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Pedro Aja Castaño   

“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé / en el quinientos seis y en el dos mil también.” Enrique Santos Discépolo, tango CAMBALACHE, 1934.

Como una de esas ‘coincidencias significativas’ que nos manda la vida, desayunaba el sábado 22 de enero de 2022, cuando oí en Caracol Radio que se preparaba un encuentro de eminencias nacionales para contestar la pregunta: ¿QUÉ HACER PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN? Y digo ‘coincidencia significativa,’ porque había terminado de escribir el artículo que sigue por lo que mi humilde propuesta sería: ¡ENSEÑEN RAZONAMIENTO MORAL CONSCIENTE! Veamos por qué.

DEFINAMOS. Como MORAL entendemos al conjunto de principios y valores, pensamientos y hábitos un individuo o de una comunidad que actúan como una guía que nos indica cómo vivir felizmente todos en acuerdo mutuo. Por otra parte, el RAZONAMIENTO es la actividad mental que practicamos (o dejamos de hacerlo) para generar, estructurar y ordenar pensamientos que permiten llegar a una conclusión (o a ninguna, si no razonamos)

 Por lo tanto, UN RAZONAMIENTO MORAL CONSCIENTE nos permite JUZGAR EL VALOR DE LAS COSAS Y PERSONAS para así determina qué es CORRECTO E INCORRECTO.  Esto implica que nos CUESTIONEMOS sobre la esencia y consecuencias de nuestras acciones. Para ello también es indispensable que tengamos INTELIGENCIA EMOCIONAL CONSCIENTE para EMPATIZAR con lo que las otras personas SIENTEN sobre lo que consideramos ‘correcto’, o ‘incorrecto, ’   porque existe la posibilidad de que estemos  EQUIVOCADOS. ¿Pero por qué este modo de razonar es tan extraño en nuestra sociedad? Debido a nuestra formación.

Pero también, porque una vez ‘formados,’ existen muchos elementos que nos distraen o desvían de ese noble propósito; porque, además, no es fácil. Nos distraen, por ejemplo, el periódico diario, los medios, las revistas, publicaciones diversas, que hablan o comentan a diario los asuntos de la NORMALIDAD COTIDIANA   que se reflejan en el país, las ciudades, los diferentes aspectos de la cultura, la ciencia o política, y la estructura social en general, aspectos sobre los que hay multiplicidad de opiniones y lo hacen desde diferentes modos de pensar y sentir, de manera superficial, seria, comprometida o indiferente. Todo ese nos afecta en la edad adulta.  ¿Por qué?

De niños, al principio respetamos las normas por obediencia o miedo al castigo; después, para favorecer intereses propios; es decir, cuando nos conviene, con papi o mami. Más adelante, cuando nos identificamos con un grupo; es decir, porque es convencional, aunque no necesariamente bueno. O porque, sencillamente, así son las normas. De pronto, y no todos, asumimos principios, no normas. Ahí empezamos a sentir algo que se llama ‘personalidad’.

Más tarde reconocemos el mundo de los derechos de los demás y los propios;  los principios éticos universales, y el compromiso con ellos. Entonces, quizá, podamos empezar a entender, averiguar, algo de una REALIDAD SUPERIOR.  Cuando llegamos a ese nivel tenemos lo que los psicólogos llaman un LOCUS DE CONTROL INTERNO Y MADURO para nuestras decisiones morales personales y responsables, porque sentimos que tenemos las llaves de nuestro destino, en cuyo caso nos sentimos más capacitados y libres para actuar y hacer los cambios necesarios. Podemos ser felices.  

Sin embargo, debido a lo anterior también PODEMOS SENTIR, con diáfana claridad, que podemos estar en manos de algo o alguien más, que decide por nosotros sin nuestro consentimiento y que puede hacer que nuestra vida se convierta en un pantano de desgracias. Esto, por supuesto, hará mucho menos probable que trabajemos para realizar cambios en nuestras circunstancias actuales o en nosotros mismos, o QUE RESISTAMOS A ESAS CIRCUNSTANCIAS. Pero también hay personas que les gusta que piensen por ellas, ser controladas, manejadas, sencillamente porque son perezosas.

Eso es lo que los DICTADORES NO PUEDEN ENTENDER de los que se les oponen porque ellos no tienen desarrollado un LOCUS DE CONTROL, INTERNO Y MADURO, por eso se imponen. Pero se las entienden muy bien con los perezosos hasta cuando dejan de ser necesarios.  Es decir, una persona normal, no puede ser un dictador. Por eso a las personas normales nos parecen extraños, antinaturales, los escenarios de delincuencia, guerra y caos, dictaduras.  ¿Pero por qué a los malos sus escenarios les parecen ‘normales’?

