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Dilema periodístico: ¿profesión responsable o negocio dudoso?

Pedro Aja Castaño   

“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica porque destruye los cerebros.” Noam Chomsky, lingüista y político.

Me animé a escribir sobre el tema más difícil de nuestro tiempo, el periodismo, porque puede ser UNA PROFESIÓN ALTAMENTE RESPONSABLE O UN NEGOCIO DE PROPAGANDA ENGAÑOSA; no como institución, sino mediante las falencias humanas que se infiltran en las mejores intenciones. Por lo que hay que estar alerta. A veces se da, mecánicamente, un periodismo sin autocrítica y conciencia de lo que se escribe.

Y lo hice porque en la sección A fondo, de El Tiempo del 24 de enero de 2022 me di cuenta de una EXAGERACIÓN MEDIÁTICA, es decir, una manipulación, con el titular: “Un grito de auxilio de los medios de comunicación en América Latina”.

Entonces, como en el viejo oeste, inmediatamente desenfundé “DESINFORMACIÓNCómo los medios ocultan el mundo” con prólogo de Ignacio Ramonet, escrito por Pascual Serrano, un experto periodista. Traté de encontrar en mi barahúnda de libros “40 lecciones de ética” de Javier Darío Restrepo, pero desistí del asunto porque algo de sentido común todavía tengo.

Porque gritos de auxilio vienen de todas partes, nadie les para bolas, pero el periodismo es un afortunado bebé porque tiene a papá periódico. Y el grito de auxilio lo dio Guadalupe Galván, de El Universal, México, se originó porque “en Brasil, México, El Salvador, Perú y Venezuela hay un acoso constante a los medios practicados por los gobiernos de turno.”

Pero como muchos periodistas se rajaron en física, a Guadalupe se le olvidó la tercera LEY de Newton que dice: Para cada ACCIÓN hay una REACCIÓN igual y en el sentido opuesto. Eso quiere decir que siempre que un objeto realice una acción como mover, empujar u oprimir otro objeto, este último reacciona devolviendo la misma FUERZA. Y esta ley ocurre en otros ámbitos de la vida aunque no lo creamos, debido a lo que decimos, pensamos, hacemos. Los hindúeslo llaman karma, ley de causa y efecto, o ley bumerang, lo que nos ayuda a reflexionar sobre nuestros sufrimientos, problemas, inconvenientes.

Así que, señores periodistas, lo del acoso tiene que ser probado objetivamente; no con versiones personales. Para eso están los jueces, no los periódicos. Por lo tanto aquí lo que opera es la mente de cada quien que se entiende a sí misma; es decir, puro solipsismo, si se descuidan.

¿Qué es lo que en realidad pasa?   Los medios son un negocio, NO SON UN PODER. Luego la información o la ‘verdad’ se seleccionan según el beneficio que aportan.  Todo tipo de publicidad produce ingresos, influencia, poder,  de índole diversa; lo mismo ocurre con las agencias noticiosas; pero  los ‘afectados’ por los medios TAMBIÉN   defienden sus negocios.  

Obviamente los medios les  ‘piden’ entrevistas, es decir, permisos a los mandatarios o dueños de negocios, PARA VENDER SU PRODUCTO.  ¡Ay de quien no les conceda la oportunidad de ‘vender’ algo! Oí en la W que era IMPOSIBLE  entrevistar a Alex Char; pero el candidato presidencial no es bobo. Porque él sabe que de pronto, sin saber cómo, ni por qué, se encontrará  frente a un JUEZ DE SUPOSICIONES O SOSPECHAS. Esa es la intimidación del cuarto poder o negocio de la propaganda engañosa. La víctima mediática tiene que explicarle a ciertos ‘periodistas’  lo que QUIEREN OIR O VENDER. Y no se puede defender. Lo mismo ocurre con los abordajes telefónicos para vendernos algo. ¡Ojo!

Por eso,   ante esa situación las  PERSONAS DE CARÁCTER les hacen ¡Mamola! Al igual que los dictadores, pero estos sí son peligrosos. Entonces algunos periodistas, por venganza, como manipuladores del idioma, le crean la narrativa conveniente al bobo de turno. Pero  los mandatarios demócratas    los mandan al carajo. Sin embargo en  CUBA, o en la antigua URSS, no los mandaban a freír espárragos,  sino  a los campos de concentración. Ahora, amable lector, entenderá usted lo que quiere decir el eslogan: “los medios son el CUARTO PODER.” Pero no les han dicho que NO SON EL CUARTO PODER CON LOS QUE SABEN Y QUIEREN DEFENDERSE.

