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¿Y qué pasó con el Valle del Software que prometió Daniel Quintero?

Diego Santos*        

Quintero es acusado de ser mitómano, maneja los hilos de la comunicación como pocos políticos.

En septiembre de 2021, poco más de un año y medio después de posesionarse, el alcalde de Medellín fue anfitrión de 36 países para exponer uno de sus proyectos bandera: el Valle del Software, un proyecto para impulsar el desarrollo económico de la ciudad y su entorno a partir de la educación, el emprendimiento y la innovación.

Durante su candidatura, Quintero señaló en reiteradas ocasiones que Medellín tenía todo para ser una meca de nodos de innovación en varios campos del saber. Para desarrollar y fortalecer este concepto tan loable, Quintero contaba que iba a abrir “Centros del Valle del Software” en cada comuna, esto con el fin de impulsar en los centros educativos a estudiantes interesados en desarrollo de 'software'.

A noviembre de 2021, es decir, casi al cumplir dos años de su gobierno, Quintero solo había inaugurado uno, el de San Javier, que además tuvo dos meses de retraso. En ese entonces, la Alcaldía, que tiene excusa para todo, dijo que para el primer semestre de 2022 iba a tener 10 centros listos y comenzaría a construir 10 centros más. En agosto de 2022, apenas llevaba seis inaugurados, de 23 a los que se comprometió.

Quintero es acusado de ser mitómano, maneja los hilos de la comunicación como pocos políticos en Colombia y ha logrado conformar una telaraña de alianzas y contactos que lo tiene blindado frente a cualquier escándalo. En los distintos entes de control cursan decenas de denuncias y ninguna se mueve. Y en Bogotá, Fiscalía, Procuraduría y Contraloría parecen estar cruzados de brazos, no importa qué tan graves sean las evidencias o denuncias.

En febrero de este año, Quintero inauguró, por segunda vez, la Ciudadela de la Cuarta Revolución y la Transformación del Aprendizaje (C4TA), un edificio al que se le han invertido 160.000 millones de pesos. Han transcurrido 8 meses desde que el alcalde y su comitiva celebraran con bombos y platillos la consolidación –“fantasma”, eso sí– de su proyecto del Valle del Software y el edificio está operando a menos del 30 % de su capacidad.

“La ciudadela educativa más moderna, bella, costosa y vacía que se haya visto en la Comuna 13 significó, en palabras de Quintero, “el nacimiento del sueño del Valle del Software”. Ese día, según la Alcaldía, más de 2.200 estudiantes empezaron clases y a lo largo del año serían 8.000 los beneficiados con un espacio que ya desearía cualquier universidad privada. Pero siete meses después, la mole gris donde se han invertido más de 160.000 millones de pesos parece un desierto”, señalaba 'El Colombiano' en una nota reciente.

Quintero, a cada crítica o denuncia, se ha desmarcado señalando al acusador de ser una estafeta del Grupo Empresarial Antioqueño, o que forma parte de la campaña del uribismofajardismo, como si tal cosa existiera. A Uribe, por poner un ejemplo, Medellín le ha dado la espalda múltiples veces.

En Colombia hemos normalizado la mediocridad; hemos normalizado la corrupción; hemos normalizado la cooptación de nuestras vidas por parte de los clanes políticos de los partidos tradicionales; hemos normalizado la mentira; hemos normalizado el no hacer las preguntas que tocan; hemos normalizado la cobardía.

¿Dónde está ese Valle del Software que les vendió Quintero a Antioquia y a la comunidad internacional? ¿Cuánta plata del presupuesto del plan de desarrollo destinado a ese “Valle” se ha invertido? ¿Cuántos emprendimientos de gran calado ha producido la apuesta de Quintero? ¿Ya se entregaron todos los computadores que prometió? ¿Por qué hay un silencio sepulcral por parte de los que trabajan y han trabajado en Ruta N para hablar sobre el “Valle”?

Medellín fue hasta no hace mucho la ciudad más pujante e increíble de Colombia. Hoy solo queda el empuje de sus ciudadanos, pero se le fue la grandeza. Y al resto del país nos importa bien poco.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 2 de octubre de 2022.

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