Desde que comenzó el covid-19 nos propusimos trabajar día a día, con el fin de evitar que los efectos demoledores de esta pandemia fueran cada vez más desastrosos para la economía.
Así, en paralelo con las acciones que se tomaban en materia de salud, también les apostamos a instrumentos de recuperación económica con el objetivo de no dejar caer nuestra economía, que en el tercer trimestre de 2019 estaba creciendo al 3,2 por ciento.
Estos instrumentos los enmarcamos en lo que denominamos plan de reactivación, un plan que ya dio grandes resultados y, obviamente, sigue en marcha. Solo basta con mirar el crecimiento del PIB alcanzado en el III trimestre de este año: 13,2 %, 10 puntos por encima del registrado en prepandemia.
Esta tasa de crecimiento, que supera la de países como China, Estados Unidos, Alemania, Corea e Indonesia, nos convierte en un ejemplo de reactivación ante el mundo y nos consolida como uno de los mercados más atractivos para invertir en la región.
Se trata de un crecimiento que sin duda registramos con enorme complacencia y una gran dosis de optimismo. Es una cifra histórica, más si se tiene en cuenta que el año pasado observamos una contracción del PIB del -6,8 %.
A esta buena noticia se suma el impulso que se le ha dado al empleo, con la recuperación de más del 88 % de los puestos de trabajo que se perdieron como consecuencia de la pandemia; así como el comportamiento registrado por la industria manufacturera, el comercio y el índice de confianza empresarial, entre otros.
El positivo balance de estos y otros indicadores claves y la confianza que tenemos en la recuperación que atraviesa el país nos llevaron a determinar un alza en las proyecciones de crecimiento económico. Fue así como recientemente anunciamos que la economía crecería en 2021 por encima del 8,5 %, lo que significa que el proceso de reactivación está en marcha y nos permite pensar en un déficit por debajo del 8,6 %, desde la perspectiva fiscal.
La revisión al alza obedece, también, al buen comportamiento de las exportaciones no minero-energéticas, compuestas por manufacturas y productos agropecuarios, alimentos y bebidas, que en el año corrido a septiembre alcanzaron el nivel más alto desde lo observado en 2008, reportando un crecimiento de 23,9 % respecto al dato del mismo periodo de 2020. De igual forma, al balance de la demanda interna en lo corrido de 2021, especialmente el consumo de los hogares, que registró un crecimiento de 2,2 % respecto al primer trimestre de 2021.
Esto se explica por el aumento del consumo de servicios (crecimiento de 3,8 % y contribución de 2 %), así como por el aumento del consumo de bienes semidurables (crecimiento de 15,3 % y contribución de 1,2 %).
Una de las medidas que en efecto apuntaron a jalonar la reactivación del tejido empresarial del país, y al mismo tiempo a ofrecer facilidades de compra de productos a los consumidores, fue la estrategia del día sin IVA, que el año pasado registró un buen balance y este año, en sus dos primeras jornadas, alcanzó ventas históricas de más de $ 20,5 billones.
Esto demuestra la importancia de esta estrategia como instrumento de reactivación. Así mismo, confirma que esta iniciativa es clave para empujar la economía en todos sus sectores y reivindicar que trabajando todos articuladamente somos capaces de contribuir a la recuperación de nuestra economía con seguridad y con ello generar más empleo y proteger a la micro, pequeña, mediana y gran empresa de los sectores de comercio, industria y servicios del país.
Aún tenemos otro día sin IVA más en 2021, para que las ventas y el comercio sigan por la senda de recuperación, que no solo implica mayor flujo de caja sino también crecimiento económico para el país.
* Ministro de Hacienda y Crédito Público
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 01 de diciembre de 2021.
