Usualmente, la agenda se orienta a los temas de la producción y la política pública asociada. En 2019 realizamos un Congreso extraordinario en Bogotá, para ratificar la orientación de la ganadería hacia la producción sostenible, que reiteramos en el Congreso virtual de 2020, como imperativo en respuesta al cambio climático que, a propósito, hoy golpea al país con furor.
En esta edición del Congreso y, en parte, como reacción a los ataques contra la ganadería, que arreciaron en la contienda electoral, decidimos que ya estaba bueno de estigmatización y de narrativas falsas. No silenciaremos a quienes nos atacan, pero no vamos a mostrarnos ante la sociedad como silenciados por ellos, porque “el silencio otorga”.
Algunos estereotipos tienen que ver con la tierra, y el más infame con la narrativa de que la tierra ganadera es fruto del despojo y que su concentración es la causa de la pobreza rural, acusación conveniente, pues esconde la responsabilidad del abandono estatal y la devastación de las violencias. Otros mitos acusan a la ganadería de “quitarle tierra a la agricultura” o califican de improductivo su uso en ganadería, porque no ven vacas una al lado de la otra cual matas de maíz.
En el Congreso Ganadero, sin embargo, no estaremos a la defensiva, una actitud que denota falta de argumentos, y tampoco al contraataque. Por el contrario, daremos respuestas asertivas a los mitos; mostraremos, con argumentos y resultados, la cara del ganadero esforzado, civilista y abnegado en su labor en medio de las dificultades, y la de un sector estratégico para la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y la economía nacional.
En ese entorno constructivo abordaremos el tema del Acuerdo con el Gobierno, del que saldrán inquietudes y propuestas sobre lo que hemos llamado “el cómo”, que sumarán al documento que le presentamos a la ministra Cecilia López, como insumo para la mesa de trabajo dispuesta para el efecto, la cual aún no ha sido convocada, pero comprendo que la tragedia invernal esté copando la atención y los esfuerzos del Gobierno.
Los ganaderos, de seguro, confirmarán la decisión de FEDEGÁN de aceptar la convocatoria al diálogo y de concretar el apoyo a una iniciativa que, si no se limita a la entrega de tierras, sino a una solución integral, abrirá una compuerta para consolidar la clase media rural que el campo necesita para convertir a Colombia en potencia agroalimentaria. Ese es el futuro.
@jflafaurie