Al problema de una justicia con altos niveles de impunidad se suma el de las cárceles bajo el dominio de grupos criminales y epicentros de la delincuencia, un síntoma de una enfermedad también crónica en Colombia: un sistema penitenciario sobrepoblado y permeado por la corrupción, en el que resocialización y “alta seguridad” son un chiste. El detonante en Ecuador fue la fuga, en apenas tres días, de dos peligrosos criminales.
No son problemas sin causa. En 2017, Correa, antes de dejar la presidencia indultó a 3.000 personas convictas por narcotráfico; y en 2018, Santos nos dejó un Acuerdo espurio con las Farc, con impunidad para todo tipo de delitos, y lo más grave: 300.000 hectáreas de coca.
Así llegamos al mal de males en ambos países: EL NARCOTRÁFICO y su poder corruptor para suplantar al Estado, generar violencia y desestabilizar un país al amaño de sus intereses.
La fumigación, que llevó los cultivos a niveles mínimos al final del gobierno Uribe, se movió en la frontera con Venezuela al ritmo de las fricciones con Chávez. Sin embargo, en 2007, Correa llega al poder y los dos socialistas del Siglo XXI hacen causa común contra la fumigación en Colombia, con demanda ecuatoriana ante la Corte de La Haya y amenaza de Correa de derribar aviones de fumigación. Por esas dos fronteras resucitó el narcotráfico, que hoy es poder efectivo, tanto en la nororiental en Catatumbo, y la suroccidental en Putumayo, Nariño y Cauca, una peste que se expandió con la suspensión total de fumigaciones en 2015, bajo la presión de las Farc en las negociaciones.
Hoy asistimos a dos agravantes en ambos países: el desdoblamiento de las mafias en cientos de bandas criminales de enorme impacto desestabilizador en las ciudades a partir del microtráfico, y la presencia comprobada de las violentas mafias mexicanas.
En Colombia 400 municipios están bajo control territorial de grupos criminales que protegen sus rentas ilícitas. De 48.000 hectáreas de coca pasamos a 300.000, y la productividad aumentó de dos a cinco cosechas anuales. La mayor producción, sumada a la competencia de las drogas sintéticas, generó una caída pronunciada de las exportaciones.
Estamos inundados de coca en los campos y de cocaína en ciudades y pueblos, lo que ha multiplicado los “emprendimientos criminales” y sus luchas, disparando una violencia anárquica y diferenciada a nivel regional, según los actores violentos en cada territorio.
Podemos estar a un paso de la desestabilización que hoy sufre Ecuador. La respuesta del presidente Noboa es la correcta: la restauración del orden a partir de la seguridad y el imperio de la ley… Ese es el camino: el orden como condición para la libertad; lemas de nuestro escudo.
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(2) ¡No repitamos la historia…, no nos dejen otra vez solos!
José Félix Lafaurie Rivera
Quien no aprende de la historia vuelve a sus errores, una amenaza que enfrenta el país por
la crisis de seguridad en campos y ciudades, por cuenta de las mafias del narcotráfico de
todos los pelambres y del microtráfico en las ciudades.
El país, sin embargo, no dimensiona la gravedad de la amenaza, ya sea porque se
acostumbró a la violencia que registran los medios y solo le pasa “a otros”, o distraído por
los escándalos y camorras políticas y por la basura que corre por las redes.
No obstante, la amenaza es real. Según las cifras del Ministerio de Defensa, en 2023 el
secuestro aumentó 72% y, según la Policía Nacional, a octubre se habían presentado 8.551
denuncias de extorsión, un delito que aterroriza a las víctimas y, por ello, es de altísimo
subregistro. Baste decir que, según Global Initiative, que le hace seguimiento a la
criminalidad en 193 países, Colombia ocupó en 2023 el segundo puesto en el Índice
Mundial de Crimen Organizado y el primero en América.
