La reacción popular es un mecanismo espontáneo de protesta y rechazo a una persona, o a una situación, que afecta directamente a las comunidades.

Ese grito de “¡fuera!”, se ha ido diseminando por todo el país y se convertirá en el látigo de castigo de aquellos gobernantes y funcionarios públicos, que no enfrentan ni resuelven las crisis que permanentemente viven las regiones y las distintas comunidades en Colombia.

Daniel Quintero, que abandonó su cargo, estuvo hace pocas horas en Cartagena.

Las redes mostraron muy claro, la manera como fue abucheado, agredido, e insultado, por dónde salía a las calles.

¿Pasa eso gratis?

He visto a Federico Gutiérrez, por ejemplo, caminar por todos los barrios y comunas de Medellín, saludando la gente, tranquilo y sin recibir ni grito, ni insulto, ni agresión alguna.

¿Cuál es la diferencia?

Sencillo.

¡Uno recoge lo que siembra!

Quintero llegó montado en una lucha de clases, que en Medellín no era siquiera notoria, y a enfrentar de manera grotesca y violenta al GEA (grupo empresarial antioqueño) que es orgullo del pueblo Paisa.

Pero, además, casi arruina a Hidroituango, gobernó muy mal, descuidó como nadie antes a Medellín, y metió a la ciudad, en una maraña de corrupción y mala contratación que de seguro lo llevarán a la cárcel.

Llegó a dividir a la sociedad medellinense.

Terminó abandonando el puesto 3 meses antes, como si se tratara de salirse de una película en un teatro y no de un compromiso que ganó y firmó por 48 meses.

En Medellín, es donde Quintero ha sufrido los peores abucheos.

Y es por todo ese estilo agresivo y perverso de gobernar, que Fico va a derrotar en dos semanas a Upegui su candidato, casi quintuplicando su votación.

Quintero sale por la puerta de atrás, y con tantos procesos por corrupción, que tiene muy alta probabilidad de terminar en la cárcel.

Recientemente fue abucheada y se le impidió hablar, la vicepresidenta Francia Márquez en el teatro de la U del Cauca.

Se retiró iracunda pero su presencia fue claramente rechazada.

Y no es para menos.

La gente no es boba.

El país ha visto por las redes y los medios, la manera como Francia Márquez ha abusado y disfrutado con excesos del poder y cómo ha descuidado su compromiso con las comunidades que con tanto entusiasmo la eligieron.

Finalmente, Gustavo Petro.

A un año y dos meses de haber llegado, el país luce muchísimo peor de lo que estaba a su llegada.

La ola de violencia, desplazamiento de comunidades, delincuencia y sangre no tiene antecedentes.

Y el gobierno Petro, con una fuerza pública desmantelada y desmotivada, es hoy incapaz de poner orden.

La guerra de bandas de narcotráfico por el dominio del negocio, tiene muriendo a casi 100 municipios en el Cauca, Nariño, Putumayo, Guaviare, Arauca, Valle, Chocó y Norte de Santander y Caquetá.

Eso ha disparado de manera brutal la impopularidad y el desprecio de esas comunidades por Petro.

Me sorprendí recién viendo un video en el Catatumbo, donde un líder muy aplaudido le grita a Petro, “¡nosotros lo subimos, pero nosotros también lo vamos a bajar!”

La gente es paciente pero las cosas tienen un límite y el Estado que cobra los impuestos, tiene que llegar a resolver.

¡Petro, ni llega, ni resuelve!

Faltan muy pocas horas para el Partido de fútbol. Colombia-Uruguay en Barranquilla.

Y están las redes inundadas y preparando una monumental chiflatón con un coro que dice: “¡¡Fuera Petro, fuera!!”

Y le quedan casi 3 años.

Pobre Petro.

¡Pobre país!

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