“Si llegamos a comprar 500.000 al año (…) somos unos magos”, dijo la ministra, y concuerdo con ella, no solo por el reto operativo y económico, sino porque el Gobierno ya tiene las que dejó el anterior en la ANT, además de las que están en proceso de extinción de dominio o ya con sentencia en la Sociedad de Activos Especiales.
En efecto, la reforma agraria INTEGRAL -con mayúsculas para enfatizar esta condición-, tiene diferentes fuentes de adquisición de tierras productivas y, mientras se desarrolla el CÓMO del Acuerdo con FEDEGÁN para la compra directa, es bueno que el Gobierno se preocupe por el CUÁNDO de la reforma y dé los primeros pasos con las tierras disponibles, que si tienen vocación ganadera y, sobre todo, si la tienen sus nuevos propietarios, estaremos prestos a dar asistencia y extensión a los primeros proyectos asociativos de ganadería sostenible.
Hay que empezar, pero también es importante, sobre la base del compromiso de FEDEGÁN de facilitar las compras necesarias, conocer cuánta tierra está disponible y cuánta requeriría comprar el Gobierno.
En mayo de 2020, la entonces directora de la ANT, anunciaba que el Fondo había llegado al millón de hectáreas, aunque más de 740.000 eran baldíos. Un año después, la cifra era de 1,7 millones listas para entregar. Razón tuvo la ministra en no corroborar esa cifra hasta no confirmarla, con una acotación lapidaria: “Si estuvieron tan listas por qué no las entregaron”, no sea que pase lo de la SAE, digo yo, que a la hora de la verdad no haya tierra.
El 5 de agosto, el director saliente informó de 450.000 hectáreas rurales, pero el actual, que además destapó una situación de desorden, se refirió a solo 65.000 caracterizadas hasta ahora, pero también se habla con insistencia de apenas 33 mil que estarían disponibles.
Cualquiera que sea la cifra, insisto en la integralidad, y en el CUÁNDO, pues de nada sirve tener las tierras si no se tiene el acompañamiento, comenzando por otro elemento esencial: la asociatividad, quizás con condiciones especiales y temporales dentro del sistema solidario, pues no se trata de que estas comunidades compitan con ventaja, sino que puedan incorporarse a una economía campesina rentable, capaz de construir una nueva clase media rural.
En fin, son más aportes al cómo, pero ya es importante el cuándo, repito, con una clara señal de que el proyecto de distribución de tierras va en serio, entregando las de la SAE que estén disponibles, así sea en comodato, mientras hay sentencia judicial, como lo propusimos en el Documento Técnico que ya entregamos al Gobierno.
Comienzo tienen las cosas… y el país quiere ver ese comienzo.
@jflafaurie