En virtud del artículo 115 de la Constitución, el presidente es jefe de Estado, jefe de gobierno y máxima autoridad administrativa; asimismo el artículo 188 establece que el presidente de la República simboliza la unidad nacional y está obligado a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos. Sin embargo, al actuar de manera selectiva con los gobernadores, está olvidando la responsabilidad que conlleva esa posición.
Representar la unidad de la nación ante el mundo y también ante el pueblo colombiano no es un criterio ideológico y debe ser desempeñado con objetividad. La exclusión de gobernadores elegidos envía un mensaje preocupante sobre la forma de manejar las relaciones políticas.
Además, al tenor de lo dispuesto en el artículo 339 de la Constitución Política, también se está olvidando de que, una vez los nuevos gobernadores tomen posesión de sus cargos, deben elaborar sus respectivos planes de desarrollo concertados con el gobierno nacional para asegurar el uso eficiente de sus recursos y el desempeño adecuado de las funciones.
Al reunirse solo con los gobernadores que son considerados aliados, el presidente Petro está contribuyendo a la creación de una división innecesaria y perjudicial entre los gobernantes y, por ende, entre los ciudadanos que representan. La exclusión de algunos gobernadores elegidos no solo es un acto discriminatorio, sino que también limita el desarrollo de las entidades territoriales y contradice las promesas de Petro en cuanto a la construcción de un acuerdo nacional.
Los gobernadores y alcaldes electos comparten la responsabilidad de trabajar en conjunto para el bienestar de la nación, independiente de sus diferencias políticas.
¿Cómo se puede hablar de unidad y consenso cuando el presidente mismo está dividiendo el país entre los gobernadores que considera sus aliados y los gobernadores que son ignorados por su gobierno?
Esta actitud puede interpretarse como un intento de establecer una jerarquía o categorización entre gobernadores "de primera y segunda", lo cual es totalmente inaceptable y va en contra de los principios fundamentales de nuestro sistema político, en una democracia donde se supone que todos los ciudadanos somos iguales.
Además, la exclusión de la mayoría de los gobernadores puede tener consecuencias negativas para la estabilidad y el desarrollo de la nación, generando tensiones y conflictos innecesarios entre los diferentes departamentos del país, y de esa forma no se puede construir un futuro sólido y cohesionado.
Por eso, en lugar de fomentar la división, el presidente Petro debería priorizar la unidad y la cooperación entre todos los gobernantes, sin importar sus filiaciones políticas. Este llamado a la reflexión no es solo una crítica, sino también una invitación a reconsiderar la estrategia política que se está empleado actualmente.
Como ciudadano, mi esperanza es que el presidente Petro tome en cuenta estas palabras y actúe en consecuencia. Su deber es trabajar por el bienestar de la nación en su conjunto, no solo por el de un grupo selecto de gobernantes o ciudadanos. Superar las divisiones políticas y trabajar unidos es el único camino para enfrentar los desafíos que se nos presentan y construir un futuro mejor para todos los colombianos. Es momento de dejar de lado las exclusiones y trabajar por la verdadera unidad de nuestro país.
En el caso particular de mi departamento, La Guajira, el presidente Petro sabe que necesitamos de su apoyo, y no debe olvidar que obtuvo un triunfo absoluto que no había sucedido nunca antes, tanto en primera vuelta (113.489 votos equivalente al 54,71%) como en segunda vuelta (162.849 votos equivalente al 64,56%) por lo cual le solicito de manera respetuosa que tenga en cuenta al gobernador elegido, que no es el santo de mi devoción pero fue el que eligieron los guajiros para que gobierne en todo el departamento.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...
@LColmenaresR