UN EJEMPLO DE CÓMO NOS CUENTAN LOS MEDIOS LO QUE PASA. En El Tiempo del domingo 23 de enero de 2022, en primera página, a tres columnas, se despliega “El gobierno se BAJÓ DE UN  VIAJE a Suecia para hablar sobre el ELN.” Me dije: “Por algo sería.” La explicación: “El comisionado de paz iba para Estocolmo a exponer la posición del estado, pero todo se abortó súbitamente.” Y ese ‘algo’ lo revela el periódico el lunes, en primera plana,  pero a  dos columnas: “Pretendían legitimar falsa voluntad de paz del ELN”: Iván Duque.” (Un titular suave) En la siguiente página, “ELN no puede seguir hablando de paz mientras comete narcoterrorismo.” (Un titular fuerte) Y más abajo “Clamor de araucanos por la paz de su departamento llegó hasta la plaza de Bolívar en Bogotá.” (Una situación de desespero social). Es decir, hay un escenario OBVIO de guerra del ELN contra la sociedad civil en contraposición con la supuesta actitud irresponsable del gobierno de bajarse del bus. ¿Por qué entonces tiene el gobierno que explicarle a los suecos o a El Tiempo cuál es la posición del estado frente a una obvia agresión terrorista?

Ahora bien, ¿Qué contexto le falta al lector para verdaderamente entender lo que pasa? Cómo no lo tiene, no puede discernir nada más allá de lo que le dicen. Por ejemplo, cómo funciona el manejo subliminal para, sutilmente, influir sin que nos demos cuenta. Veamos.

El domingo se lee más que el lunes. Tres columnas indican más importancia que dos.  Bajarse de un viaje, sin ninguna explicación, indica irresponsabilidad. Esta secuencia de información llega al subconsciente y ahí queda. Deshacerla, desaprenderla, es difícil.  Por otra parte, ‘falsa voluntad de paz’ es una estrategia comunista conocida que, por recurrente, forma parte del paisaje; por lo tanto, el daño de aceptación ya está hecho.

Por otra parte, Suecia es de la izquierda caviar, algo aceptado como normal, por lo que  favorecerá siempre los intereses del comunismo y sus diferentes nombres;  y se las han ingeniado para convertirse en jueces de la derecha.  Allá se facilitó y bendijo  el ‘acuerdo habanero’. Y para alguien que sabe que muchas de las fuentes periodísticas son las filtraciones ilegales ¿Llegó CONVENIENTEMENTE tarde la ‘información de inteligencia’ sobre el ELN  por lo que la cosa se tuvo que abortar?

Además, los mandatarios y la opinión pública y privada están pendientes de lo que dicen los medios porque PUEDEN SER  LA FALSA VERDAD O SEMIVERDAD REVELADA O MANIPULADA DEL SIGLO 20 y a eso se le tiene miedo, como al virus.  Hasta aquí el periodismo irresponsable  que se podría resumir en lo que dijo Joseph Pulitzer (1847 – 1911)  editor estadounidense conocido por los famosos premios periodísticos que llevan su nombre: “UNA PRENSA CÍNICA, MERCENARIA Y DEMAGÓGICA PRODUCIRÁ UN PUEBLO CÍNICO, MERCENARIO Y DEMAGÓGICO”. 

Pero, Pulitzer fue ejemplo del  periodismo profesional de otros tiempos que se manejaba con el respeto a la verdad;  abierto a que se investigaran los hechos; buscaba la objetividad, contrastaba datos con fuentes creíbles. Esa actividad respetable   diferenciaba entre verdad, información y opinión; respetaba la presunción de inocencia; rectificaba, admitía errores. Tenía códigos y convenios, organizaciones respetables. Quedan en Colombia pocos periodistas de ese estilo.

Y aunque existen muchos decálogos de periodistas,  yo me atengo a un principio universal conocido como LA REGLA DE ORO: no le  hagas a los otros, lo que no quisieras que te hicieran a ti. Ese es el principio de la reciprocidad inteligente que surge de la  autocrítica,  o la honestidad radical consigo mismo  y los demás, que son el distintivo de un buen periodista. Hemos visto en películas cómo un buen periodista renuncia ante un editor inescrupuloso. Pero la necesidad de la cuchara, es otro cuento.

Publicado en Columnistas Nacionales

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