Durante los últimos meses, la economía colombiana se ha enfrentado a grandes desafíos, retos que paso a paso hemos ido superando, logrando así que Colombia no solamente vislumbre para 2021 un crecimiento anual del PIB de 9,7 por ciento (muy por encima del esperado), sino que se constituya en un país ejemplo de reactivación.
Aunque la crisis sanitaria generada a nivel mundial como resultado del covid-19 golpeó nuestra economía y la del resto de naciones, el país logró salir adelante, previendo el crecimiento más alto de los últimos 115 años y consolidándose como una de las mejores economías del mundo.
Según estimaciones de la Ocde, Colombia sería en 2021 la tercera nación con el crecimiento económico más alto, entre 48 naciones. Esto es una demostración de que nuestro país es un verdadero modelo de recuperación y dinamización de la economía.
Cabe recordar que el crecimiento registrado por el PIB en el tercer trimestre de 2021 (12,9 por ciento) ya nos había ubicado en condiciones favorables frente a naciones como China, Estados Unidos, Alemania, Corea, Indonesia y, en efecto, gran parte de los países Ocde.
Debo decir que este crecimiento proyectado de la economía a niveles históricos no responde a un efecto rebote, ya que crecimos frente al 2019, es decir, contra un año en el que no había pandemia. Más bien, obedece a la capacidad resiliente de los colombianos para superar momentos de adversidad; así como al papel del sector productivo, que se ha reinventado y ha aportado a la recuperación con sentido solidario.
Así mismo, hay una serie de factores que explican esta dinámica. En este sentido, desde que comenzó la pandemia, el Gobierno Nacional diseñó una política contracíclica que incluyó el programa de reactivación que denominamos Compromiso por Colombia, pero también tramitó y expidió la Ley de Inversión Social en apoyo a los más afectados por la situación sanitaria.
Adicionalmente, sectores como la industria manufacturera, el comercio y el turismo sobresalieron como los renglones que más contribuyeron a este crecimiento. En tanto, por el lado de la demanda, se destacaron el mayor dinamismo de la inversión y el consumo privado, así como de las exportaciones.
El plan de vacunación también fue clave en el marco de este crecimiento, toda vez que nos puso a la vanguardia a nivel mundial y nos ha permitido retornar a la normalidad de manera rápida y sostenida.
No obstante, es importante recalcar que no podemos bajar la guardia y que la mejor respuesta a cualquier variante del covid-19 es la vacunación masiva. Por esto insisto en invitar a todos los ciudadanos a que acudan a aplicarse la vacuna y a que continúen implementando las medidas de bioseguridad.
Es importante destacar que nuestro compromiso no solamente apunta a que la economía crezca, sino también a que lo haga con sentido social, es decir, generando empleo y atendiendo a los más vulnerables a través de los programas sociales.
Así hemos recuperado cerca del 85 por ciento de los empleos que se perdieron por la pandemia, hemos protegido 4,9 millones de puestos de trabajo con el Subsidio a la Nómina y hemos generado recientemente cerca de 200.000 plazas, con el incentivo al empleo.
Es por esto que uno de los desafíos para este año es trabajar por la generación de empleo y el ingreso de las personas. Otro de los retos es terminar de implementar todos los beneficios que trae la Ley de Inversión Social.
Continuaremos por la senda del crecimiento, un camino en el que trabajamos sin descanso y con la convicción de que entregaremos un país recuperado, con una de las economías de mayor crecimiento en el mundo.
*Ministro de Hacienda y Crédito Público
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 23 de enero de 2022.