Lo que ha pasado en este gobierno, casi cien cambios en el gabinete en trece meses, la calidad de ministros, embajadores y altos directivos que dejan dudas, el odio y lucha de clases que el presidente predica en sus discursos, el incumplimiento a reuniones nacionales e internacionales que ya están en vísperas de las noventa sin explicación razonable mina toda clase de credibilidad; el engreimiento, la suficiencia de oír sin escuchar, la obstinación de no admitir reformas razonables a sus propuestas, son las causas de que las cosas no funcionen y el arrepentimiento de muchos que por él votaron.
Los galimatías que a diario aparecen, no de la oposición que sería la indicada para sacarlos a flote, sino de su misma gente: el hijo Nicolás Petro que “yo no lo crie”; su hermano, el comisionado de paz y Piedad Córdoba que rondaron por el pacto de la Picota de donde surgen mas de un millón de votos según Juan Fernando Petro; los quince mil millones de Benedetti y sus vuelos en aviones privados que inexplicablemente aterrizaban en la base militar de La Carlota en Caracas; las maletas de la Sarabia, que ahora son solo un maletín dejado en el sofá de la sala, y el regreso de esta al gobierno que saca de la Fiscalía las investigaciones de las platas perdidas y polígrafos a la “niñera” para arrancarlas de cero en la Corte Suprema; los quinientos millones de Fecode que tampoco aparecen registrados; las declaraciones iniciales de Nicolás, que ahora si es un hijo querido, pero para cerrarle la boca; el “suicidio” del coronel Dávila que sabía tantas cosas; los subsidios a diestra y siniestra que se convertirán en platas de apoyo a los ninis: ni estudian ni trabajan como en Argentina; la paz total, que de momento se ha convertido en la inseguridad total y sus resultados impredecibles; la congestión que ha ocasionado en el congreso la acumulación de proyectos concebidos con las de caminar y dirigidos en el fondo a crear la dependencia masiva del Estado para terminar convirtiendo los menos pudientes en esclavos de la cajita Clap como en Venezuela, ponen al presidente en apuros que lo obligan a buscar diariamente cortinas de humo para tapar errores o, el efecto Ciruelax.
Se empiezan a endurecer las cosas, el “proyecto” de tierras “me la vende o se las quito” es el principio de acabar con la propiedad privada, la eliminación de las EPS ya no necesita de la ley para acabarlas, simplemente se desaparece la chequera, la reforma laboral protegerá a los privilegiados así las pymes se vayan a la quiebra, los buses gratis acaban con la iniciativa privada del trasporte y empobrece a la clase media que la pagará vía servicios públicos.
El Rincón de Dios
“El diablo es como un perro amarrado. Más allá del radio que le permite la cadena no puede morder. Mantente lejos de él. Si te acercas demasiado, te morderá” Santo Padre Pío