Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich alemán, sostenía que las masas sucumben más fácilmente ante una gran mentira. La mentira y la oratoria pueden ser una fuerza política significativa en cabeza de un demagogo, de un político, que, poseído por fuerzas mesiánicas inexplicables, e incluso irracionales, manipulan las masas en la obsesiva consecución del poder, el fin último de su travesía política. El poder por el poder es una palanca política que puede engañar a las masas y arrastrar a un pueblo al vestíbulo del infierno de la Divina Comedia.
En Colombia, la política ha adquirido una nueva dinámica en esta campaña. El botafuegos de nuestro tiempo es el curtido y sagaz político Gustavo Petro, quien mostró su verdadero talante en el segundo debate de la gran alianza entre el diario El Tiempo y Semana realizado hace unos días, moderado magistralmente por Vicky Dávila y Andrés Mompotes. En este debate, Petro se fue lanza en ristre contra el sistema privado de pensiones en operación en Colombia desde 1994 y prendió con ello las alarmas empresariales y los miedos de sus ahorradores.
Como manifiesta Asofondos, Petro miente al afirmar que los aportes en los fondos de pensiones privados son públicos. Los aportes de los fondos de pensiones son de propiedad de los cotizantes, de los trabajadores, de nadie más, acorde con el artículo 13 de la Ley 100 de 1993. Con las falsedades denunciadas por Asofondos, Petro propone la explícita expropiación del ahorro privado, de 358 billones de pesos de los trabajadores, equivalentes al 35% del PIB. Petro se propone destruir el sistema pensional privado y, en consecuencia, afectar gravosamente el mercado de capitales de Colombia, que se nutre de forma significativa del ahorro de estos fondos privados.
En criterio de Asofondos, Petro miente cuando asevera que los fondos privados cobran el 30% por su gestión administrativa. Petro, con embustes, planea graduar de usureros a los administradores privados de pensiones, que realmente reciben, en promedio, el 3% por su gestión administrativa, igual al cobro del sistema público de pensiones que administra Colpensiones, en cumplimiento del artículo 7 de la Ley 797 de 2003. Asofondos aclara que las comisiones como porcentaje del saldo administrado realmente son del 0,6%, inferiores al promedio de los países miembros de la Ocde.
Petro pregunta si los dueños de los fondos privados de pensiones saquean al Estado. Como atestigua Asofondos, los dueños de estos ahorros son 18 millones de aportantes a salud y pensión, quienes guardan sus denarios para la vejez. Resulta inaudito que Petro infiera que los trabajadores que ahorran en Colombia esquilman al Estado, quienes, para preservar sus aportes pensionales, deberían votar por Fico.
Como decía el economista austriaco, historiador, filósofo y escritor liberal, Ludwig von Mises, “si ellos siguen repitiendo sus mentiras, nosotros tenemos que seguir repitiendo la verdad”.
*Miembro del Consejo Directivo del ICP
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https://www.portafolio.co/, Bogotá, 23 de marzo de 2022.