Columnistas Nacionales
Eduardo Mackenzie
La salida de Vicky Dávila de la revista Semana es una mala noticia para Colombia. Su desempeño como directora de esa importante publicación fue admirable. Semana, en este periodo, ha develado graves escándalos de corrupción del gobierno actual. Nadie reemplazará con mayor competencia y valor civil lo que Vicky Dávila hizo en la actual batalla de Colombia por el derecho a la información.
Carlos Salas Silva
Aparte de las dos guerras, cuando se trata de hacerle seguimiento a las noticias mi atención ha estado puesta en cuatro frentes: la transición Biden-Trump, el fin de la dictadura de Maduro, la caída de Sánchez y, cómo no, las embarradas del gobierno del mequetrefe.
Alfonso Monsalve Solórzano
La pérdida de la soberanía interna se acentúa cada día en este gobierno, que ha entregado, con su política de “paz total” la iniciativa política y también la militar, a los grupos con los que se enfrenta, o mejor, ante los que se arrodilla. Lo sucedido este mes, es un ejemplo de manual de cómo entregar un país. Veamos:
Álvaro Uribe Vélez*
“Por el bien de Colombia y de la democracia quisiera evitar noticias que titulen “rifirrafe Petro-Uribe”, que tanto aprovechan algunos.
José Félix Lafaurie R.
Y así sucesivamente... desde 1975, cuando un ELN derrotado pidió negociar con el gobierno López y, desde entonces, se repite ese ciclo engañoso: diálogos y rompimientos por alguna salvajada del ELN, como la de Machuca (1998), donde murieron 86 personas, o la de Bogotá (2019), que cobró la vida de 22 jóvenes, para reiniciar el ciclo como si nada, con el próximo gobierno…
Darío Acevedo Carmona
Esta persona que llegó a ser presidente con la bandera del cambio está cumpliendo a cabalidad su promesa, todo lo bueno lo destroza y convierte en malo, eso es cambio. A su vez, todo lo malo lo hace ver bueno. En esta última acepción se inscribe un cambio horroroso. Imaginemos que la ONU o la Fundación Nobel o el pueblo judío convirtieran en apóstoles de la paz a los peores criminales de la historia. ¿Qué tal Hitler o Stalin o Idi Amín Dadá o Pol Pot, por mencionar sólo algunos de los depredadores de millones de vidas humanas, sean vistos en adelante como santos, líderes piadosos, benefactores, gestores de paz? Bien, dirán algunos, "pero es que eso no se le ha ocurrido a nadie, además ellos ya están muertos".