Facebook

     SiteLock

Última hora
Los paragestores de paz - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:06
Intervención Foro Cd sobre energía - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:04
Petro va por CC y Registraduría - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:02
La idea de “justicia” de Petro - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:01
Gobierno necesita aprender mucho - Miércoles, 20 Noviembre 2024 03:34

Diego Santos*        

La frontera colombo-venezolana se está convirtiendo en otro punto caliente.

Que la conformación de un nuevo orden internacional se está produciendo en estos momentos es una verdad a voces. La infantil e irresponsable pugna política interna en la que Estados Unidos se metió de lleno, y lo ha ido aislando del mundo, en particular de sus aliados, fue el impulso que estaban buscando chinos y rusos para cuestionar y retar el poder de la todavía primera potencia mundial.

Publicaciones tan prestigiosas como ‘The Economist’ y ‘Foreign Affairs’ no han dudado en bautizar esta coyuntura como el resurgimiento de una nueva Guerra Fría. En la frontera ruso-ucraniana, que está siendo poblada por cientos de miles de tropas de Vladimir Putin, se centran hoy las miradas de quienes creen que ahí está el detonante de lo que podría ser otra guerra a gran escala entre varias potencias del mundo.

Los momentos tensos que se están viviendo en esa región recuerdan mucho a los meses previos a la invasión de Polonia por los alemanes en 1939. También evocan las semanas en las que el mundo se paralizó por la crisis de los misiles rusos en Cuba en la década de los 60. Hoy, sin duda alguna, hay razones para tener miedo.

Pero la frontera ruso-ucraniana no es el único lugar donde los grandes jugadores del actual orden internacional –Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea– están echando un pulso.

La frontera colombo-venezolana se está convirtiendo en otro punto caliente, aunque aquí ni europeos ni estadounidenses parece interesados en hacer presencia, dejándoles a rusos y a chinos un control absoluto.

La semana pasada, el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, denunció ayuda rusa al ejército venezolano. No pasaron ni 24 horas para que los rusos respondieran que Molano estaba buscando enemigos ficticios, una respuesta muy común de regímenes totalitarios y dictatoriales.

Fuentes de inteligencia del Ejército colombiano llevan diciendo desde hace mucho tiempo que Rusia y China están metidos de lleno en Venezuela, pero poco caso se les ha hecho.

“Durante décadas, Rusia ha ido hincando lentamente sus dientes en la región, y Occidente no ha dicho nada. China, también. El tema merece más atención”, escribió la semana pasada en ‘The Wall Street Journal’ Mary Anastasia O’Grady.

“Venezuela, Cuba y Nicaragua ya están en la columna de rusos y chinos. Colombia es la siguiente”, agregó O’Grady. “Y (Colombia) es muy vulnerable.

Rusia y China van por la yugular”. La prestigiosa Unidad Investigativa de EL TIEMPO, en su edición de ayer, publicó un amplio informe sobre la injerencia rusa, con detalles de cómo están ayudando a Nicolás Maduro.

Si bien los informes se han centrado hasta el momento en mostrar ayuda militar o de personal, baja mención han tenido la ayuda tecnológica y la más que segura interferencia de piratas informáticos rusos y chinos en esta partida geopolítica en Suramérica.

De todos es conocido cómo los rusos influyeron en las elecciones estadounidenses en 2016, dándole la victoria a Donald Trump, y cómo China ha ido penetrando en los sistemas informáticos de países occidentales, pero poco o nada se ha informado sobre estas prácticas en nuestra región.

Esta nueva Guerra Fría en la que hemos entrado, y en la que Rusia y China parecen tener la sartén por el mango, posiblemente no girará en torno a amenazas de combate de tropas, sino a enfrentamientos cibernéticos. En ese juego, Colombia presenta una vulnerabilidad enorme. Por eso es importante que los medios y el Estado pongan la lupa ahí.

Colombia está muy cercana a unirse al eje de Rusia y China, países represores de la libertad y benefactores de dictadores. A falta de la ayuda de Estados Unidos y de Europa, quienes parecen habernos dado la espalda, hoy, los únicos que pueden impedir que eso suceda somos nosotros, los ciudadanos que podemos votar.

*Analista digital

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 06 de febrero de 2022.

Publicado en Otras opiniones

Compartir

Opinión

Nuestras Redes