Para la ganadería, víctima de estos delitos por parte de la guerrilla y los llamados
paramilitares en su momento, la extorsión nunca se fue y hoy la practican los herederos
narcotraficantes de unos y otros. La situación es crítica en el Caribe y el Magdalena Medio,
paradójicamente las regiones priorizadas por el Gobierno para compra de tierras con
destino a Reforma Agraria, pero también en Caquetá y en los Llanos, entre otras.
Esa es la amenaza efectiva, pero me preocupa más la amenaza latente. En los 90, ante la
incapacidad del Estado frente a la violencia guerrillera, Gaviria creó las Convivir,
reglamentadas por Samper en 1994, para prestar servicios privados de vigilancia armada en
el sector rural, actos administrativos que tuvieron control de constitucionalidad, pero los
Gobiernos fueron incapaces de controlarlas. El resultado: las Autodefensas Unidas de
Colombia y el escalamiento de la violencia.
Me preocupa que, ante la falta de protección del Estado y la amenaza contra los bienes, la
libertad y la vida de los ganaderos, si no se someten a la extorsión de grupos criminales con
control territorial, el miedo y la necesidad de protección vuelvan al sector rural o resucite la
idea de unirse y armarse.
FEDEGÁN se anticipa a la amenaza con la vinculación del general (r) de la Policía
Nacional, Fernando Murillo, exdirector del Gaula y la DIJIN, para crear mecanismos de
alerta temprana y de articulación con la Fuerza Pública, para prevenir el secuestro, la
extorsión y el abigeato, y así evitar otra vorágine de violencia rural en la que los ganaderos
vuelvan a ser las primeras víctimas.
La ganadería hace presencia en 1.105 de los 1.122 municipios, como expresión de
soberanía en el territorio y listos para colaborar con la Fuerza Pública. Por ello, que no nos
dejen otra vez solos frente a la delincuencia es nuestro clamor al Gobierno y al país; que
aprendamos de la historia… y no la repitamos.
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(3) 2024: Entre el propósito y el deseo
José Félix Lafaurie Rivera
De cara a un nuevo año es obligatorio referirme a la ganadería con la fuerza del propósito y
al país con la incertidumbre del deseo. Como presidente de FEDEGÁN creo en una
ganadería moderna, rentable y sostenible, como una gran contribución a la recuperación del
campo y a la paz, aunque veo que los problemas del país necesitan mucho más que nuestra
contribución.
Durante 2023, gracias a nuestro esfuerzo por preservar el estatus de país libre de fiebre
aftosa, se abrió el mercado chino para la carne bovina y la meta para 2024 es abrir el de
Estados Unidos y seguir llegando a otros destinos con carne y animales en pie, estos
últimos a pesar de los ataques a una actividad que cumple los protocolos sanitarios y de
bienestar animal.
Durante 2023 avanzamos en la transformación hacia una ganadería sostenible a partir de
Sistemas Silvopastoriles, con programas de Ciencia, Tecnología e Innovación orientados a
ese objetivo, logrando el Sello Ambiental Colombiano ICONTEC para ganadería
sostenible. En 2024 profundizaremos el cambio cultural y avanzaremos en el tecnológico y
en el apoyo del Estado, pues una transformación tan sustancial supera el esfuerzo ganadero.
En 2023 consolidamos nuestras comunicaciones para brindarle al Ganadero información y
asistencia técnica virtual, y para unirnos en temas como la invasión de tierras, a través de
BRIGADAS SOLIDARIAS GANADERAS, como opción de apoyo pacífico entre
ganaderos y a la Fuerza Pública, aunque atacadas por la izquierda y algunas entidades del
Estado. Para 2024 ampliaremos nuestra Comunidad Virtual, con más de 400.000 ganaderos
en más de 5.000 grupos de WhatsApp, y relanzaremos nuestro periódico virtual “Contexto
Ganadero”.
Frente al país, al margen de la necesidad de que el Estado y la sociedad vuelvan los ojos al
campo, como asunto de equidad y condición de paz, no jugaré a la bola de cristal con la
economía, sino que me limito a unos temas específicos.
