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Enrique Cabrales         

Durante meses hemos venido evidenciando cómo el hampa y la criminalidad han devorado las entrañas de la ciudad, convirtiendo las calles y principales vías en escenarios de tragedia, zozobra y peligro.

Salir de la casa y regresar ileso, o con al menos todas las pertenencias, es ahora un deporte extremo para los ciudadanos, pues todos los días escuchamos historias de amigos, vecinos y familiares que han sido víctimas de la delincuencia.

Aunque de muchas formas se le ha llamado la atención a la alcaldesa Claudia López, parece estar más preocupada por las elecciones y por el futuro del Partido Verde, que por tomar medidas efectivas para salvaguardar a los ciudadanos. Y es que su administración se ha vuelto tan predecible: cuando pierde popularidad, como le sucedió en la última versión de la encuesta Datexco -donde figuraba con un penoso 39 % de aprobación-, inmediatamente ataca la gestión de la Policía Metropolitana de Bogotá.

Cuando le cuestionan con razón su mandato, busca la forma de culpar al Gobierno Nacional y cuando la enfrentan con las alarmantes cifras de inseguridad, como sucedió en una de las mas recientes ruedas de prensa, se da palmaditas en la espalda diciendo que otras ciudades están peor: “Yo escucho que muchos de ustedes dicen: ‘disparada la inseguridad en Bogotá’. Se ha incrementado, no lo negamos. Se ha incrementado el homicidio, se ha incrementado el hurto. ¿Pero disparada? Disparada en Cali, que tiene tres veces la tasa de homicidio de Bogotá”.

Es aterrador para los ciudadanos ver cómo la supuesta ciudad cuidadora sí resultó serlo: cuidado con los ladrones, cuidado en el restaurante, cuidado en la calle, cuidado con el celular, cuidado, cuidado... En el pasado mes de agosto, una vez más las cifras comprobaron que no es percepción, que si de sensaciones hablamos, hace rato pasó de ser un sentimiento de preocupación a vivirse el miedo real. Solo en dicho mes se presentaron 96 homicidios, evidenciando un aumento del 15.7 %. Por otro lado, se denunciaron 1.687 casos en temas de lesiones personales. Así mismo, el hurto está disparado: fueron reportados 4.472 celulares y 358 motocicletas hurtadas.

Los restaurantes, peluquerías, pastelerías y cualquier lugar donde antes las personas podían estar tranquilas, ahora son el blanco perfecto para los delincuentes y automáticamente convertirse en víctimas de atracos y robos masivos. Hace unos días, una fábrica de zapatos fue desocupada por una banda de delincuentes que cargaron en camiones hasta el último insumo. La dueña del negocio declaraba entre lágrimas que por esto es que no se puede emprender en esta ciudad.

La alcaldesa parece no entender que la seguridad es un principio democrático, que sin seguridad no hay economía. Se habla de una reactivación económica y yo le pregunto a López: ¿Cómo? Si salir de la casa es toda una lotería. Esta situación no es de ahora, es que los delincuentes le cogieron ventaja a la alcaldesa, pues desde el mes de enero hasta agosto del presente año el número de homicidios cometidos con arma de fuego incrementó un 29,5 %, comparado con el mismo periodo del año 2019. De igual manera, los hurtos cometidos con arma de fuego, en lo corrido del año, presentaron un aumento del 62,5 % con respecto a 2020 y lo que es más alarmarte, un crecimiento del 96,5 % con respecto al mismo periodo en el año 2019.

Por otra parte, según el general Eliecer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana, de 20 localidades, cinco están en estado critico: Usaquén, Chapinero, Engativá, Suba y Fontibón. Además de la presunta presencia de casi 200 bandas criminales en Tunjuelito, Usaquén, Ciudad Bolívar, Bosa y Engativá. Y ni hablar de la primera línea; la inseguridad que se genera alrededor de la supuestas protestas es escalofriante, pues la situación les pone a los delincuentes en bandeja de plata a cientos de ciudadanos que deben caminar a altas horas de la noche en busca de transporte para poder regresar a sus casas.

Para nadie es un secreto que el discurso permisivo y tibio de la alcaldesa lo que ha hecho es empoderar a los criminales. No más ruedas de prensa, no más excusas, Claudia López debería entender que ya no es senadora y que la seguridad de los que habitamos esta ciudad está en sus manos. Sin embargo, celebro profundamente la presencia de la Policía Militar y los militares que, por instrucciones del ministro de Defensa, Diego Molano, van a estar patrullando.

Definitivamente, los bogotanos necesitan una administración con autoridad, no un mandato de izquierda, que en campaña promete el cielo y la tierra, pero en ejercicio, le queda grande cumplir. Bogotá es el claro ejemplo, de lo que puede ocurrir en todo el país, si caemos en las manos petrificadoras del populismo, no es casualidad que Claudia López se haya hecho elegir bajo la premisa de ser la jefa de la policía y al año y nueve meses de estar en el cargo, en entrevista para un medio de comunicación, ella misma se haya retractado: “Bienvenidos a la realidad, el jefe de la Policía es el ministro de Defensa”.

En nombre de los bogotanos que ya no pueden ir tranquilos en Sitp, que no pueden comer en los restaurantes, que ya ni el pan pueden ir a comprar, yo le digo a la alcaldesa ¡Es momento de que le responda a quienes la eligieron y empiece a Gobernar! La esperanza de que podemos recuperar la Ciudad, es lo único que no nos han podido robar, porque la administración de Claudia López, nos atracó a todos en Bogotá.

https://www.semana.com/, Bogotá, 1° de octubre de 2021.

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