No hay duda, como lo anunció el presidente de la República, que la caída de Otoniel, se equipara a la neutralización de Pablo Escobar, convirtiéndose así, en el golpe de mayor relevancia contra el narcotráfico del siglo XXI. Sin embargo, la desaparición de Escobar, marca el fin del Cartel de Medellín, lo que no pasará, al menos por ahora, con el clan del golfo. Veamos las 10 lecciones que nos deja 12 años de persecución detrás de este icónico y sangriento criminal:
No hay guarida infalible en Colombia o en el mundo donde los criminales puedan ocultarse. Tarde que temprano caerán, ocurrió con Pablo Escobar, los hermanos Rodriguez Orejuela, el Mono Jojoy, Sadam Husein, Osama Bin Laden, Raúl Reyes, Santrich y Otoniel. La inteligencia y la tecnología doblegan la maldad, y no existe mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Pablo Escobar opone resistencia y es abatido en el techo de su escondite, y Otoniel en su huída, es sorprendido por un Comando en el despliegue de una impecable megaoperación, ante quien se somete, manifiestándole: “estoy cansado”. Su vida fue respetada.
El modelo operacional de las Fuerzas ha transitado de la coordinación a la integración de esfuerzos, recursos, tecnología e información; estilo burbujas, centros de fusión, fuerzas de tarea, etc. bajo liderazgos únicos y efectivos, que afianzan la confianza y arrojan resultados impredescibles. En este caso, una operación de naturaleza policial, evolucionó hacia una fuerza de tarea combinada de corte militar, que ratifica la importancia de mantener a la Policía Nacional adscrita al Ministerio de Defensa, operando hombro a hombro con las Fuerzas Militares mientras subsistan estas graves amenazas a la seguridad del Estado.
La Inteligencia, la Investigación Criminal y la tecnología, son llave maestra para localizar, monitorear y actuar con certeza y determinación sobre el blanco elegido. La Operación Osiris lo confirma, y para conservar estas herramientas en futuros éxitos operacionales es una obligación mantener el secreto de las fuentes, los medios y los métodos utilizados. Develarlos es ingenuidad, dilata y delata nuevos planes, lesiona la confianza y viola la reserva de ley.
La flexibilidad alcanzada por nuestras Fuerzas Militares, le permite adaptarse a los desafíos de la inteligencia, elevando la oportunidad a su máximo nivel, y ajustando el planeamiento a los tiempos mínimos exigidos. La experiencia acumulada transmite confianza y versatilidad en cualquier escenario, urbano o rural, terrestre, fluvial, marítimo o aéreo; facilitando el logro de los objetivos; ventaja prevaleciente, en la estocada final contra la cabeza del Clan del Golfo.
La cooperación internacional, mediante el apoyo en recursos, tecnología e inteligencia por parte de agencias estadounidenses e inglesas, es preponderante y aumenta exponencialmente las posibilidades de éxito. Desde el diseño de la operación Agamenón hasta la ejecución de la Operación Osiris la contribución de estos gobiernos ha sido ininterrumpida y altamente efectiva.
La Fiscalía General de la Nación en su labor investigativa y de acusación es engranaje vital en las conquistas contra el crimen organizado. Su aporte ha sido ejemplar en la captura de Otoniel, fueron 128 órdenes judiciales en su contra, tres circulares de Interpol y procesos con fines de extradición. Este espíritu de cuerpo armónico y positivo entre el Ente Judicial y la Fuerza Pública engrandece los resultados contra el delito.
Las recompensas se reafirman como instrumento eficaz sobre objetivos de alto valor. La fidelidad entre bandidos es efímera, y a rey muerto, rey puesto. A Otoniel lo entrega un hombre de su círculo de confianza, incentivado por 5 millones de dólares de recompensa, proceso que debe cumplirse con total transparencia y ajeno de suspicacias.
La caída de Otoniel es oportunidad de oro para recuperar el control institucional del Urabá. Aprovechando los grandes y sistemáticos golpes propinados al ELN en el último año. La aguja se mueve a favor de la institucionalidad, la población no puede seguir a merced de los violentos y las nuevas generaciones tampoco al acecho de la oferta criminal. El Clan del Golfo no deja de reclutar jóvenes, niños y niñas, y la mayoría, forzados para ser explotados sexualmente.
La caída de Otoniel NO es el fin del clan del golfo. Por encima de este, subyacen el narcotráfico, la extorsión, la minería ilegal, el contrabando, la corrupción, y la intimidación. Intervenir estas economías criminales son pre requisito para erradicar la violencia, de lo contrario seguiremos presenciando el resurgimiento constante de actores ilegales en la región.
La extradición de Otoniel es irreversible, inminente y necesaria. Pero las víctimas demandan urgente y prioritaria atención. Y un alivio de inimaginables connotaciones, podría ser el sometimiento masivo del clan del golfo a la justicia, escenario que no se descarta ante una eventual negociación, que persuada a alias. chiquito malo y a los 24 cabecillas vigentes, para que avancen en esta, la única alternativa que los beneficia, de lo contrario caerán!.
El escenario es de alta incertidumbre. Se ha reactivado y escalado la violencia contra la Fuerza Pública en el Urabá, con 4 atentados terroristas en tres días. Se produjo tambien un comunicado a título de las “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, seguramente direccionado por alias. chiquito malo, dejando entrever normalidad en la sucesión del mando, liderazgo, cohesión y acciones criminales retaliatorias como ha ocurrido; al tiempo se reactiva la protesta social y los bloqueos viales; y ante la ausencia, al menos física, del legendario cabecilla al frente del clan del golfo, y dada su actividad criminal alrededor del narcotráfico, habría que visualizar igual efecto al ocurrido luego de la caída de Pablo Escobar y los Rodríguez Orejuela, tal como sucedió este año después de la neutralización de los cabecillas de los Caparros en Caucasia: una desbandada sin freno, que podría desencadenar intensas confrontaciones entre las 24 estructuras vigentes, sumado al ávido interés de las disidencias de las Farc y del ELN por recuperar espacios perdidos en el corredor Caribe-Pacífico del Urabá.
Este es el desafío mayor para las autoridades y claro, para el Estado en su conjunto, pues la caída de Otoniel solo alcanzará un impacto significativo, una vez se constaten transformaciones reales en las condiciones sociales, económicas y de seguridad en la región. El clan del golfo está vivo.
https://www.las2orillas.co/, Bogotá, 29 de octubre de 2021.