Porque el MAL, como parte de la sociedad, ha falsificado sus estructuras; también tiene sus organizaciones que consideran naturales para realizar su ESENCIA que consideran que es, sencillamente, algo diferente. Por ejemplo, la delincuencia organizada tiene un eje central de dirección y mando, y esta estructura opera en forma celular flexible, con rasgos permanentes de autoridad, de acuerdo con las células que lo integran. Alberga una permanencia en el tiempo, más allá de la vida de sus miembros. Tienen categorías, (delincuencia común, urbana, política; múltiple variedad de delincuentes, delitos, armas, élites, especialistas, etc.); pero como carecen de un RAZONAMIENTO MORAL CONSCIENTE lo suyo puede ser igual a cualquier actividad.

Y, si, además, son entrevistados, expuestos como héroes, se les paga mejor que a un policía, hacen lo que quieren cuando quieren; son premiados en dólares, prebendas e influencias en todas las esferas, con todos los placeres de la misma forma que las personas que hacen el bien, y más, porque ellos se dan el lujo de hacer lo bueno y lo malo. ¿No es acaso mejor ser malo que bueno? Sencillamente, para ellos, el mal paga mejor porque solo perciben lo tangible. Desde luego que ellos no pueden diferenciar entre el falso bueno y el auténtico; ni las consecuencias de no diferenciar.  Porque carecen de la intuición de la bondad.

Por lo que, además, hoy en día ¡SIENTEN QUE TIENEN EL DERECHO DE SER MALOS!  Por eso se les hace ‘natural’ hacer el mal. Por lo que me pregunto: ¿Cómo se puede negociar con esas personas,  si no tienen capacidad para cumplir el ‘bien’ de cualquier acuerdo o compromiso, de manera libre y espontánea,  porque no establecen ninguna diferencia entre el bien y el mal, incluso cuando son castigados, porque siguen haciendo lo malo?   

Sencillamente porque pensar mal es sencillamente una forma de pensar entre las muchas que hay. De ahí que sencillamente ODIEN aquellas que no entienden, o no quieren tener; ya que las envidien sin saber por qué, pero sí saben que gozan de prestigio.  Son esas formas de pensar las siguientes:

El pensamiento 1. Deductivo, 2. Inductivo, 3. Reflexivo, 4. Analítico, 5. Crítico, 6. Lógico, 7. Creativo, 8. Práctico, 9. Sistemático, 10. Analógico, 11. Deliberativo, 13. Suave, 14. Duro, 15.Divergente, 16.Convergente, 17. ‘Synvergente’, 18.tradicional, 19. Metafórico, 20.Conceptual, 21. Interrogativo, 22. De síntesis, 23. Investigativo, 24. Instintivo. Estas 24 categorías las publicó Pol Bertarn Prieto, Microbiólogo, divulgador científico, y Youtuber.

Le quedaron faltando el pensamiento mágico, sobrenatural, espiritual, religioso, criminal, médico, legal, policivo, mafioso, etc. Y el de cada uno de los seres que conformamos este planeta. Pero entonces nos preguntamos si en todas esas formas de pensar se dan las características del PENSAMIENTO MORAL CONSCIENTE y en qué medida. Ese es el aporte del cristianismo a la humanidad.

Porque, si nos fijamos bien, lo que llamamos ‘pensamiento’, una dimensión o característica muy relevante y respetable de nuestra cultura, fue ‘clasificado’ por unas personas que, en Grecia, SE DEDICABAN A PENSAR; y ese oficio peculiar determinó la universalidad de  la ‘herramienta’ por la forma cómo se ‘VENDIÓ’ culturalmente. Por el contrario, el cristianismo no se ‘vendió’, sino que se parió con dolores.

Por otra parte, ¿No ha notado usted que en las películas gringas  muchos personajes dicen que no van a ir al ‘college’  porque prefieren hacer plata de otra manera? Es decir, la sociedad ha cambiado su ordenamiento de principios y valores que algunos llaman ‘dioses’, diferentes al VERDADERO.  Por eso un filósofo y un cazador no se entienden, a pesar de que usen el mismo lenguaje porque tienen ordenamientos diferentes de principios y valores.

Además, hoy en día se considera o se ‘vende’ como algo  creíble, útil, confiable, si el ‘producto’ se PRUEBA  en un laboratorio. Pero lo único que se puede PROBAR OBETIVAMENTE  en un laboratorio son LAS REALIDADES MECÁNICAS, mediante las matemáticas, no las humanas.Por lo que esa ‘mentalidad científica’ que se comporta casi como una REVELACIÓN O UN DOGMA DE FE, puede pretender entonces ‘crear laboratorios diversos’ para ‘estudiar, descubrir algo’ que pueda ser utilizado para un propósito útil dentro de su peculiar modo de pensar.

UN EJEMPLO CONTEMPORÁNEO. El muy personal modo de pensar de Marx y Lenin, dizque inspirados por el método científico, pretendieron CREAR UN MODELO SOCIAL UNIVERSAL llamado comunismo; pero ese ‘modelo universal’ después se comportó según los diferentes pareceres de los diversos líderes soviéticos manejados por el PARTIDO COMUNISTA, de acuerdo con intereses perversos para el resto de los humanos.

