Si bien es cierto que el partido del expresidente Álvaro Uribe cuenta nuevamente con un ramillete de precandidatos presidenciales para las elecciones de 2022, se debe poner de relieve entre ellos ese preclaro compromiso que unificaría los esfuerzos por proteger las instituciones de todo acto de corrupción, con el fin de que los colombianos recuperen la confianza en sus órganos constitucionales, sigan apostándole a la lucha frontal contra el narcotráfico y alcance una necesaria reforma a la justicia, para así lograr consensos con los partidos afines al Centro Democrático y presentarle al país unas propuestas que lleven a las soluciones que a gritos clama la nación entera.

El 27 de abril de 1995 en el Centro de Estudios Colombianos, el doctor Gómez Hurtado hizo un llamado a los colombianos, conducente a tomar conciencia y no seguir apoyando las prácticas perversas del clientelismo a través de lo que él denominaba “el régimen de los compromisos burocráticos y de la complicidad”. ¿Por qué es tan difícil lograr esta unión y recuperar lo más importante? Los intereses del país deben ser una prioridad.

La política se ensució y se debe actuar de manera rápida para que los colombianos vuelvan a creer en sus políticos. Hoy es un imperativo reconocer que Colombia va directo al suicidio de su democracia porque el pueblo ya no cree en sus instituciones ni en su justicia, hoy completamente politizada y al servicio de intereses de algunos políticos para acabar con sus contrincantes y no en cumplir con el precepto de impartir la debida justicia para casos como el de los narcoterroristas de las FARC, que hoy gozan de una impunidad absoluta a pesar de todos los crímenes cometidos.

Gracias a estas prácticas clientelistas y politiqueras es que los discursos populistas, como el de Gustavo Petro, calan en una sociedad que está descontenta y desesperanzada al no ver salida a la problemática que vive el país: desempleo, economía, inseguridad, corrupción, narcotráfico e injusticia.

Hugo Chávez supo aprovechar al máximo esta coyuntura entre los partidos de derecha y centroderecha para proponerles a los venezolanos lo que ellos querían escuchar. Les prometió empresa privada, acabar con la corrupción, empleos dignos y la recuperación de la credibilidad en sus instituciones. Jamás les dijo que era comunista y admirador de Fidel; antes lo negaba. Se disfrazó de demócrata como lo hace Petro, y ya vemos ese resultado después de más de 20 años del chavismo en el poder: nunca llegó nada de lo prometido y antes llevaron al pueblo a la miseria, le quitaron la libertad, su democracia y lo más importante, su patria. ¿Queremos esto para Colombia?

Se debe lograr bajo referendo la reforma política para la transformación social y económica del país, y también la reforma a la justicia, dado que han invadido las competencias del Congreso y se oponen a cualquier tipo de iniciativa que intente hacer coherente el sistema jurídico del país con los intereses de la nación y de los ciudadanos.

Por eso, hoy me inclino sobre las propuestas de Óscar Iván Zuluaga, para lograr este acuerdo sobre lo fundamental y salvar a nuestro país de la llegada del socialismo del SXXI, lo cual sería catastrófico para la economía, la iniciativa privada, que es la grande generadora de empleo, y proteger a nuestras instituciones. Se deberían unir las propuestas de todos los excelentes precandidatos del Centro Democrático para lograr este acuerdo y unificar fuerzas con los partidos afines con el propósito de frenar la ola socialista.

“Un acuerdo sobre lo fundamental es ponernos de acuerdo en lo esencial que garantice un mejor funcionamiento de la democracia. Un país que respete las diferencias, pero que no tolere las desigualdades’ - Óscar Iván Zuluaga.

https://www.semana.com/, Bogotá, 1° de octubre de 2021.