El acto del 23 de enero en la ciudad de Caracas estremeció al país al observarse cómo se desplazaba una verdadera muchedumbre en la búsqueda de un sueño de transformación profunda. El discurso de la candidata presidencial fue una pieza llena de amor por Venezuela. La presentación de la Gran Alianza Nacional logró el cometido esperado. Todos los sectores democráticos construyendo la verdadera UNIDAD. Después de mucho tiempo, los venezolanos hemos conseguido la senda perdida.
Ella está más allá de una decisión inmoral por parte de TSJ para impedir su candidatura. Su liderazgo se multiplica en miles de voluntades que no cederán ante la pretensión totalitaria. El tribunal tiránico muestra el miedo que le tiene el gobierno. Nicolás Maduro se escondió en las faldas de estos magistrados de marras para no competir con ella. María Corina Machado terminará por derrotarlos, los grandes conductores de masas- y ella lo es- se crecen en las dificultades. Sabemos que capitaneará exitosamente el gran buque con destino al puerto de la victoria.
El entusiasmo que despierta hizo resucitar la posibilidad de poder salir de este contubernio delictivo, han querido utilizar la violencia como bomba incendiaria para buscar amedrentar y sembrar escepticismo en la población deseosa del cambio esencial para el futuro venezolano. Su escalada, deteniendo líderes locales, colocando pintas en las sedes partidistas, inhabilitando a quien pueda derrotarlos, habilitando a liderazgos gastados para solo cubrir la formalidad. Es un recurso producto del libreto implementado en Nicaragua. El secuestro, la tortura, la desaparición forzada de personas: son crímenes de lesa humanidad condenables desde todo punto de vista. Su acción demuestra el carácter autoritario del gobierno. Es la búsqueda de sembrar el terror en la gente.
Afortunadamente, contamos con el trabajo de nuestra abanderada María Corina Machado. Su valentía, convicción y claridad en el mensaje es una garantía de contar con alguien altamente confiable. Su vida democrática es una honesta hoja de servicios que hace que su legítima aspiración cuente con millones de adeptos. El terremoto electoral que ella representa como la principal figura opositora coadyuvará en la salida de la pesadilla. María Corina Machado es la que elegimos casi tres millones de venezolanos. No existe otro plan que no lo encarne ella. Esa decisión mayoritaria de los ciudadanos es lo que genera el temor en el régimen.
En las últimas horas, el gobierno viene arremetiendo con sus cuerpos represivos. Quieren ensangrentar al país para impedir unas elecciones libres. Saben de sobra que serían fácilmente derrotados, desean crear un clima violento que genere unos comicios electorales fraudulentos en donde Nicolás Maduro escoja su oponente. Es el modelo del tirano Daniel Ortega, un espécimen que subyace en las cavernas.
Estas escaramuzas demuestras el profundo miedo que se experimenta en las entrañas del gobierno totalitario. Conocen de sobra la animadversión que despierta la sombría y amarga presencia de Nicolás Maduro. El rechazo del cual goza es de los más notorios del planeta. Eso es producto de una gestión corrompida y severamente incapaz para resolver los álgidos problemas venezolanos. El narcótico de sus torcidas formas es el estimulante perfecto que alienta su manera aberrada de proceder, son los grandes asaltantes del poder, quienes actúan sin escrúpulos, su inspiración está basada en la trampa. Los demócratas enfrentamos a quienes no tienen principios morales. Seres inescrupulosos que no se detienen ante nada.
Ahora Venezuela cuenta con un liderazgo vigoroso. Una ruta que conduce a un proyecto de país que nos devolverá la democracia y sus instituciones secuestradas. María Corina Machado encabeza este sueño posible de poder sacar del poder a una verdadera banda de malhechores.
@alecambero
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