Pero bueno. Si lo que el alcalde quiere es que le digan lo que “queremos decirle”, yo lo haré “desde aquí”, con el mayor gusto: Yo lo chiflo, Alcalde, por su incompetencia, su demostrada ineptitud, su desconocimiento de lo público, su falta de rigor administrativo, sus constantes desafueros legales, su ignorancia jurídica, sus faltas disciplinarias, su prepotencia, su falsedad, su hipocresía, su infantilismo, su cobardía y su irresponsabilidad.
Pero además de todo lo anterior, que podríamos atribuirlo a errores humanos, y serían medianamente tolerables, lo chiflo por su corrupción, sus procederes ilegales, su nepotismo, su falta de seriedad, su ambición desmedida, su irrespeto por la ciudad, su negligencia, su displicencia, su indiferencia ante lo que nos pasa, y su ceguera ante las evidencias. (Porque una cosa es meter las patas por ignorante, y otra, muy distinta, meter las manos por indelicado).
Y cómo no chiflarlo, Carlos Mario, si usted, andando todos los días por la ciudad no se da cuenta (o, si se da cuenta, no hace nada por solucionarlo) que las calles de Manizales están llenas de huecos; que los edificios públicos amenazan ruina; que el centro histórico está invadido de prostitución, vendedores ambulantes, basuras, manteca y delincuencia; que la inseguridad es el pan de cada día; que los andenes están invadidos por vehículos, vendedores informales y talleres improvisados; que, en fin, la falta de autoridad está llevando a Manizales a una anarquía total.
Pero además lo chiflo, alcalde, porque sus comportamientos abusivos, desproporcionados, pueriles, ilícitos y delincuenciales están logrando impregnarse en una parte de la comunidad que cada vez ve con mayor indiferencia la poca autoridad que existe, y abusa de la impunidad. Por eso el caos vial, de seguridad, de movilidad y, el más importante, el caos institucional y moral de su administración que va penetrando todas las esferas y todos los niveles. Porque todo parece indicar que la impudicia de la que Usted hace gala descaradamente, ha contagiado a algunos de sus funcionarios quienes proceden con despotismo y prepotencia abusando de comerciantes formales que son constreñidos por la autoridad, mientras los ilegales e informales son protegidos por la propia administración.
¿Y cual es su solución? Parcheos anti-técnicos en las vías, que son paños de agua tibia en la temporada ferial, como quien barre y esconde la basura debajo de la alfombra; incremento de la fuerza pública durante una semana, para volver a su indiferencia e incapacidad en la vida cotidiana; fiesta, parranda, desfiles, conciertos, alegría y jolgorio (que comparto plenamente) para luego seguir llorando la carencia de un alcalde de verdad y una administración apta.
Lo chiflo entonces, alcalde, una y mil veces. “Desde aquí” lo chiflo, le reclamo como ciudadano, le exijo como contribuyente, le demando acciones como manizaleño de corazón, le recrimino como miembro de una comunidad cuyos valores permanecen a pesar de su alcalde. Le silbo con megáfono, con parlante y con amplificador… Y si este silbido es también causal para demorar el inicio del concierto (como amenazó Usted en el mencionado evento del ridículo), me daré por bien servido, porque significará que estamos logrando demorar la reanudación del concierto que Usted dirige y que está acabando con Manizales: el concierto para delinquir.
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Mil disculpas a los turistas que hoy soportan una Manizales llena de huecos, caos y vías destruidas. Tenemos la esperanza de que, si la justicia opera, en un año haya otra administración a quien le duela la ciudad y podamos ofrecerles la Manizales hermosa, hidalga y orgullosa de siempre.