El primero tiene que ver con el Acuerdo con el Gobierno para la compra de tierras
ganaderas para la Reforma Agraria, que hemos honrado con más de 600.000 hectáreas
ofrecidas a través de FEDEGÁN, y que honraremos, así no esté en nuestras manos la
compra ni el compromiso de acompañamiento a los beneficiarios con proyectos
productivos.
Nos preocupa la inseguridad rural, el regreso del secuestro y la extorsión que nunca se fue,
además del futuro de las negociaciones con el ELN, en las cuales participo como presidente
de FEDEGAN, con aprobación del pleno del Congreso Nacional de Ganaderos de 2022.
No ha sido fácil, sobre todo por la contradicción entre lo acordado en la Mesa y las
declaraciones del jefe del ELN, frente a un país que, por esa vía, no superará el
escepticismo sobre un proceso que tanto apoyo necesita.
Aun así, aunque la meta es importante, lo más importante es no detenerse. El campo y la
paz lo merecen como augurio de un mejor año nuevo.
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(4) El ELN tiene la palabra
José Félix Lafaurie Rivera
Culminó la quinta ronda de negociaciones con el ELN en México; ronda marcada con el
tema del secuestro y cuyos resultados el país recibe con algo de esperanza.
Hace 35 años, en Maguncia, Alemania, el ELN se comprometió, como gran cosa, a no
secuestrar niños ni ancianos, y desde entonces no se había comprometido a nada. A partir
del 30 de enero y durante 180 días inicialmente, el ELN se compromete a no realizar
“retenciones con fines económicos”, compromiso al que no le han faltado reparos.
¿Por qué no se comprometió desde el comienzo del cese al fuego? Sí lo hizo y así se lo
reclamó la delegación gubernamental, porque el secuestro, un delito tipificado en nuestro
Derecho Penal, está prohibido en el Derecho Internacional Humanitario y su jurisprudencia,
y el DIH fue acogido como referente del Acuerdo de Cese al Fuego que el ELN firmó.
“Las interpretaciones” ha sido un escollo en las negociaciones y, por esa vía, el ELN no
aceptó que del acogimiento al DIH se derivaba un compromiso frente al secuestro,
dificultad superada en esta ronda -y su principal resultado-, al quedar explícito el
compromiso de suspender el secuestro extorsivo.
¿Por qué no se comprometió a renunciar a todo tipo de secuestro? Desde afuera no parece
lógico, pero en la Mesa las cosas son a otro precio. De hecho, el DIH proscribe, en general,
la toma de rehenes, y los prisioneros de guerra -secuestrados de la Fuerza Pública-, son
también proscritos por el DIH y el Estatuto de Roma en los conflictos internos. Así pues,
solo queda decir que comienzo tienen las cosas, que el fin del secuestro como
hostigamiento a la sociedad y como condición para la PARTICIPACIÓN es, sin duda, un
gran avance, y que todo secuestro, de producirse, tendrá que ser explicado por el ELN ante
la Mesa y su Mecanismo de Verificación.
También es un gran avance que, a partir del 30 de enero, todo secuestrado deberá quedar
libre, pues el secuestro es un delito de tracto sucesivo, es “continuo”; no se limita al día en
que se secuestra sino al periodo durante el cual se está secuestrado, luego nadie puede
seguir estándolo a partir del 30 de enero del 2024.
La sabiduría popular, precisamente por su origen, siempre es contundente. “Obras son
amores y no buenas razones”, es el mensaje claro al ELN por parte de una sociedad que ya
no pide ni anhela, sino que les exige no volver a secuestrar; les exige pasar de las palabras
del compromiso a las realidades del cumplimiento, para permitir estas negociaciones que
necesitan un hondo respaldo popular.
Por ello, el ELN tiene la palabra; si desoye el clamor de la sociedad la paz seguirá siendo
Un anhelo apenas y las negociaciones otra frustración; si lo escucha, la paz se asomará como
estrella de Navidad. “Amanecerá el 2024… y veremos”.
Mi deseo de Navidad para todos los colombianos: Paz en sus corazones y en sus hogares…,
es el comienzo para la paz de Colombia.
@jflafaurie