El problema es que Petro no ha comprendido que sus políticas están “deportando” a muchos más colombianos que los que dispararon su rabieta contra Trump. En el solo Catatumbo se calcula que más de 50.000 personas han sido desplazadas en menos de dos meses como consecuencia del fracaso de la “Paz total”. De la noche a la mañana tuvieron que abandonar el terruño, sus pocos o muchos bienes, la educación de sus hijos y su entorno social. Las imágenes de los noticieros permiten percibir la indigna situación que soportan miles de familias por la creciente ausencia del Estado en vastas regiones del país.
Según el Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) el movimiento forzado de personas por el conflicto en Colombia ascendió a 339.000 y 293.000 en 2022 y 2023; son las cifras de desplazamiento más altas en la serie que publica este organismo desde 2009.
Además del desplazamiento interno, otra manifestación de la “deportación al revés” son las personas refugiadas en otros países; según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), “son aquellas que han buscado protección en otro país tras haber abandonado el propio para escapar de conflictos, persecuciones y otras formas de violencia”. Los colombianos refugiados disminuyeron en 2022 (412.275 personas), pero se volvieron a incrementar en 2023 (475.115) y 2024 (109.756); el de 2023 es el mayor número desde 2016.
También se deben sumar las personas que solicitan asilo, que, según Amnistía Internacional, “es una persona que ha abandonado su país y busca protección contra la persecución y las graves violaciones de los derechos humanos en otro país, pero que aún no ha sido reconocido legalmente como refugiado”. Tristemente, ACNUR y la OCDE destacan a Colombia como el segundo país en el mundo en solicitudes de asilo en 2023, con 209.000 personas, y fue el que registró el mayor incremento absoluto. Las solicitudes de asilo de colombianos en 2022 y 2023 son las más altas del país desde 2013.
La “deportación al revés” en 2022-2024, entendida como la suma de las personas desplazadas por la fuerza, los refugiados y los asilados, atenta contra la dignidad humana y se correlaciona positivamente con la creciente violencia y la toma del territorio por grupos fuera de la ley. No es difícil colegir que la fuente de ese desastre humanitario es la “Paz total”.
* Publicado en Portafolio el 19 de febrero de 2025