En contraste el CAPITALISMO se ha desarrollado, no según el parecer de nadie, sino que ha ido evolucionando como un producto natural de los aconteceres humanos que sí son universales, sean buenos o malos. Por eso existe el comunismo soviético, el chino, el cubano, el venezolano y cada una de esas versiones se comporta como diferentes familias o grupos de la ‘especie’ original. Por eso dice el dicho: “Hijo de tigre sale pintao”.

Ahora bien, todo los razonamientos anteriores son el resultado de la naturaleza humana que se educa  para vivir dentro de una realidad que llamamos NORMALIDAD SOCIAL  a pesar de sus divergencias manejables mediante la RAZÓN. Pero dentro de la naturaleza humana hay diversas realidades que se imponen a otras; muchas se toleran; pocas luchan a muerte, y todas pretenden ser MODELOS a seguir.

Sin embargo  existen realidades excepcionales que viven en algo llamado normalidad, no pretenden imponerse a nadie dejando en total libertad a los otros, porque cuentan con un extrañísimo elemento educativo que se  llama RAZONAMIENTO MORAL COSNCIENTE que ya describimos. Pero esa capacidad excepcional que nos hace verdaderamente humanos, se puede empezar a corromper desde la niñez.

Si bien el razonamiento moral se empieza a formar a partir de los 5 años cuando los pequeños todavía no tienen conciencia acerca de las reglas y no comprenden qué es lo correcto, a medida  que van avanzando en su proceso de  maduración, van adquieren nociones acerca de la JUSTICIA  en diferentes niveles.

Pero las buenas experiencias de justicia se pueden ver afectadas por cosas ‘baladíes’ de malos ejemplos que pueden empeorar   con  la rebeldía natural de la adolescencia cuando se exploran  diferencias mediante la influencia  del grupo, o el ambiente general que  pueden reforzar o debilitar las  tendencias buenas o malas. Si en ese momento las directrices parentales o escolares fallan, hay un gran riesgo de que el jovencito o la querida niña de la casa empiecen  a rondar los límites de la delincuencia juvenil, y el cruce de las líneas rojas puede facilitarse mediante las SUPUESTAS RECOMPENSAS DEL MAL que   fácilmente  enganchan la inmadurez de nuestros hijos o nietos.

A esta altura del paseo, la PREGUNTA DEL MILLÓN   es: ¿Cuáles son los factores que a lo largo de la vida NOS HAN DISTRAIDO  para no darle importancia al RAZONAMIENTO MORAL COSNCIENTE que produce RESPONSABILIDAD MORAL Y SOCIAL?

En el siglo 20 la primera estrategia consciente del mal ha sido DESPRESTIGIAR  la moral llamándola MORALISMO. El segundo escenario ha sido el DISTRACCIONISMO PARA NO PENSAR, entre ellos, la droga y los diferentes escapismos. Y el tercero y más obvio es la oferta indiscriminada de ‘distracciones’ respetables, rutinarias, en las que ‘pensar’ está pasado de moda. Se les deja a los especialistas, los medios, las revistas, las publicaciones, la televisión, el chisme, el celular, etc. Por lo tanto no se vive según la razón equilibrada por la inteligencia emocional, sino de acuerdo A CÓMO ME QUIERO SENTIR. Se ignora que la manera cómo ‘yo me quiero sentir’ puede producir un INADVERTIDO DAÑO MORAL AL OTRO MEDIANTE MI MAL EJEMPLO. Así se empieza a dañar la niñez.

Ahora bien, cuando no se tiene UN LOCUS DE CONTROL INTERNO Y MADURO, la gente cae presa de los sistemas de moral mecánica, sin discernimiento; el perdón real se hace imposible porque no se razona; o solamente se siente, sin guía de la razón. De esa forma delincuencia, guerra, caos, perversidad, y todos los males, SENCILLAMENTE OCURREN como parte de la vida; no hay responsabilidad; por lo tanto todo puede ser NOTICIA y pasar; o MODA  y persistir por un rato; la COSTUMBRE  es un bicho raro que hay que eliminar;  hasta que todo es remplazado por lo ABSURDO. Eso le dio a Albert Camus el Premio Nobel de Literatura 1957, una profecía de la época actual.

También pudieron habérselo dado a Enrique Santos Discépolo por su tango CAMBALACHE  de 1934  que denuncia las múltiples  problemáticas que se vivían en Argentina durante la llamada Década Infame (1934- 1943)  que se mantiene vigente  ya que sus versos pueden aplicarse a distintas regiones y épocas en todo el mundo.

Quizá por eso hoy nos puede dar miedo lo que nos dice un simple tango, que al no enfrentar, comprender y superar nuestro pasado, nos puede salir de nuevo a la vera del camino personal; o, sorpresivamente, nos obligue a escribir una página que no queremos en  la historia del planeta.

Publicado en Columnistas Nacionales

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