Columnistas Nacionales
Rafael Nieto Loaiza
Cinco años del pacto de Santos con las Farc. No sobra recordar que ese pacto no es un tratado internacional. Las Farc no tenían ni tuvieron nunca la naturaleza de sujetos de derecho internacional con capacidad de celebrar tratados. El acuerdo fue solo eso, un pacto político entre un jefe de Gobierno y un grupo armado ilegal. Nada más. Tampoco está de más reiterar que, después de ser sometido a un plebiscito y ser rechazado por las mayorías, no era obligatorio ni siquiera para quienes lo firmaron. Desde entonces, tiene un insuperable déficit de legitimidad.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Con la descomunal devaluación que sufrió el Peso frente al Dólar al culminar la semana, nuevamente quedó demostrada la insaciable voracidad de los establecimientos de crédito y en especial de los bancos, que cada vez que se les antoja, alteran la tasa de cambio a su favor desafiando la autoridad cambiaria e infligiendo inestimables daños al mercado.
José Félix Lafaurie
Discrepo del expresidente Uribe en su carta al secretario general de la ONU, cuando afirma que “acuerdo de paz no ha habido”, porque sí lo hubo, pero entre un gobierno que representa a 50 millones de colombianos y unos narcoterroristas que no representaban a nadie. Una verdadera “farsa”, sinónimo de montaje, de mentira, así como “farsante” lo es de mentiroso.
Armando Barona Mesa
Hay muchas cosas repudiables: la injusticia es la primera. Tal vez el mayor crimen que pueda cometer un hombre es lograr la condena, a sabiendas, de un inocente. Ocurrió por ejemplo contra Dreyfuss a finales del Siglo XIX, a quien a sabiendas de su inocencia condenaron a prisión en la Isla del Diablo y solo después de muchos años, bajo la pluma y el verbo de Emile Zola con su famoso ‘J’Acuse’, se corrigió la injusticia depravada y se absolvió al inocente, quien pocos meses después falleció por la enfermedad que había contraído en el injusto cautiverio.*
Luis Guillermo Echeverri Vélez*
La verdad nuestra sociedad perdió totalmente el sentido de la importancia ética de la sanción social.
John Marulanda*
Mientras Caracas celebra una programada ganancia electoral, con la izquierda española aplaudiendo el acabose venezolano, Bogotá recibe al secretario de las Naciones Unidas para conmemorar el primer quinquenio de los acuerdos de La Habana, diseñados en gran parte por el secretario del Partido Comunista español, Enrique Santiago. Claroscuro escenario regional, más oscuro que claro, para mi escéptico gusto.