Armando Barona Mesa

Fueron largos los años de la Colonia y luego de la República, en los que el Valle del Cauca tenía que escribirse con "v" pequeña. Éramos solamente el valle geográfico de un gran río que atraviesa a Colombia.

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De mi paso por la política me acompaña una convicción: la política siempre es enredada y confusa. Solamente un día está clara y ese es el día de las elecciones. Pero a partir de ese momento vuelve a enredarse. Eso acaba de ocurrir el domingo pasado.

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El aborto y la eutanasia son temas antiguos y largos, profundamente estudiados por el derecho y la ética.

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Sobre borrachos hay casos: el viejo Noé que bebía y bebía y borracho se la cobraba a sus hijos. Recientes: Boris Yeltsin bailaba borracho, mientras llegaba Putin. En el Ecuador el borrachito se llamaba Abdalá Bucaram. Gozaba de lo lindo en las tribunas mientras el país se deshacía.

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Un amigo escribió un libro que reproduce una frase de Bolívar, cuando ocurrió en España la revolución de Riego, que hizo posible que no vinieran a la reconquista los españoles. “Es un golpe de fortuna loca”, dijo el Libertador.

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¡Buenavida el hombre! Está pasando unas vacaciones de lujo en España. El año anterior fue en este mismo país y en Italia. Full hoteles y full restaurantes. Sabe para qué es el dinero. Y además sabe dónde está. Si alguien ignora sobre quién hablo, como en la vieja canción, “Ya lo voy a decir, ya lo voy a decir...”. Solo que no es Pachito el Ché, sino uno que aparenta ser un tanto desfachado, aunque son infaltables los zapatos ferragamo y los blue jeans más caros del mercado. Y en su equipaje nunca faltan unos fajos enormes de billetes de alta denominación. ¿Será que es posible que aún ahora alguien no sepa de quién se trata?

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Fue Molière, con Shakespeare, el padre del teatro moderno. Recogía de la ficción o de la realidad vuelta ficción, los datos del hombre. Su dualidad de ángel o demonio, de nobleza sublime o de brutalidad e infamia, que eso en realidad es lo que da la vida.

Quizás el personaje más perfilado fue Tartufo. Un símbolo de infamia que uno encuentra lamentablemente en la vida con muc

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Se dijo por encuestas que los electores querían un joven, y las encuestas agregaron que esa persona debía ser Iván Duque Márquez. Nunca mostró un mal comportamiento en nada que pudiera señalársele como lo negro de una uña. Ganó las elecciones con la más alta votación: doce millones. Es decir, la juventud y preparación habían ganado.