A escasas horas de conocerse el resultado, anuncia a grandes rasgos lo que va a ser su gobierno:
-Conmina a los entes de investigación y de control, la Fiscalía y la Procuraduría, a que liberen a los jóvenes presos de la “primera línea” y a que se restituya al sancionado alcalde Quintero. Entra a meterse con la justicia pasando por encima las leyes existentes.
Se propone como el líder mundial de la transición energética y llama a los países a asumir su responsabilidad por los daños ambientales que causen, pero reitera su propuesta de acabar con la explotación petrolera y minera.
-Se proclama defensor del capitalismo como punta de lanza para erradicar “el feudalismo” en el campo, señalando como responsables a los propietarios rurales, y entre líneas esboza el camino para “democratizar” la propiedad con la desueta consigna de la “tierra para el que la trabaja”.
-Hace un llamado a los líderes afectos de la región a estrechar relaciones, sin entrar a mencionar temas sensibles como la salud y las pensiones.
¿Quién lo eligió?
Debemos partir de la premisa constatable de que Rodolfo sacó los votos que tenía que sacar, y, ¿entonces, en dónde encontrar la explicación del aumento de la votación de Petro en 2 millones 700 mil votos?
A mi juicio planteo las siguientes hipótesis:
1- En la clase política corrupta, que el ingeniero Rodolfo prometió combatir y la cual jugó como siempre su papel, poniendo a funcionar las maquinarias electorales de los partidos tradicionales, en silencio y por debajo de cuerda con la compra de votos. ¿No explica esto el aumento de la votación en la Costa Caribe y en el Valle del Cauca? ¿No es este el escenario que manejan siniestros corruptos como Benedetti y Roy Barreras?
2- Se evidencia por las cifras que las zonas cocaleras en el sur del país como Cauca, Chocó y Nariño también fueron actores y allí los votos se dieron con amenazas por parte del narcotráfico y los bandidos de las guerrillas Farc, Elenos y disidencias.
3- Otro gran elector, FarSantos, al encaminar sus principales alfiles hacia dicha campaña.
¿Qué nos espera?
Resistir, y, en un proceso arduo, prolongado y paciente reagrupar fuerzas, al igual que los beduinos con sus tuaregs atraviesan el desierto, en el que nuestro líder, el expresidente Uribe y el Partido CD, nos convoquen y orienten en el qué hacer en momentos tan difíciles.
Varias son las rutas a tener en cuenta, para nuestro futuro político inmediato: ¿El acomodo al nuevo gobierno? ¿El marginamiento, o, como decía un amigo días atrás al visualizar el posible y oscuro panorama, la “eutanasia política”? ¿O ejercer una oposición audaz, transparente, limpia, con bancadas comprometidas que respeten el aval que obtuvieron con sus principios doctrinarios?
Lo qué nos pasó, no es cualquier cosa: ¡ES EL CAMBIO DE MODELO!
¡Que los dioses del Olimpo salven a Colombia!
