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Eduardo Mackenzie*  

El gobierno de Colombia ha informado que el presidente Gustavo Petro se entrevistará con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la Cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se reunirá del 17 al 18 de julio de 2023 en Bruselas. También se reunirá, dice, con Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. Entre los temas que discutirá esa cumbre están el cambio climático, la interconexión energética regional, la lucha contra el tráfico de drogas. La cumbre abordará igualmente el tema de “la paz y la estabilidad mundiales”, cuyo contenido efectivo es la agresión rusa a Ucrania. En el texto de la presidencia de Colombia sobre el viaje del presidente Petro a Bélgica este último tema no es mencionado.

Sin embargo, la Comisión Europea y el Consejo Europeo no dejarán pasar esa oportunidad para defender su punto de vista: “La UE y sus Estados miembros condenan firmemente la agresión militar no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania. La UE ha adoptado una serie de sanciones contra Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania y a la anexión ilegal de las regiones ucranianas de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón. La UE se solidariza con Ucrania y con su pueblo, y seguirá apoyando firmemente la economía de Ucrania, así como su sociedad, sus fuerzas armadas y su futura reconstrucción.” Por eso la cumbre podría discutir qué medidas debería tomar la CELAC – organismo creado por la izquierda iberoamericana--, para hacer frente al “efecto perturbador en los mercados mundiales y a la incertidumbre sobre la seguridad del abastecimiento energético que está provocando la guerra”.

¿Qué posiciones asumirá en esa cumbre Gustavo Petro? ¿Defenderá el derecho a la integridad territorial de los países, la inviolabilidad de las fronteras y condenará la invasión y la guerra desatada por Rusia contra Ucrania el 24 de febrero de 2022?

Gustavo Petro siempre ha sido ambiguo al respecto. En marzo de 2022 admitió que hubo una “agresión de Rusia” pero rápidamente adoptó la postura habitual de neutralidad que preconiza el régimen de Vladimir Putin. Esa actitud se limita a pedir que haya una “negociación de paz” entre esos dos países sin reconocer que Rusia fue la que invadió a Ucrania y creó esa confrontación militar que tiene repercusiones directas en el resto del planeta.

Petro y los partidarios de la “negociación de paz” a ultranza ocultan un hecho importante: que el país agredido, Ucrania, ha dicho que no habrá negociación alguna hasta que Rusia no abandone hasta el último centímetro de territorio ucraniano.

Adoptar la posición rusa ante esa guerra --no todavía mundial, pero si mundializada--, plantea un problema para Colombia. ¿El gobierno de Petro está cambiando los ejes de la tradicional y acertada línea diplomática colombiana por una actitud nefasta de alianza subrepticia con una potencia totalitaria que jamás ha sido amiga de Colombia?

El presidente Petro nunca ha declarado que Ucrania debe salir victoriosa de la guerra con Rusia. No ha pedido que los culpables de esa agresión y de sus matanzas, como la de Boutcha, sean puestos ante la justicia penal internacional. No ha apoyado el suministro de armas y de entrenamiento militar de los países que integran la OTAN a las fuerzas armadas y al gobierno de Ucrania, para que ésta pueda proteger su población y preservar su territorio y su identidad nacional contra el imperialismo ruso.

La dictadura rusa está tratando de abolir, desde 2014, mediante la fuerza y el terror, la declaración de Independencia de Ucrania del yugo soviético del 24 de agosto de 1991, luego de la dislocación de la URSS y del bloque soviético, y trata de revertir por todos los medios la soberanía plena y la paz civil adquirida y ratificada por Ucrania mediante el referendo nacional del 1 de diciembre de 1991, votado a favor por el 92% de los ciudadanos.

Al día siguiente de la invasión rusa a Ucrania, Gustavo Petro simuló ignorar totalmente lo que estaba ocurriendo allí.  Se ridiculizó al decir, con gran vulgaridad, que “a los países desarrollados les gusta ‘agarrarse a plomo’ por los recursos naturales”. En la asamblea general de Naciones Unidas, en septiembre de 2022, Petro insistió en ese enfoque distractor y neutralista al decir: “Invadieron Ucrania (…) en nombre del petróleo y del gas".

La posición de Gustavo Petro sobre Ucrania se diferencia muy poco de la posición que tiene la extrema derecha europea. El partido francés Reunión Nacional (RN), de Marine Le Pen, se opone a la ayuda que Occidente le presta a Ucrania. Ese partido ha sido descrito, por la comisión de la Asamblea Nacional que investiga las injerencias extranjeras en Francia, como una "correa de transmisión" del poder ruso. Marine Le Pen, marzo de 2022, reiteró que la entrega de armas a Ucrania “nos convierte en co-beligerantes”.

Petro estima que, en el caso de la invasión rusa a Ucrania, hay mucha “doble moral” pues “nadie dijo nada con la invasión a Irak o Libia”, lo cual es falso. “Hay una doble moral porque cuando invadieron Irak y Libia, por el petróleo, nadie en las instancias de poder nadie dijo nada”. Tras ser criticado en Colombia por no condenar el ataque en Kramatorsk, en el que tres colombianos fueron heridos, Petro declaró el 28 de junio de 2023: "Rusia ha atacado a tres civiles colombianos indefensos".

Según los observadores, la cumbre UE-CELAC tratará de “relanzar las relaciones entre las dos regiones”. Esa tarea no será fácilmente alcanzable dado que los regímenes de Venezuela, Cuba, México, Bolivia y Nicaragua, con el apoyo de Brasil, tratarán de escamotear los temas espinosos –la agresión rusa contra Ucrania, el tráfico de drogas, la sangrienta dictadura en Cuba, la brutalidad anticatólica de Daniel Ortega, las irregularidades electorales en Venezuela--, y tratarán de imponer el debate sobre asuntos comerciales, la cuestión de las tierras raras y nuevos cambios al sistema financiero internacional. ¿Qué ideas propondrá Gustavo Petro en esa reunión?  ¿Se sumará al odioso coro de Cuba y Venezuela que acusa a la UE de tratar de “imponer su propio formato” a la cumbre?

 
Publicado en Columnistas Nacionales

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