la que el pueblo francés estaba atrapado. Esa trampa electoral fue concebida a mediados de la década de 1980 por el presidente socialista François Mitterrand: había que dividir la derecha para impedir que volviera al poder. Para dividir a la derecha, había que estigmatizar su franja nacionalista. Mitterrand promovió desde la radio y la televisión públicas un minúsculo partido de extrema derecha, el Frente Nacional, que fue el primero que se atrevió a levantar la voz contra la inmigración.
Desde mediados de los ochenta hasta hoy, los medios y la izquierda han construido una maquinaria especializada en estigmatizar a quien ose hablar de inmigración –para montarlo en la picota--. Así fue como el partido Reagrupamiento Nacional fue convertido en un partido “racista” y “nazi”.
Esa política estigmatizadora tomó un cariz casi industrial hasta el punto de que, hace poco, la misma Marine Le Pen, líder del Reagrupamiento Nacional (como se llama ahora el Frente Nacional) intentó escapar a la estigmatización de “nazi” diciendo cosas positivas sobre la inmigración musulmana y no descartando el recurso a la inmigración para suplir una supuesta escasez de mano de obra.
Con Zemmour, sin embargo, los antirracistas mediáticos se dan contra un muro. Entre más intentan estigmatizar a Zemmour como “nazi” más crece su popularidad entre los electores.
Los líderes del partido de derecha Los Republicanos, que no se atrevían ni a pronunciar la palabra “inmigración”, proponen ahora “acabar con la laxitud respecto a la migración” y parar la “inmigración descontrolada”. El mismo Emmanuel Macron ha reconocido en privado que Zemmour “tenía razón” sobre la inmigración.
Nadie puede decir si Zemmour será elegido. Pero una cosa es cierta: Zemmour abrió ya un debate genuinamente democrático sobre temas --seguridad, islam, inmigración-- que acaparan realmente la atención de los franceses. Para muchos, Zemmour es la última oportunidad de Francia para no convertirse en un país islámico o en un “Líbano en Europa”.
*Yves Mamou es un escritor y periodista que vive en Francia y que trabajó durante dos décadas como periodista de Le Monde.
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