Por andar encaprichados con la contienda presidencial que, por ahora, es más bien una competencia de egos y una riña de superioridades morales pretendidas, a los partidos y a la gente se nos está olvidando que en marzo elegimos representantes a la Cámara y senadores y que es por el legislativo por donde transitan la mayoría de temas sensibles que nos afectan a todos en el día a día. A los empresarios no se les puede olvidar que, más importante que un buen ministro de Hacienda, es un Congreso de la República que tiene el sartén por el mango en materia de impuestos.
A los que se dedican al transporte público no se les puede escapar que la regulación definitiva sobre esta materia y referente a las plataformas que ofrecen estos servicios la impondrá el próximo Congreso.
Los agricultores tendrían que tener claro, a estas alturas, que son los honorables parlamentarios los que hablarán de los temas que les competen directamente y a los ciudadanos nos debería importar quiénes llegan a esas curules porque, a fin de cuentas, es allá donde se hablará de temas que a todos nos convocan como la seguridad, los delitos, la agravación de penas para quienes los cometen, el aborto, la eutanasia y los derechos más básicos que creemos tener, pero que podemos perder si caemos en un mal Congreso.
Pero todo eso parecería olvidársenos porque hoy hay más candidatos a la presidencia que a la Cámara o al Senado y porque no parece haber muchas opciones de aspirantes de opinión, sanos y descontaminados, que esta vez quieran medírsele al ejercicio legislativo.
En otra columna me preguntaba por qué carajos personas ilustres insisten en lanzarse a la Presidencia si saben que no tienen opciones en vez de encabezar listas -ojalá cerradas- para el Parlamento. ¿Ustedes se imaginan un Congreso en el que la derecha tuviera de nuevo a un Germán Vargas Lleras encabezando la lista de Cambio Radical, a un Humberto de la Calle haciendo lo propio con las listas conjuntas del “centro” y a una mujer valiente como Francia Márquez o Ángela Robledo por los lados de la izquierda? Por el contrario, figuras como Álvaro Uribe, Jorge Enrique Robledo o, entre los jóvenes, Juanita Goebertus, terminarán retirándose del Congreso y no está claro quiénes ocuparán esos espacios.
Ni hablar de las bancadas regionales en donde cada día tenemos menos gente interesante que represente el auténtico sentir de un territorio específico. El Congreso no nos importa y así nos va... ¡Así nos va!
https://www.vanguardia.com/, Bucaramanga, 01 de noviembre de 2021.