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José Manuel Acevedo 

Ni en la guerra ni en la paz, Márquez ha tenido coraje. Es un criminal y también un cobarde.

El que a hierro mata, a hierro muere, dice el popular refrán y, a la luz de los últimos acontecimientos, el dicho aquel bien se les puede aplicar a el 'Paisa' y a 'Romaña' que, según la información de varias fuentes en Venezuela y de la inteligencia colombiana, "están fuera de circulación", como dice el propio Presidente Iván Duque. Pero por alguna razón Iván Márquez no cayó ni en estas acciones que terminaron con la vida de estos dos criminales en menos de una semana, ni en mayo cuando fue asesinado su otro compinche de la Segunda Marquetalia, 'Jesús Santrich'. ¿Por qué se ha salvado Márquez y dónde está en realidad?

La verdad es que la vida de ese guerrillero ha estado marcada por la cobardía. Cuando 'dejó' por primera vez las armas y fue elegido representante a la Cámara en 1986 no tuvo el valor civil de defender su posición en el parlamento colombiano, después de haber participado en las negociaciones de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y las Farc, y volvió a internarse en las montañas a la primera llamada de Jacobo Arenas dándole la instrucción de regresar.

Tal vez nunca combatió de verdad, según cuentan algunos de los desmovilizados. Ponía como carne de cañón a niños y jóvenes para que libraran una guerra que no les pertenecía pero que él, cómodamente manipulaba desde los computadores y las radios clandestinas y el manejo de las finanzas en las que se volvió un experto.

Luego en 1991 promovió la idea de que las Farc no deberían participar en la constituyente como sí lo hicieron el M-19 y el Epl. No quiso abandonar el lucrativo negocio, como lo fue y lo es el narcotráfico para estos grupos, y en vez de pelear en el terreno de la democracia siguió extorsionando, reclutando menores, secuestrando y asesinando. Varios años después, durante las negociaciones de La Habana, tuvo el descaro de hablar de una asamblea constituyente alegando que en la del 91 no les permitieron estar.

Más tarde, descubriría que, con la llegada de gobiernos de izquierda a Venezuela y a Ecuador, próximos a su causa, podría esconderse en territorio de alguno de esos dos vecinos y comandar desde allí todas las crueldades de las que millones han sido víctimas en este país.

Y ahí va otro de sus actos de cobardía: habiendo liderado las últimas conversaciones en La Habana, como vocero de la delegación de las Farc, poniendo toda clase de obstáculos en la redacción de los acuerdos y dilatando la firma de ese documento, dejó colgados de la brocha a Timochenko y a sus otros colegas y terminó burlándose de la justicia transicional que él mismo ayudó a crear. Entonces, huyó, se acomodó en Venezuela mientras resultó un refugio seguro, pero como ese país ha dejado de ser el paraíso tranquilo de algunos delincuentes para convertirse en un campo de batalla entre unos y otros, algunas versiones apuntan a que tomó escape en dirección a Cuba, dejando a sus hombres al garete, pagando escondederos de a peso y viendo morir a ‘El Paisa’, a ‘Santrich’ y a ‘Romaña’ sin que haya salido a referirse a los últimos hechos o a lamentar siquiera la partida de sus compadres.

Todo por la cobardía que lo ha definido a lo largo de su vida y porque detrás de esos que se dicen ideólogos de las guerrillas, casi siempre se esconden unos cobardes que mandan a otros a poner el pellejo mientras ellos lo coordinan todo detrás de bambalinas.

Para el periodista Gustavo Azócar, consultado por Pacho Santos en su espacio 'Dossier Venezuela' de este diario, Márquez "viene y va de Venezuela a Cuba" y ahora mismo estaría allá. El presidente Duque no descarta esa hipótesis. Lo cierto es que ni en la guerra ni en la paz, Iván Márquez ha tenido coraje. Es un criminal y también un cobarde.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 13 de diciembre de 2021.

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