Las autodefensas surgieron durante el gobierno de Belisario Betancur, quien, con su errática política de paz, permitió el fortalecimiento de las guerrillas, al tiempo que privaba a los habitantes del campo de la protección de las Fuerzas Militares, limitadas en su accionar por decisión del Gobierno en su propósito apaciguador.
Como ministro de Gobierno de Barco Vargas, Gaviria Trujillo denunció en el Congreso la existencia de 130 grupos de autodefensa. Ni como ministro, ni luego como presidente, nada hizo para combatirlos. Ni Samper Pizano, enredado en el proceso ocho mil, ni Pastrana Arango, dedicado a humillarse ante las Farc, hicieron nada para enfrentar el desafío que para la seguridad nacional representaba el fenómeno de las autodefensas y su infiltración progresiva por el narcotráfico. Uribe las enfrentó, persiguiéndolas con igual determinación que a las guerrillas y ofreciéndoles, como a éstas, alternativas de desmovilización y reincorporación a la vida civil.
Durante 20 años y bajo cinco gobiernos, las autodefensas crecieron en todas las regiones donde había presencia guerrillera: Magdalena Medio, Urabá antioqueño, Llanos Orientales, Catatumbo, etc. En principio, no eran más que pequeños grupos aislados que trataban de protegerse de la extorsión, el secuestro y los ataques de la guerrilla, patrullando las fincas y los poblados, armados con escopetas y armas de corto alcance.
Progresivamente la situación se degradó y se salió de control cuando los narcotraficantes las cooptaron para usarlas en su disputa con las guerrillas por el control del negocio del narcotráfico en todas sus etapas. Los enfrentamientos entre esas dos fuerzas se hicieron cada vez más intensos y sangrientos y empezaron las masacres perpetradas por uno y otro bando en diversas regiones del país.
Las masacres muestran el grado de degradación al que habían llegado los grupos armados. Entre 1985 y 2020, ocurrieron 77 masacres en las que fueron asesinadas 1.824 personas. Las Farc fueron responsables de 15 de ellas con 519 víctimas; el ELN de cinco y 92 víctimas; las autodefensas de 31 y 915 víctimas; el cartel de Medellín y otros carteles de narcotraficantes de 19 y 243 víctimas. Al Ejército y a la Policía se le atribuyen 7 masacres y 55 víctimas.
El desarme y desmovilización de las autodefensas se hizo bajo un estricto marco jurídico aprobado por el Congreso y avalado por la Corte Constitucional y el Consejo de Estado: Ley 782 de 2002, decreto 128 de 2003, decreto 3360 de 2003 y decreto 2767 de 2004. Elemento fundamental de esta política era la obligación de los sometidos de abandonar sus actividades delictivas so pena de ser extraditados. Sin ningún tipo de concesiones políticas se desmovilizaron más de 37.000 miembros de las autodefensas.
En síntesis: las autodefensas aparecieron más de 20 años antes de que Álvaro Uribe llegara al poder y crecieron bajo cinco gobiernos que las toleraron o fueron incapaces de combatirlas. Uribe las combatió, las sometió a la justicia y extraditó a sus jefes cuando incumplieron las condiciones del sometimiento. Esa es la verdad.
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 10 de marzo de 2024.